sucesos
Detenido un chamán en Zaragoza tras ser acusado por su pareja de darle infusiones con anfetaminas
La mujer mantiene que la sometía a ejercicios espirituales de "forma obsesiva" y había logrado alejarla de todo su entorno. El sanador lo niega todo y el juez lo deja en libertad.
La Policía Nacional detuvo el pasado viernes en Zaragoza a A. M. R., un chamán de origen cubano pero nacionalizado español al que su pareja acusa de suministrarle infusiones con anfetaminas y de someterla a prácticas y ejercicios espirituales de "forma obsesiva" para controlarla y apartarla de su entorno familiar. Según denunció la mujer cuando compareció en la comisaría de San José, el hombre, con el que mantenía una relación sentimental desde hace cinco meses, le dijo que era sanador y que quería "curarla" de los problemas que arrastraba desde su divorcio. Sin embargo, al empezar a sentirse mal y sospechar que su compañero podía estar drogándola con fines espurios, la mujer acabó denunciándolo por supuestas coacciones y malos tratos psicológicos.
Cuando declaró ante la Policía, la denunciante explicó que conoció al investigado, de 57 años, el pasado mes de julio. Según esta, el hombre se presentó a sí mismo como un "sanador, chamán y psicoanalista" y desde el primer momento se ofreció a "sanarla" de todos los problemas "de su anterior divorcio y antiguas relaciones". Y para ello, dice la mujer, recurría a "diversas prácticas espirituales, con triángulos en el suelo, velas e invocaciones". Ella reconoce que pensó que este hombre la estaba ayudando, pero poco a poco empezó a sentirse mal.
La mujer contó a los agentes que cada vez que acudía al piso de A. M. R. –porque nunca llegaron a convivir como pareja– le hacía tomar infusiones y "comía y bebía" de lo que él preparaba. La denunciante explicó que su compañero le había dicho alguna vez que en otros países utilizaban metanfetaminas "para sanar los cuerpos" y que a él le gustaría experimentar. Por ello, cuando empezó a notar que pasaba los días "muy adormilada" y tenía problemas "incluso para hablar y vocalizar correctamente", sospechó que su compañero podría estar drogándola.
"Totalmente acosada"
La víctima, a la que asisten los abogados Carmen Sánchez y Luis Marcén, llegó a la conclusión de que el investigado quería tenerla siempre controlada y que rompiera cualquier relación afectiva con terceros: familia o amigos. Ello, sumado a los problemas físicos que estaba notando, llevaron a la mujer a romper la relación. Según esta mujer, desde ese momento, A. M. R. no ha dejado de enviarle mensajes y fotografías a través de Whatsapp, sintiéndose "totalmente acosada" y llegando a bloquearlo en su teléfono móvil. Sobre todo, dijo ella, porque el contenido de alguno de los mensajes le hizo pensar que podía correr peligro. Pero al ver que ella le había bloqueado, el hombre se personó en su domicilio, lo que obligó a la mujer a llamar a la Policía.
La detención del sospechoso se produjo el mismo día que se tramitó la denuncia. Primero en comisaría y después ante el juez de guardia, A. M. R. reconoció que mantuvo una relación sentimental con la mujer, pero negó que le hubiera dado infusiones con anfetaminas o cualquier otra droga. Negó también que haya intentado separarla de su entorno afectivo.
El hombre, al que defiende la letrada Cristina Martínez, aseguró que cuando estaban juntos solo bebían "té y agua". Y en cuanto a los supuestos rituales, manifestó que "embellecían la casa con velas y mandalas". Reconoció que había enviado algún mensaje a la denunciante, pero insistió en que su intención "no era causar miedo".
El sospechoso quedó el día 31 en libertad, pero este martes compareció de nuevo ante el titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer 1 de Zaragoza, quien decidió archivar el caso por considerar que no hay pruebas de las coacciones. En cualquier caso, de momento, existe una orden de alejamiento sobre el hombre.
