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Ryanair ajustará en primavera sus vuelos desde Zaragoza: suprime dos rutas y recupera otras dos
La aerolínea volverá a establecer una conexión con Galicia pero pondrá fin a los vuelos con destino Lisboa.
Ryanair ha decidido suprimir los vuelos regulares que conectan Zaragoza con Viena y Lisboa a partir de finales de marzo y recuperar de nuevo el de Bolonia, que se sumará así al anunciado reestreno del de Santiago de Compostela. Estos son los principales cambios que la aerolínea irlandesa de bajo coste hará en Zaragoza en la próxima temporada estival y que como es tradición en la aviación se alargará hasta finales de octubre.
Pese a los ajustes en su programación, los aragoneses contarán con el mismo número de conexiones nacionales e internacionales de Ryanair, nueve. Tanto la ruta de Santiago de Compostela como la de Bolonia despegarán el 27 de marzo con dos frecuencias semanales y vendrán a sustituir a las de Viena y Lisboa, que se dejarán de operan con unas horas de antelación, los días 24 y 25, respectivamente.
La medida no se justifica en la falta de demanda en el área de influencia del aeropuerto, dado que ambos vuelos superaron en noviembre, el último mes sobre el que hay datos oficiales, el promedio de ocupación de la compañía en Zaragoza, situada en el 80,7% del pasaje de sus aviones. En el caso del de Lisboa, alcanzó el 83,5% y el de Viena llegó al 85%, solo superados por los de Marrakech (85,4%) y Milán (87,2%).
La supresión del vuelo de Bolonia ha sido finalmente efímera, ya que el último avión cubrió la conexión el pasado 27 de octubre y volverá a hacerlo cinco meses después. Con la nueva temporada se conectará los lunes y viernes y ya se pueden reservar plazas, como en las ocho rutas restantes, hasta finales de octubre. Entonces se desvelará si esta conexión es solo estival y vuelve a desaparecer de la programación o se mantiene para el otoño-invierno, dado que la aerolínea no facilita información y hay que conocer los cambios por su web de reserva de billetes.
La aerolínea de bajo coste ha decidido retomar el vuelo gallego casi dos años y medio después de que lo estrenara de forma efímera en agosto de 2020, ya que con los rebrotes de la pandemia se suspendió sin que tuviera fecha de recuperación hasta hace unas semanas. Ahora operará dos días, los lunes y sábados.
Estas dos rutas se sumarán a la reciente incorporación de la de Venecia, que sin necesidad de subvenciones autonómicas comenzó a operarse el pasado mes de diciembre con otras dos frecuencias semanales. El resto de la programación se mantendrá, por lo que los aragoneses podrán seguir volando a Bruselas, París, Milán, Marruecos, Londres y Palma de Mallorca.
La conexión insular se reforzará con creces para atender el pico de demanda estival. Si ahora Ryanair vuela los martes y sábados, a partir del 26 de marzo también lo hará los domingos y entre junio y agosto ofrecerá cinco frecuencias para volver después a cuatro hasta finalizar la temporada.
Air Europa deja Zaragoza
Esta apuesta está más que justificada porque parte de su competencia ha desistido. En la web de Air Europa ya no se pueden reservar billetes, por lo que Zaragoza se queda sin la aerolínea decana, especializada en este destino.
No obstante, los viajeros sí pueden seguir volando a bordo de los aviones de Vueling, con los que se puede conectar en la actualidad tres veces a la semana con Palma. La aerolínea española ofrecerá una tercera frecuencia en marzo y cinco desde abril hasta octubre.
Del mismo modo, seguirá volando de forma regular a Tenerife, retomará los domingos la conexión de Lanzarote entre el 18 de junio y el 22 de octubre y fletará siete salidas a Gran Canaria hasta marzo. La ruta de París se mantiene en la web, aunque no hay ningún día fijado en el calendario de 2023.
Su ‘pinchazo’ canario lo suple con creces Binter, que como compañía local ofrece de manera invariable sendas rutas con Tenerife y Gran Canaria con cinco frecuencias semanales.
La programación regular se completa con la aerolínea húngara Wizz Air, que se mantiene fiel a su oferta con Rumanía. Vuela a su capital, Bucarest, y a otra de las grandes ciudades del país, Cluj Napoca, aprovechando la demanda de los emigrantes.
