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Aceras estrechas, bordillos sin rebajar y otras "auténticas trampas" en los barrios de Zaragoza

La mayoría de obstáculos que dificultan la movilidad en sillas de ruedas, con carro de bebé o de la compra se encuentran en las calles secundarias de las zonas más antiguas.

Un poste eléctrico en medio de la acera obstaculiza el paso en Salvador Minguijón, una de las calles principales de Las Fuentes; rebajes con dos centímetros de desnivel dificultan el tránsito; las raíces de los árboles levantan las aceras en Las Fuentes
Un poste eléctrico en medio de la acera obstaculiza el paso en Salvador Minguijón, una de las calles principales de Las Fuentes; rebajes con dos centímetros de desnivel dificultan el tránsito; las raíces de los árboles levantan las aceras en Las Fuentes
L. V.

Aceras de apenas 70 centímetros cuando la normativa obliga a que midan al menos 1,80, bordillos sin rebajar en pasos de cebra o postes eléctricos que dificultan el tránsito son algunas de las barreras que todavía existen en Zaragoza

Los que peor parados salen son los barrios más antiguos y, dentro de estos, las calles secundarias, a donde las inversiones municipales todavía no han llegado en muchos casos. Estos obstáculos merman el tránsito libre no solo de personas con movilidad reducida que vayan en silla de ruedas o usen muletas o bastón, sino también de quienes llevan carritos de bebé o van a la compra con carro.

Para ir dando solución a estos problemas, en esta legislatura el Ayuntamiento ha aumentado la partida destinada a este fin, que ronda los cinco millones de euros. Además, indican desde el área de Infraestructuras, se está en contacto con Fundación DFA y la ONCE tanto para atender sus peticiones, ya que son quienes mejor conocen las necesidades del día a día, como a la hora de diseñar el proyecto de reforma de una calle. Desde las entidades dan fe de que las comunicaciones con el Gobierno municipal son fluidas y, generalmente, las solicitudes sencillas de resolver, como los rebajes de bordillos, se acometen con relativa rapidez e incluso se informa al solicitante de la resolución.

Pero la realidad que exponen las asociaciones de vecinos de los barrios más antiguos de Zaragoza es otra y, aunque en algunos casos reconocen que se van resolviendo problemas, coinciden en que queda mucho por hacer. Valdefierro es una de las zonas más afectadas en lo que a barreras arquitectónicas se refiere. Según los datos que maneja la Asociación de Vecinos Las Estrellas, todavía hay 318 rebajes de bordillos pendientes de acometer y en vías como la avenida de Valdefierro, la anchura de las aceras es de entre 70 y 90 centímetros. A esto se suma lo que para la Asociación de Vecinos Aldebarán es la peor problemática, los numerosos postes eléctricos y de telefonía situados en medio de las aceras de muchas calles de Valdefierro. Uno de los casos más representativos es el de la puerta del colegio Jerónimo Blancas, cuya eliminación llevan demandando años, sin éxito.

En el barrio Jesús también siguen quedando postes y hablan de “tema enquistado”. Lo mismo sucede en La Paz donde estas estructuras persisten, aunque en solares vacíos. En esta zona la principal problemática es la anchura de las aceras y los numerosos bordillos de calles secundarias que no tienen rebaje. Desde la Asociación de Vecinos La Paz apuntan que para poder dar más anchura a las aceras en muchas de estas vías habría que eliminar plazas de aparcamiento, que tampoco abundan y que supone un conflicto.

Bordillo sin rebajar en una calle de La Paz
Bordillo sin rebajar en una calle de La Paz
H. A.

Lo mismo sucede en el Rabal, donde se habla de “dilema” entre disponer de aceras más anchas o contar con espacio de parking en la calle. En esta zona los rebajes están hechos en prácticamente todos los pasos de cebra pero las aceras estrechas abundan. Según informan desde la Asociación de Vecinos Tío Jorge, a excepción de las calles de García Arista y de Matheu, junto a plaza de San Gregorio, en el resto de vías entre dicha plaza y el puente de Santiago casi no cabe una silla de ruedas.

