tribunales 

Los forenses retratan al parricida: "No encaja los reveses y tiene mucha ira contenida"

Los médicos explican al jurado que el acusado no es un enfermo mental, y sabía lo que hacía cuando mató a su padre con ensañamiento y acuchilló a su madre. 

Juicio con jurado contra el acusado por asesinato en La Almozara.
Juicio con jurado contra el acusado por asesinato en La Almozara.
Francisco Jiménez

Héctor López Ferrer, de 42 años, sabía perfectamente lo que hacía cuando decidió acabar con la vida de sus padres. Su intención era matar a los dos, pero la madre tuvo una mínima oportunidad de escapara y salió huyendo de casa con siete navajazos, uno de ellos, el último, que le dio en la espalda cuando salía por la puerta. Su progenitor, sin embargo, murió de los 56 navajazos que le asestó con ensañamiento, como han explicado las cuatro médicas forenses que este jueves han declarado en el juicio con jurado que se sigue en la Audiencia Provincial de Zaragoza. 

Las doctoras han sido rotundas a la hora de concluir que, de acuerdo con los exámenes practicados, tanto de autopsia como de la exploración mental del acusado, este fue en todo momento plenamente consciente de sus actos y conocía las consecuencias penales de los mismos. Admiten que abusaba del alcohol, pero no aprecian que esta circunstancia ni un supuesto síndrome de abstinencia (que no le fue apreciado ni cuando fue detenido) suponga una merma de sus facultades mentales. 

Las profesionales han contado al jurado que las 56 lesiones presentaba la víctima, de 71 años, denotaban una "gran violencia" por el número y  la fuerza empleada (le rompió una vértebra con la navaja de 7,5 centímetros de hoja). También  por la zona en la que se las asestó (cuello y tórax). La víctima sufrió un "ataque masivo por la espalda" y "no tuvo la mínima oportunidad de defensa". 

En cuanto a la madre, han asegurado que el agresor dirigió su arma a zonas vitales (cuello) y que de no ser porque se protegió y escapó, habría fallecido también. Tanto la mujer como su hija están en tratamiento psicológico desde entonces porque sufren estrés postraumático. "Ellas solas se dicen que están bien, pero no lo están. Las dos mujeres tienen una doble carga, la madre intenta olvidarse de si misma para ayudar a la hija y la hija para ayudar a la madre. Pero de esta situación no se sale sin ayuda", ha manifestado una de las forenses. 

Las profesionales examinaron también al detenido y concluyeron que, a la vista de los informes y la exploración, Héctor López Ferrer tiene un trastorno paranoide crónico, es decir, rasgos de personalidad desadaptativos, no se rigen por la norma. Lo han descrito como una persona con una sensibilidad excesiva a los reveses, muy suspicaz, que no olvida las ofensas, y culpa a terceros de sus alteraciones y de todo lo que le pasa. 

"Malinterpreta las acciones amistosas de los demás como si fueran hostiles. Tiene mucha ira contenida y una concepción muy agresiva de sus derechos personales así como una autovaloración excesiva, es decir, siempre piensa que los actos del resto de las personas se refieren a él, por lo que tiende al aislamiento", han contado. 

Las forenses han sido  interrogadas sobre el supuesto lapsus de memoria que alega tener sobre lo ocurrido en la noche del 28 de junio de 2021 en el domicilio en el que residía con sus padres y han sido tajantes: "Hizo un relato ordenado cronológicamente. No detectamos alteración alguna. Sus recuerdos eran muy detallados y  sin fallos. Él dice que no lo recuerda, pero no hay patología que sea causa de lo que dice". La conclusión de las acusaciones ha sido: O ha hecho una amnesia selectiva o miente. 

El juicio encara su recta final. Hoy se practicarán los informes para dejar el veredicto para la próxima semana.

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