Cierra Vifer, uno de los comercios más emblemáticos y antiguos de Zaragoza

Fundada en 1940, esta tienda especializada en ropa laboral pone fin a una saga familiar de tres generaciones: “Solo podemos dar las gracias por permitirnos continuar hasta hoy”.

Eva María Palacín, Rosa María Lara y Mariví Fernández, tras el mostrador de Vifer.
Eva María Palacín, Rosa María Lara y Mariví Fernández, tras el mostrador de Vifer.
Camino Ivars

Ubicada en el número 40 de la calle Manifestación de la capital aragonesa -una bocacalle de la calle Alfonso- se encuentra Vifer, sin duda, una de las tiendas más emblemáticas y con más historia de la ciudad. No en vano, aunque en otra ubicación, abrió sus puertas hace nada más y nada menos que 82 años. En concreto, en la calle Escuelas Pías          -desaparecida en la actualidad-, a escasos metros del Mercado Central. El local actual abrió sus puertas en 1975.

Aunque comenzó como sastrería, con los años fue especializándose en ropa laboral. Hoy, amontonadas en perchas y estanterías, encontramos batas -tanto escolares como de ir por casa-, uniformes sanitarios de colores, ropa destinada al sector de la hostelería y una amplia variedad de productos dedicados al mundo de la industria en general. Así lo explica María Victoria Fernández Ledesma, más conocida como Mariví, quien a sus 65 años pone fin a una saga familiar de tres generaciones: “Solo podemos dar las gracias por permitirnos continuar hasta hoy”.

La zaragozana todavía recuerda cómo, con 43 años, llegó para coger las riendas de este negocio familiar. Fue hace más de dos décadas y le acompañaba su padre, Víctor Fernández Arilla, uno de los últimos sastres de la ciudad que a su vez cogía el testigo con tan solo 16 años de manos de su padre, el también sastre Fernando Fernández. “Estaba muy asustada. No conocía absolutamente nada del sector. Era una gran responsabilidad”, reconoce.

Eso sí, las cosas han cambiado sobre manera. “Hoy se han introducido estampados de fantasía y materiales que antaño no se trabajaban, pero Internet ha hecho mucho daño al trabajo de toda la vida y al comercio de proximidad”, afirma. Y es que, aunque son muchos quienes continúan valorando el trato personalizado, la red se ha convertido en un competidor feroz contra el que el comercio tradicional no puede luchar: “Lo hemos intentado, pero las circunstancias actuales no han acompañado”.

Mariví Fernández Ledesma, en la puerta de Vifer.
Mariví Fernández Ledesma, en la puerta de Vifer.
Camino Ivars

Mariví reconoce que, por ella, todavía habría aguantado abierta un poco más. “Ha sido imposible. La realidad es la que es y toca cerrar ciclos. Tras pensarlo mucho he decidido jubilarme el 31 de diciembre de 2022”, explica. Así, Zaragoza se despide de uno de los negocios más longevos de la ciudad, y de una de las pocas tiendas dedicada en exclusiva a ropa laboral.

Días de despedidas

Desde hace días, tanto Mariví como sus dependientas, Eva María Palacín y Rosa María Lara, se afanan en despedirse de sus clientes de toda la vida. En el caso de esta última, Vifer ha sido como su casa. “Entré aquí con 16 años, hace más de 50, y no he trabajado en ningún otro lugar. Todo lo que sé a nivel laboral lo he aprendido aquí”, explica, apenada. En tan solo unos días ha realizado más de medio centenar de llamadas y se ha acercado, personalmente, a despedirse de algunos de los clientes de toda la vida. “La gente se está tomando la noticia con mucha pena. Nos dicen que ahora adónde van a llamar”, explica.

Por eso, Mariví solo puede “dar las gracias a todas las personas que nos están inundando de muestras de cariño”, y, sobre todo, que están adelantando compras que “no tendrían por qué hacer todavía, pero nos quieren ayudar”. De hecho, en los próximos días muchos recibirán una carta de despedida que han preparado. “Esto te demuestra que has hecho bien las cosas, es una bonita manera de despedirse de la ciudad”, concluye.  

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