Por otro lado, indican que últimamente reciben numerosas quejas por el levantamiento de baldosas en aceras a causa del crecimiento de las raíces de los árboles. “Se convierten en auténticas trampas para las personas mayores y provocan caídas”, afirma Rafael Tejedor, presidente de la AVV. Este mismo problema lo sufren también los vecinos de Las Fuentes. El barrio se levantó sobre la huerta zaragozano por lo que, dice el presidente de la Asociación Vecinal, José Ramón González, “es tierra buena y las raíces destrozan aceras y las levantan”. Esto implica que en algunos sectores, sobre todo en el entorno del parque Torre Ramona, no se pueda circular por algunas calles con sillas de ruedas. 

Sucede con especial gravedad en la calle de Fray Luis Urbano, donde hay una residencia. Y, aunque quizás contra el crecimiento natural de las raíces de los árboles no se pueda luchar, en Las Fuentes denuncian otro problema que sí tiene solución. Se trata de los numerosos alcorques vacíos, “algunos de altura muy grande”, que se reparten por todo el barrio, donde tampoco se libran de aceras estrechas, destacando las de la calle de Salvador Minguijón, unas de las principales.

Accesibilidad “mejorable” en Las Delicias

Las Delicias es uno de los barrios más amplios y poblados de Zaragoza por lo que la situación en lo que a accesibilidad se refiere es diferente según el sector. En cualquier caso, desde la Asociación Vecinal Manuel Viola hablan de que la situación es “mejorable en general”. Como sucede en otras zonas de la ciudad, al rebajar bordillos en pasos de cebra no se hace a cota cero y esos apenas dos o tres centímetros de desnivel son una gran barrera en algunos casos. 

Los bordillos sin rebajar son abundantes en las calles secundarias de Valdefierro
Los bordillos sin rebajar son abundantes en las calles secundarias de Valdefierro
H. A.

Para solucionarlo, hace varios años se acometió un plan para salvar ese pequeño escalón con cemento, pero siguen quedando algunos sin reparar. La diferencia es clara, según apunta el presidente de la AV, José Luis Zúñiga, entre Vía Univérsitas, donde sí están a cota cero, o las calles secundarias de este entorno, como la calle Caspe, reformada hace unos años con rebajes mal hechos.

La escasa anchura de las aceras es un mal que también afecta a Las Delicias, donde las señales de tráfico, las papeleras o las marquesinas de autobuses todavía hacen más complicado el tránsito de personas con movilidad reducida. Sucede, por ejemplo, en prácticamente todas las vías secundarias entre la calle Delicias y Unceta.

En Oliver, el principal problema de accesibilidad también es la anchura de las aceras, midiendo la mayoría 80 centímetros. Por eso, explican desde la asociación vecinal, cualquier elemento que haya en la misma supone un obstáculo y hace imposible el tránsito. Y no solo de una silla de ruedas o carro de bebé, en ocasiones si dos personas se cruzan, una tiene que bajar a la calzada porque no caben. Por otro lado, a excepción de la calle de Antonio Leyva, la mayoría de las adyacentes no tienen los bordillos rebajados en los pasos de cebra. Para tratar de solucionarlo, desde la AV ya se elaboró un primer informe a finales de los años 90 pero, denuncian, muchos de los problemas se mantienen todavía.

Para recopilar todos los problemas de accesibilidad del distrito, la Asociación Vecinal del barrio de San José tiene un informe sobre las principales barreras y las consecuencias que estas tienen. Destacan el mal estado de las aceras y sus dimensiones reducidas. “Tanto que, en muchos casos, imposibilitan el cruce de un peatón con una silla de ruedas o un carro de bebé”, puntualizan en el estudio. Esto, denuncian, afecta tanto a la movilidad de las personas como al comercio de proximidad en lo que denominan el efecto “Venturi”. “Dado el tamaño exiguo de las aceras, se acelera la velocidad de los flujos en los recorridos peatonales”, concluyen.

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