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Víctima de violencia de género con tres hijos: "Puedo pagar un alquiler, pero me piden hasta un aval bancario"

Ángeles, una zaragozana de 44 años cuyos ingresos proceden de ayudas sociales, busca sin éxito una vivienda porque lleva ya nueve meses en una casa de acogida.

Mujer víctima de violencia de género.
Ángeles, la zaragozana que busca un piso de alquiler para ella y sus tres hijos..
Oliver Duch

Hace nueve meses que la vida de Ángeles, una zaragozana de 44 años, cambió radicalmente cuando su ex marido incendió el piso de alquiler en el que vivía en la capital aragonesa. Llevaban unos años separados, pero seguían teniendo contacto porque él acudía a ver a sus tres hijos. Una de esas visitas terminó en discusión y ella salió de casa con los niños, dos de ellos menores de edad, dejándolo solo dentro, a la espera de que se calmara y se fuera, como en alguna otra ocasión. Otras veces había sido necesario llamar a la Policía para que lo desalojara. No olvida cómo aquel día vio quemarse su casa con todo lo que tenían. "Estaba en la calle viendo cómo ardía. No pude coger nada. Me fui con lo puesto", recuerda. 

Su marido ingresó en prisión y ella vive con sus hijos de 12,14 y 19 años en una casa de acogida del Ayuntamiento de Zaragoza, pero es consciente de que no puede seguir siempre en el piso tutelado. Este mes vence una de las prórrogas que le han ido dando en la vivienda, pensada como un alojamiento temporal. Hace unas semanas recibió una carta en la que le anunciaban que el 31 de octubre sería la "fecha final" para su estancia allí, lo que la alarmó hasta el punto de acudir a varias organizaciones como Stop Desahucios y hacer público su caso. Sin embargo, el Consistorio zaragozano ha aclarado este miércoles que "desde el Servicio de Igualdad nunca se ha dejado a una familia víctima de violencia de género en la calle y no se va a hacer ahora"

Fuentes municipales han indicado que se ha ido prorrogando su estancia en cuatro ocasiones desde diciembre del año pasado y que la citada fecha sería solo la del fin de una ampliación más. "No se la va a dejar en la calle", han insistido. En este sentido, han explicado que a las mujeres que pasan por la casa de acogida no se les da solo un techo. "Además del alojamiento, se les ofrece atención psicológica tanto a ella como a sus hijos, formación, y un servicio de orientación laboral para el que se requiere el compromiso y la colaboración por parte de las víctimas. De esta forma, no hay un límite fijado para la estancia en estos pisos tutelados, sino que se va adaptando a cada situación y se van firmando las prórrogas necesarias", han apuntado en un comunicado tras conocer la convocatoria de una protesta por parte de Stop Desahucios en caso de que la familia hubiera tenido que dejar la casa de acogida en la fecha que creía Ángeles.

Las barreras para acceder a una vivienda

Ella asegura que quiere encontrar un alquiler y hacer frente al pago. "Tengo suficiente dinero para pagar un pequeño alquiler", afirma. Actualmente recibe una ayuda por su situación de víctima de violencia de género y cobra el Ingreso Mínimo Vital (IMV), que entre los dos ronda los 900 euros al mes. Desde Servicios Sociales del Ayuntamiento cuentan con ayudas para abonar la fianza que le pudieran pedir, pero el problema es que no encuentra piso de alquiler.

En la bolsa de alquiler social de Zaragoza Vivienda hay mucha demanda y acaba de apuntarse. Cuenta que tiene el número 12.000 de la lista de espera. Entre los que ha buscado entre particulares en el mercado le piden "contrato de trabajo, el pago de seguros y hasta un aval bancario", enumera entre los requisitos que se ha ido encontrando y que no puede cumplir. 

El servicio Igualdad del Ayuntamiento ha explicado que en este caso trabaja en coordinación con los Servicios Sociales Comunitarios "para tramitar ayudas y contemplar la opción de una vivienda de alquiler social a través de acceso extraordinario". Además, continuarán ayudándoles a que "avancen en su proceso de reinserción, de búsqueda de vivienda y de recursos propios para una vida autónoma e independiente".

"Los chicos están nerviosos", afirma Ángeles sobre sus hijos, por todo lo que han vivido, como víctimas también de violencia de género. El mayor cuenta que ha trabajado a través de una ETT en una industria y ahora está en el paro. Ella fue cocinera y camarera en su último trabajo, pero ahora se recupera de un problema de corazón. En el último año ha sufrido también la pérdida de sus padres, lo que ha aumentado su estado de ansiedad. Su tiempo está ocupado en las últimas semanas en la búsqueda de ayuda para encontrar vivienda, en la que le están prestando apoyo varias asociaciones de mujeres, además de Stop Desahucios. Agradece también la ayuda del instituto de sus hijos. "No me voy a meter en el albergue con los niños o alquilar dos habitaciones y separarlos", lamenta sobre las alternativas de futuro para ella y su hijos sin un piso de alquiler cuando llegue el momento de dejar la casa de acogida.

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