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El militar que mató a un zaragozano de un puñetazo tendrá que indemnizar a la familia para no ir a prisión

La juez ha advertido al acusado de que no suspenderá la condena hasta que  muestre "voluntad real" de pagar la responsabilidad civil por  los daños morales causados 

El acusado, sentado, habla con su abogado sobre los términos del acuerdo de conformidad alcanzado este lunes.
El acusado, sentado, habla con su abogado sobre los términos del acuerdo de conformidad alcanzado este lunes.
Heraldo

José W. D. P. ha aceptado una condena de dos años de cárcel como autor del puñetazo que costó la vida a Cristian F. S., de 41 años, la noche del 29 de enero de 2020 en la puerta del Gran Café Zaragozano, tras una discusión. El acusado deberá indemnizar a la madre del fallecido con 100.000 euros por los daños morales causados, como solicitaba el Ministerio Público. También tendrá que pagar una multa de 360 euros por las lesiones leves ocasionadas a Alejandro P. y compensarle con 480 euros.

La condena por un delito de homicidio por imprudencia grave, en concurso ideal con otro de lesiones, es fruto de un acuerdo de conformidad alcanzado este lunes en el juzgado de lo Penal número 4 de Zaragoza entre la Fiscalía, la acusación particular, ejercida por el abogado José Luis Melguizo, y la defensa, a cargo del letrado Francisco García Berenguer.

El acusado, nacido en Canarias y militar en excedencia voluntaria desde que ocurrieron los hechos, se enfrentaba inicialmente a una condena de tres años de cárcel, lo que le abocaba a entrar en prisión. Además, había comunicado que era insolvente, por lo que era difícil que pudiera responder civilmente por el daño causado.

Sin embargo, la negociación entre las partes ha permitido que, por un lado, el abogado de José W. D. P. solicite la suspensión de la pena para su cliente por ser inferior a dos años y, por otro, que la familia del fallecido sea mínimamente compensada por la muerte de su ser querido. Aunque, como ha señalado desolada Trinidad S., madre de Cristian, "no hay nada en el mundo" que le pueda resarcir de la pérdida de su hijo.

No obstante, la titular del juzgado, la magistrada Gema Luengo, ha advertido expresamente al acusado, de 32 años, que, por el momento, no se va a pronunciar sobre la suspensión de la pena hasta que ella misma pueda valorar que tiene una «voluntad real» de pagar la responsabilidad civil y compensar el daño moral causado a la familia. En este sentido, José W. D. P. deberá hacer un ingreso en los próximos días de una cantidad que la magistrada entienda suficiente y, probablemente, establecer un plan de pagos para el resto. De ello dependerá que ingrese o no en prisión.

Los hechos que han dado origen a esta causa ocurrieron el día de San Valero, patrón de Zaragoza, de 2020. Cristian F. S., taxista de profesión, había salido con amigos a tomar algo, al igual que José W. D. P. Los dos grupos coincidieron en el Gran Café Zaragozano y se produjo una discusión por motivos banales que terminó en la calle.

Cuando parecía que se había sosegado la cosa, la disputa se reavivó. Un policía nacional libre de servicio que estaba casualmente allí observó que José W. D. P. tenía una actitud especialmente agresiva y llegó a mostrarle la placa y pedirle que se calmara. Pero el militar ignoró sus indicaciones y siguió discutiendo e increpando a Cristian F. S. y a su amigo Alejandro P., que también resultó lesionado, pero de carácter leve.

En un momento dado, estando justo en la esquina de entrada del Tubo, el militar del Regimiento de Pontoneros de Zaragoza asestó un fuerte puñetazo en la cara a Cristian F. S., que cayó al suelo a plomo y quedó paralizado. Cuando el policía fue a socorrerlo, estaba consciente pero no respondía a sus preguntas, tenía la respiración muy fuerte y sangraba por la nariz. La agresión fue recogida por las cámaras de seguridad tanto del pub como del restaurante La Pulpería, situado a escaso metros.

A consecuencia del puñetazo la víctima sufrió la fractura de los huesos propios de la nariz y del tabique nasal. Pero las graves realmente fueron las fracturas craneales (de peñasco y temporal izquierdo y de la base del cráneo) que lo llevaron a la uci directamente y le causaron la muerte el 13 de marzo, 43 días después. 

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