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La arrestada por drogar a su ex con una croqueta logró enviarlo al calabozo dos meses después

La mujer denunció al marido por coacciones alegando que no había pagado dos facturas y la Policía Nacional lo detuvo.

Imagen de archivo de un coche de Policía Nacional
Imagen de archivo de un coche de Policía Nacional
EP

La mujer arrestada por narcotizar presuntamente a su marido poniéndole una alta dosis de sedante en una croqueta para sustraerle después 27.000 euros de las cuentas bancarias lo envió dos meses después al calabozo con una denuncia por coacciones en la que lo acusaba de haber devuelto un recibo de El Corte Inglés y otro de luz de la casa en la que él ya no vivía. Según explicaron ayer fuentes cercanas al caso, esa era la segunda vez que M. L. G., abogada y dirigente sindical, lo denunciaba por el mismo motivo, pero la primera lo había hecho ante el Juzgado de Violencia contra la Mujer número 1 de Zaragoza, cuyo titular dictó el sobreseimiento libre al no apreciar delito alguno.

No conforme con esta resolución, dictada el 18 de octubre, M. L. G., de 47 años, se presentó acto seguido en la comisaría del Actur de la Policía y denunció a su marido, también abogado, por idénticos motivos. Los agentes, tras tomarle declaración como supuesta víctima de violencia de género, acudieron al despacho de su marido, del que se está separando, se lo llevaron detenido, lo ficharon y lo metieron toda la noche en el calabozo hasta que fue llevado ante el juez para celebrar una vista.

Como la vez anterior, el magistrado dictó auto inmediato de libertad y sobreseimiento libre del asunto, sin oposición de la Fiscalía, por no apreciar tal delito de coacciones. Las dos resoluciones han sido recurridas por M. L. G.

Mientras estos dos asuntos están pendientes de recurso, un juzgado de instrucción investiga el delito contra las personas –que abarca desde unas lesiones hasta un intento de homicidio– del que fue víctima su marido, así como la sustracción de dinero.

Excusas para quedarse sola

Como informó la Policía, la intoxicación con sedantes se produjo el 24 de agosto. La pareja quedó en un restaurante para cenar y hablar de los trámites de separación. La mujer logró quedarse sola en la mesa en un par de ocasiones, las mismas que mandó a su ex a la barra con distintas excusas, y aprovechó esos momentos para sacar algo del bolso y manipular una croqueta de bacalao del plato de su marido e introducir lo que luego resultaría ser una importante cantidad de benzodiacepinas. El medicamento provocó somnolencia y malestar al varón y ella lo acompañó a casa. Cuando se despertó, no recordaba nada y comprobó que habían hecho cuatro transferencias bancarias desde su teléfono móvil a tres cuentas de su mujer y una de su hija.

Al no saber qué había pasado, acudió a la Policía para contar lo sucedido, pero sin denunciar a su pareja en concreto. También aportó el resultado de los análisis que se hizo antes en el hospital y que reflejaban un contenido de cerca de 399 nanogramos de benzodiacepinas en orina, cuando el límite recomendado para no causar grave daño a la salud es de 200.

La investigación abierta por el Grupo de Homicidios concluyó que la intoxicación medicamentosa fue provocada presuntamente por la exmujer. Los agentes la arrestaron y ella se acogió a su derecho a no declarar. A diferencia de lo que dos meses después le ocurriría a su exmarido, fue puesta en libertad a la espera de ser citada por la autoridad judicial.

Según fuentes conocedoras del caso, el arresto y la negativa a retirar la denuncia por parte de su ex fue lo que le llevó después a acusarlo de coacciones por el impago de las dos facturas mencionadas. Una de ellas es la del recibo de la luz del chalé de lujo de la urbanización Torres de San Lamberto que él había adquirido para la familia unos meses antes de que en junio ella le dijera que cortaba la relación y él tuviera que irse de casa. Este diario se puso ayer en contacto con el abogado José María Viladés, que representa al hombre, para conocer su versión, pero se negó a hacer cualquier tipo de comentario. Tampoco el despacho que defiende a la mujer quiso hacer declaraciones.

Según informó la Jefatura Superior de Policía, la investigada solicitó ayer presencia policial al sentirse presuntamente acosada por la prensa en la puerta de su domicilio.

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