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A prisión por arruinar y dejar sin casa a una anciana con alzhéimer en Zaragoza

La estafadora, condenada a cinco años, se aprovechó de la discapacidad del hijo de la víctima para engañarlo y hacerles perder un piso en pleno centro de la capital, un apartamento en Cantabria y todos sus ahorros.

La acusada, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
La acusada, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
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La desahogada vida que llevaban Encarna y su hijo Tomás (nombres ficticios) en Zaragoza empezó a desmoronarse el día que María Teresa Erelos Sole, de 54 años, se cruzó en su camino. Porque aprovechándose del alzhéimer que padecía la anciana y del déficit intelectual del joven, esta mujer urdió un plan que hizo esfumarse todo su patrimonio y los llevó prácticamente a la ruina. Una estafa por la que la Audiencia Provincial acaba de condenarla a cinco años de prisión y la devolución de la parte del dinero que hizo suyo. Y aunque la suma a reintegrar se calculará al ejecutar la sentencia, se estima que esta superará con creces los 50.000 euros.

Antes de conocer a la acusada, madre e hijo vivían en un piso de 120 metros en una de las zonas más privilegiadas de la capital aragonesa, disfrutaban de un apartamento en Noja (Cantabria), tenían ahorros en el banco y contaban con dos pensiones por las que ingresaban más de 2.000 euros al mes. Sin embargo, los tejemanejes de esta estafadora hicieron que la anciana y el joven acabaran prácticamente en la calle.

Antes de que saliera a la luz el  engaño, en un gesto de aparente generosidad, María Teresa Erelos se comprometió a sufragar los gastos de la residencia en la que ingresó Encarna en mayo de 2018 y en la que falleció el 25 de diciembre de 2020. Pero la investigada dejó de abonar los recibos desde el primer momento. En cuanto a Tomás, ha terminado viviendo en un piso compartido tutelado por la DGA y se mantiene gracias a una pensión no contributiva.

La enfermedad degenerativa de la anciana y el trastorno de personalidad de su hijo, que fue declarado parcialmente incapaz para regir su persona y bienes, permitieron a la acusada hacer y deshacer a sus anchas durante dos años. De hecho, entre 2016 y 2018 se evaporaron los bienes inmuebles y el capital de las víctimas. Afortunadamente, en la residencia donde ingresó Encarna se dieron cuenta de que alguien podía    haber estado esquilmando el patrimonio de la mujer. Aquello condujo a su  incapacitación, haciéndose cargo de ella la Comisión de Tutelas del Gobierno de Aragón. La que a la postre presentó la denuncia que permitió identificar a la responsable de semejante despropósito.

Cinco años de cárcel

Por estos hechos, se sentó también en el banquillo de los acusados Blas L. O., amigo de Tomás y  persona que le presentó a la primera. En un principio, la Fiscalía    y la acusación particular, a cargo de Iván Sanz Burgos, consideraba también a este hombre una    pieza importante de la estafa. Pero cambiaron de opinión en el juicio, solicitando únicamente un año de cárcel para él. Finalmente, la Sección Sexta de la Audiencia de Zaragoza lo ha absuelto.

Para los magistrados, la vulnerabilidad de Tomás le hizo seguir «a pies juntillas» todas las recomendaciones que le hacía la acusada, que aparentando ser agente inmobiliaria le convenció para pedir un poder ilimitado a su madre. Y con este, le indujo a llevar a cabo operaciones inmobiliarias de «desastrosas consecuencias», ya que se vendía siempre por debajo de precio de mercado. El objetivo de la condenada, poder justificar comisiones y gastos con los que hizo una fortuna. Contra la sentencia cabe recurso.

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