Perfil
María Navarro: la sucesora natural
Abogada de formación y profesión, la concejal de Hacienda tiene como principales valores su trayectoria en el partido y la capacidad de gestión.
De un lado a otro a toda velocidad, a María Navarro la acompaña siempre una nube de papeles, cuadernos y carpetas. Como la alumna aplicada que afronta el enésimo examen final. Es la concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Zaragoza y eso es ser la concejal de los problemas. Ahora encara un nuevo desafío: ser elegida candidata a la alcaldía.
Casada y con tres hijas, María Navarro (Zaragoza, 1984) es una política precoz. Licenciada en Derecho y máster en Urbanismo por la Universidad de Zaragoza, es especialista en Derecho Público. Tras su paso por el prestigioso despacho de abogados zaragozano de Saenz de Buruaga, inició su carrera política de la mano del exconsejero de Presidencia del Gobierno de Luisa Fernanda Rudi, Roberto Bermúdez de Castro, de quien fue jefa de gabinete con solo 28 años. Su salto a la primera línea llegó en 2013, cuando accedió al Senado tras la muerte de José Atarés.
Fue su estreno, pero la parsimonia de la Cámara Alta no era el mejor campo de entrenamiento para una debutante en política. Sí lo fue el Ayuntamiento de Zaragoza. Como novena de la lista del PP, tomó posesión 2015 e inició su verdadero máster en política. Después de la salida de Eloy Suárez del Consistorio, el ascenso de Jorge Azcón a la portavocía del grupo le propició su gran oportunidad. Como responsable de Hacienda del PP en la oposición, su perfil político empezó a crecer.
Controlaba al detalle cada número que se movía en el Ayuntamiento. La situación de los pagos, el control de la contratación, la gestión de la plusvalía o el bajo nivel inversor fueron sus banderas con las que azotó el tambaleante gobierno de ZEC. Poco a poco se situó en el equipo de confianza de Azcón hasta el punto de que en 2019, le acompañó como número 2 de la lista. A nadie le extrañó.
Tras llegar al gobierno, estaba destinada a ser la responsable de Presidencia, Hacienda y Régimen Interior, portavoz del PP municipal y del gobierno bipartito. En definitiva, la mano derecha de Azcón, la mujer con más poder político del Ayuntamiento y, de facto, la sucesora natural. Trabajadora incansable y perfeccionista, exigente con sus equipos, se centró en la gestión, aunque para muchos descuidó aspectos tan determinantes en la acción política, como la comunicación, la estrategia y la negociación.
El escenario con el que ha tenido que lidiar en el Área de Hacienda ha sido de gran complejidad. Con la ciudad por encima de los topes legales de endeudamiento, se encontró con un cajón lleno de condenas judiciales impagadas, un servicio de contratación al límite y miles de recursos al pago de la plusvalía. Y como colofón, una pandemia que colapsó la economía mundial.
Aunque los volúmenes de deuda siguen siendo elevados, Navarro ha logrado encauzar la situación, especialmente al lograr que el Ministerio de Hacienda aceptara que las cuentas del tranvía dejaran de computar en el pasivo municipal. Sus planes de choque en contratación, la búsqueda de nuevas vías de ingresos, la estrategia de captación de fondos europeos o la política de contención fiscal le han dado aire.
Y, a la espera de que apruebe el último, ha logrado sacar adelante los presupuestos con Vox dando garantías de estabilidad al gobierno PP-Cs. Por el camino han surgido nuevos quebraderos de cabeza, como el alza de los precios de la energía o la gestión de la plusvalía, que han causado un “boquetón” en las arcas municipales, como en una ocasión dijo la propia Navarro.
Llega a la carrera de la sucesión con el peso de su trayectoria, tanto en materia de gestión como en su partido en Aragón, del que es adjunta a la secretaría general. Por eso, es la que más se juega. Siempre cauta y poco amiga de las estridencias, ha preferido permanecer en un segundo plano mientras se hablaba de posibles candidatas. Pero, quiera o no, para ella llega el momento del examen definitivo.
