Cinco rincones románticos de Zaragoza para disfrutar en San Valentín
La capital aragonesa cuenta con lugares muy conocidos que inspiran amor y son muy propios para disfrutar del día de los enamorados.
Cupido está a punto de salir a escena para encontrar parejas a las que lanzarles sus flechas del amor. San Valentín está a la vuelta de la esquina y a quién le gusta celebrar por todo lo alto que está enamorado, lo sabe. Detalles para no olvidar, cenas románticas a la luz de la velas e incluso fotografiarse, con o sin palo 'selfie', en un lugar con encanto son solo algunas de las cuestiones que se suelen tener en cuenta cada 14 de febrero.
Precisamente en Zaragoza, más allá de aquellos lugares que puedan tener un determinado significado especial para la pareja de enamorados, hay varios rincones que no por muy conocidos, dejan de ser ideales para visitar el día del amor. Son los siguientes:
Arco del Deán
Esta emblemática construcción de la ciudad tiene origen en el siglo XIII, para comunicar la catedral con la casa del deán. Su arco apuntado sobre el que descansa el mirador gótico lo convierte en el escenario perfecto para fotografías románticas ya que, aunque se encuentra en el centro de la ciudad, es un espacio no muy concurrido.
Balcón de San Lázaro
Un paseo por la margen izquierda del Ebro puede acabar en las inmediaciones del Balcón y el pozo de San Lázaro. Cada vez son más los zaragozanos que descienden desde el Paseo de La Ribera por el camino para acercarse a este lugar, muy fotografiable, y disfrutar de las preciosas vistas de algunos de los monumentos más emblemáticos de la ciudad: La Basílica del Pilar, La Seo y el Puente de Piedra.
Pasaje del Ciclón
En el corazón de la capital aragonesa, junto a la Plaza del Pilar, se encuentra esta maravilla arquitectónica que se construyó entre 1882 y 1883 y que acoge diferentes establecimientos, sobre todo de restauración.
Mirador de Alfonso I El Batallador
Subiendo la escalinata blanca del parque Grande, una de las mejores vistas de la capital aragonesa, de la que disfruta cada día la escultura de Alfonso I El Batallador. Y no es el único mirador que se puede encontrar en el parque, ya que al continuar subiendo hacia el cabezo, se pueden ver dos estructuras más desde las que disfrutar del pulmón verde de Zaragoza y del atardecer.
Puente de Santiago
Allí se encuentran miles de candados que sellan el amor de las parejas con este movimiento internacional. Además, las vistas del Ebro y de la Basílica del Pilar son increíbles desde este punto de la ciudad.
