El Seprona culpa a tres operarios de un incendio forestal en Villafranca de Ebro

Los investigados son tres trabajadores de la empresa que reparaba los caminos de un coto de caza en una zona especialmente protegida catalogada como ZEPA y LIC. 

El fuego se declaró el pasado 29 de septiembre durante la reparación de una excavadora.
El fuego se declaró el pasado 29 de septiembre durante la reparación de una excavadora.
Guardia Civil

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha abierto diligencias contra tres personas y una empresa como presuntos responsables del incendio forestal que se produjo el pasado 29 de septiembre en Villafranca de Ebro y arrasó 52 hectáreas de monte bajo y campos de cultivo. El fuego se inició durante la reparación de una excavadora con la que se estaban reparando los caminos de un coto de caza. Según los investigadores, porque los operarios que llevaban a cabo estas labores no adoptaron las oportunas medidas de seguridad.

La Comandancia de Zaragoza recordaba ayer que las llamas se declararon en el paraje conocido como el Barranco de San Julián durante una jornada en la que las temperaturas máximas eran especialmente altas. En las conclusiones del informe remitido al juez que investiga los hechos, el Seprona asegura que los encausados no tuvieron en cuenta el elevado riesgo de incendio ni contaban con «los más básicos» medios de extinción. A ello añade el hecho de que, antes de acometer la reparación de la máquina, ni los trabajadores ni la empresa se preocuparan de limpiar «el combustible ligero muerto y la zona de trabajo», tal como establece la normativa vigente en materia de incendios.

Se da la circunstancia de que las 52 hectáreas que terminaron siendo pasto del fuego se encuentran en su totalidad protegidas, ya que se ubican en una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) denominada «Montes de Alfajarín y Saso de Osera». La Guardia Civil explicaba que también están clasificadas como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y dentro del Ámbito de Protección de Especies Catalogadas como el cernícalo primilla, el águila perdicera o la krascheninnkovia ceratoides, una rara planta de la familia amaranthaceae.

Por todo ello, a estas tres personas y a la empresa para la que trabajan se las investiga por un delito de incendio forestal por imprudencia grave. El Código Penal contempla penas de entre 1 y 5 años de cárcel para aquellos que sean condenados por quemar montes o masas forestales.

Incendio de Ateca

Por otro lado, como informaba el pasado sábado HERALDO, la jueza de Calatayud que investiga el gran incendio de Ateca, en el que ardieron más de 14.000 hectáreas, ha citado ya a declarar a los cinco encausados. Se trata del conductor de la pala-excavadora o retro-araña que provocó la chispa inicial y un compañero de faena, así como de los tres empleados de la empresa Land Life, encargada del proyecto de reforestación que se llevaba a cabo en la zona. En este caso, las penas a imponer serían más severas, ya que hubo que desalojar varios pueblos y existió riesgo para las personas.

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