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Un beso dado en una discusión lleva a un joven al banquillo de los acusados en Zaragoza

Se enfrenta a 22 meses de multa por un delito contra la libertad sexual, aunque el acusado niega que besara a la chica. 

Fachada de la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Fachada de la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Guillermo Mestre

Un beso dado sin el consentimiento de la receptora podría acarrear a un joven una condena por un delito de agresión sexual. La pena que pide la Fiscalía para el acusado es de 22 meses de multa (la horquilla para los delitos menos graves es de 18 a 24 meses de sanción económica), mientras que su defensa reclama la absolución porque entiende que ni hubo beso ni hubo agresión.

Los hechos que este viernes juzgó la Audiencia Provincial de Zaragoza ocurrieron en una discoteca de Cariñena en noviembre de 2021. Todo empezó con un empujón que el acusado, V. S., dio a otro joven, R. P., al entrar al local. En principio, golpe no fue intencionado y no llegó a mayores. Sin embargo, cuando el chico le dijo a V. S. que tuviera más cuidado, afirma que este respondió dándole un cabezazo que le causó una contusión en la frente y le rompió una varilla de las gafas.

V. S. declaró ante el tribunal que, si bien pudo haber algún empujón porque había "mucha gente" en la entrada, no es cierto que le diera un cabezazo. "No tuve ningún encontronazo con nadie", aseguró, aunque R. P. y los amigos que le acompañaban desmintieron este extremo.

Tras este incidente –por el que la abogada de R. P. pide otra multa para V. S. por lesiones leves y le reclama el pago de las gafas y del teléfono móvil que, al parecer, también se rompió– el acusado entró a la discoteca y se dirigió a la barra para pedir una consumición. Cuando estaba esperando que lo atendieran, una de las amigas de R. P. que había presenciado lo ocurrido en la puerta se dirigió decidida hacia él para pedirle explicaciones.

La joven. B. G., se encaró con él y le preguntó qué le ocurría con R. P., al que el acusado, según dijo, no conocía con antelación, aunque sí a su madre, con la que mantiene un conflicto que está judicializado. "Le pedí explicaciones y él acercó su cara a la mía y me dio un beso. Me sentó fatal y le di una bofetada", relató. r.

Por su parte, V. S. confirmó que, efectivamente, recibió un bofetón, pero negó que la besara. "Se me acercó a la cara y me preguntó por R. P. Yo solo le dije, ‘sí, lo que tú digas’, y me pegó una bofetada", indicó. La discusión se terminó ahí porque varias personas intervinieron para separarlos. Las cámaras del bar recogieron el encaramiento de ambos, aunque por la gente que había alrededor no se aprecia bien todo lo ocurrido, salvo que, de pronto, recibe el golpe en la cara porque se la gira. 

Los amigos de la joven y de R. P. manifiestan que sí le dio un beso y, tal y como dijo la fiscal del caso, fue un acto no consentido y, por lo tanto, un delito contra la libertad sexual. La fiscal comenzó su informe diciendo que parecía un poco excesivo celebrar un juicio por un caso así en la Audiencia, en referencia a las lesiones leves, pero que estaban allí por el abuso sexual.

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