Zaragoza aprueba la operación Romareda con el único rechazo del PSOE

El Ayuntamiento modifica el PGOU para que el futuro estadio tenga 20.500 metros cuadrados de tiendas y otros usos lucrativos. Los socialistas acusan a PP-Cs de “reventar el consenso” y Azcón dice que “son expertos en mentir”.

Jorge Azcón en el pleno de este martes en el Ayuntamiento de Zaragoza
Jorge Azcón en el pleno de este martes en el Ayuntamiento de Zaragoza
Francisco Jiménez

En un clima crispado y tenso, la operación Romareda toma impulso. Lo hace con la previsión de tener un anteproyecto en el primer semestre del próximo año y con la garantía del alcalde, Jorge Azcón, de que será el club el que pague la construcción del nuevo campo a cambio de la explotación de las instalaciones. Pero la aspiración de levantar un nuevo estadio, pieza clave para el objetivo de Zaragoza de ser una de las sedes del Mundial 2030, con un amplio acuerdo político e institucional se estampa con la realidad: la ruptura entre PP-Cs y el PSOE a seis meses de las elecciones condena al cuarto proyecto de estadio municipal a echar a andar sin consenso. Otra vez.

El pleno del Ayuntamiento de Zaragoza ha aprobado la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para dotar al estadio de superficie para comercios, oficinas y otros usos lucrativos con los que sostener su futuro modelo de explotación. Lo ha hecho con los votos de PP-Cs y Vox, como ocurrió en la comisión de Urbanismo, pero también con el respaldo de Podemos después de un acuerdo alcanzado por escrito, que permitirá impulsar la Ciudad del Deporte y que garantiza que las instalaciones seguirán siendo públicas. Al abstenerse ZEC, que mantiene sus dudas ante la operación, el PSOE se ha quedado solo en su oposición al proyecto.

El debate lo ha abierto el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, que ha dicho que se trata de una modificación “tranquila”. En concreto, se elimina una parcela de suelo con capacidad para 42.500 metros cuadrados de usos terciarios que existía junto al campo desde 2005. Pero esos aprovechamientos urbanísticos no desaparecen. 20.500 se incorporan a La Romareda, que ya tenía otros 2.000 para comercios y oficinas sin consumir, con el objetivo de garantizar un modelo de explotación todavía por concretar. El resto, 22.000, quedan inscritos en el registro de la propiedad a la espera de que se les asigne un suelo que acabe vendido para financiar obras como la recuperación del Huerva o la Ciudad del Deporte.

La medida, según Serrano, “embellece” la zona y mejora la seguridad y protección del nuevo complejo deportivo, que tendrá un total de 67.000 metros cuadrados y 45.000 espectadores. El edil ha defendido, anticipándose a las críticas, que el proceso ha sido “transparente” y negociado y que ha tenido en cuenta peticiones de todos los grupos. En concreto, ha insistido en que la operación no incorpora una recalificación para suelo residencial, como solicitó el PSOE en la etapa de Pilar Alegría.

Pero el PSOE ha salido duro. El edil Horacio Royo ha señalado que “es un mal día” para Zaragoza, dado que a juicio debería haber sido “el resultado de un gran acuerdo de ciudad”. En su opinión, es “un juguete al servicio de las urgencias electorales del alcalde”, que se ha dedicado “a reventar el consenso”. El motivo del voto en contra es que la operación se guía “por el procedimiento más opaco”, una suerte de “juego de sombras” en el que el gobierno no esta mostrando todos los detalles de la operación.

En este sentido, ha subrayado que no se conoce el valor de los 20.500 metros cuadrados que se trasvasan al nuevo estadio ni el destino de los 22.000 que quedan inscritos en el Registro de la Propiedad. También ha criticado que a estas alturas del proceso no se conozca el modelo concesional. “Quieren sacar esto solos para mantener el bulo de que el PSOE bloquea. Su actitud ha sido sacar al PSOE”, le ha dicho Royo al alcalde, a quien ha acusado de no querer negociar. “Esto va a salir con 18 votos. Nosotros no bloqueamos. Este proyecto debe ser transparente y no lo es”, ha concluido.

Los socialistas Luis Miguel García, Lola Ranera y Horacio Royo, este martes en el pleno.
Los socialistas Luis Miguel García, Lola Ranera y Horacio Royo, este martes en el pleno.
Francisco Jiménez

El gobierno ha replicado con dureza a las acusaciones de los socialistas, especialmente a las de no querer negociar. Es más, el alcalde de Zaragoza y el propio Serrano han desvelado que se han mantenido negociaciones con el PSOE bajo la exigencia por parte de los socialistas de que esos encuentros no se hicieran públicos. “Son expertos en mentir”, ha dicho el alcalde.

Azcón y Serrano han atacado a la portavoz socialista, Lola Ranera, por no haber intervenido en este debate. "Da igual. Ni la señora Ranera ni el señor Royo mandan en su opinión sobre La Romareda. Todos sabemos quién manda, quién dice una cosa y vota la contraria. Ayer no iba a poner palos en la rueda y cuando llega la hora de la verdad vota en contra”, ha lamentado Azcón en referencia a la supuesta falta de autonomía del grupo socialista respecto a las instrucciones del presidente de Aragón, Javier Lambán.

“¿El PSOE vota en contra porque el proyecto es malo o porque tiene otra alternativa? Vota en contra porque el PSOE piensa en el PSOE”, ha dicho Azcón. El regidor ha sostenido que a los socialistas “no les importa la ciudad, sino sus intereses electorales”. El regidor ha subrayado “las destrezas” del gobierno para sacar adelante un campo de fútbol que “por primera vez no pagan los presupuestos, sino el Real Zaragoza y fondos privados”. “Es el mejor proyecto que se ha presentado nunca”, concluyó.

Pero el bipartito no ha estado solo. En primer lugar, ha recibido el respaldo de su socio habitual, Vox, que ha expresado su sorpresa por lo encendido del debate cuando la modificación del PGOU que se ha sometido a votación.  "Es de las más sencillas que ha aprobado el Ayuntamiento", ha declarado Julio Calvo, que ha sido especialmente crítico con la posición del PSOE. "Aplican la oposición 2.0, es el 'no es no' de Sánchez, se oponen a lo que sea", ha afirmado.

Fernando Rivarés, de Podemos, no ha cargado contra el PSOE. Sin embargo, ha dejado claro que el gobierno municipal "ha tenido voluntad de negociar". Ha hecho valer los aspectos recogidos en el acuerdo con PP-Cs, como las garantías de que se destinarán recursos de la explotación del estadio y del solar sobrante junto a La Romareda para financiar la Ciudad del Deporte

Más crítico ha sido Pedro Santisteve, de ZEC. Ha lamentado que el alcalde haya utilizado el proyecto "en clave electoral", así como que no se haya estudiado un proyecto de remodelación integral, más barato que la construcción de un nuevo estadio que prevé el gobierno. "La Romareda no es el primer problema de la ciudad", ha afirmado. En cualquier caso ha expresado sus "dudas" sobre la operación, especialmente sobre la capacidad de mantener el control público sobre el estadio.

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