Huelga de autobuses

Los paros de los autobuses castigan más a las mujeres trabajadoras de Zaragoza

El 67% de los usuarios de los autobuses de Zaragoza son mujeres, el 35 % viaja por motivos laborales y el 44% tiene entre 36 y 60 años.

Mujeres esperando en una parada de autobús de Zaragoza.
Mujeres esperando en una parada de autobús de Zaragoza.
Víctor Meneses

La semana avanza y los paros de los conductores de los autobuses urbanos de Zaragoza continúan. Este miércoles, el servicio reduce sus frecuencias entre las 7.30 y las 9.30, entre las 13.30 y las 15.30 y entre las 18.30 y 20.30. Los horarios clave para las entradas y salidas del trabajo.

De hecho, según una encuesta realizada por Avanza en 2021 sobre el análisis de calidad percibida por el usuario de la red de autobuses urbanos de Zaragoza, el principal motivo del viaje es laboral (35%), seguido muy de lejos por el ocio (14%), los estudios, el regreso al domicilio y otros (11%), la sanidad (7%), las compras (6%) y gestiones administrativas (3%). De estos datos se desprende que los más perjudicados por los paros de los autobuses son los trabajadores.

No solo eso, esta encuesta refleja que la mayoría de los usuarios de este transporte público son mujeres. El 67% frente al 33 % de los hombres que utilizan este servicio. 

Por edades, el 44% se sitúa en la franja entre 36 y 60 años, el 36% tiene entre 16 y 35 años, y el 20% restante más de 61 años. Es decir, que el perfil del usuario de los autobuses de Zaragoza es una mujer, trabajadora, de entre 36 y 60 años. Con estos datos, podemos concluir que la huelga de los conductores está castigando más a las mujeres trabajadoras de la ciudad.

El 67% de los usuarios de los autobuses de Zaragoza son mujeres y el 44% tienen entre 36 y 60 años.
M.O.

Retrasos en el trabajo y problemas laborales

En la calle eso se refleja. Si uno pasa por delante de las paradas más frecuentadas, la mayoría de las personas que esperan la llegada del autobús son mujeres. Es el caso de Milena Mejía, que baja de un convoy en la plaza de San Miguel. “Lo utilizo todos los días por la mañana para ir al trabajo porque no tengo coche”, dice. “Si lo tuviera no utilizaría el autobús porque con la huelga van con retraso y no cumple las frecuencias”, lamenta esta usuaria. “Estoy llegando muy tarde al trabajo”, asegura Mejía.

Un caso similar relata Ana Sánchez. Esta autónoma, que vive cerca de Peñaflor, coge el autobús diariamente. “Me tengo que desplazar varias veces al día y con mucha asiduidad. No tengo carné ni coche y dependo únicamente del transporte público por lo que los paros están dificultando mucho mi trabajo”, asegura esta usuaria.

Algunas de ellas, buscan alternativas: Eunice Vega coge el 29 todos los días para ir a trabajar a Salvador Allende. “Con la huelga, llego más tarde a mi trabajo. A veces tengo que coger un taxi para no retrasarme y no perder mi empleo”, explica.

Conchi Rivas es previsora y “sabiendo que hay huelga he salido con tiempo de casa. A una mala, puedo ir andando a mi trabajo”, dice. También Victoria Aznar sale antes para evitar llegar tarde con los paros. “Me preparo con una hora de antelación a lo habitual para poder llegar a tiempo a mis citas”, asegura esta estudiante.

Trabajadoras, madres y de barrios vulnerables

Ellas pueden hacerlo, pero muchas otras no. Son sobre todo madres que deben dejar y recoger a los niños en el colegio a una hora fija y marcharse después a trabajar. “No puedo madrugar más porque la hora de entrada de los niños en el colegio es la misma siempre”, explica María Martínez. “Pero lo peor es llegar a buscarlos al salir del trabajo. Salgo con el tiempo justo y, si hay huelga a mediodía, no llego”, lamenta esta madre trabajadora.

Usuarias como ellas cogen el autobús porque ni disponen de coche, ni viven o trabajan cerca del tranvía, es decir, se desplazan entre barrios como Torrero, Las Fuentes, San José, Oliver, Delicias, Valdefierro o La Jota. Distritos históricamente más vulnerables que Actur, Parque Goya, Zona Centro, Romareda o Valdespartera, por donde discurre el eje del tranvía.

Así pues, las personas más afectadas por la huelga de los autobuses son mujeres trabajadoras, algunas de ellas madres, que viven en barrios populares donde hay más riesgo de vulnerabilidad.

Para Stacey Gutierrez usar el coche en lugar del autobús para llegar a la universidad es impensable. “Uso el autobús todos los días para ir a la universidad. No uso coche porque no tengo el carné y es muy costoso. Con la huelga he llegado tarde muchos días, 25 o 30 minutos y no he podido entrar a clase porque me cierran la puerta”, afirma esta estudiante.

Ana Ceña es empleada de la limpieza en un colegio zaragozano. Ella no usa el transporte público porque vive cerca de su centro de trabajo, pero muchas de sus compañeras sí lo hacen. “Vienen desde La Almozara y Las Fuentes y, a pesar de la huelga, no quieren coger el coche por evitarse el gasto de la gasolina. Con los sueldos que tenemos, no llega”, concluye esta limpiadora.

Mañana, jueves, los paros continúan y se producirán entre las 7.00 y las 9.00, entre las 13.00 y las 15.00 y entre las 18.00 y las 20.00. El viernes serán de 7.15 a 9.15, de 13.15 a 15.15 y de 18.15 a 20.15.

La huelga es consecuencia del fracaso de las negociaciones en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) que se extendieron hasta la medianoche del pasado viernes. El comité se negó a aceptar la propuesta de Avanza -que incluía una subida fija del 8,5% y una cláusula de revisión del 12% que, unida al resto de pluses, suponía un incremento del 16%-.

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