Sucesos

La joven acuchillada en San José identificó a su asesino justo antes de morir: "Ha sido el de allí"

El hombre que auxilió a la víctima declara que al preguntarle quién le había atacado ella señaló al piso de su vecino.

La víctima señaló esta puerta, el 1º A de la calle Alegría, 8, cuando yacía en el suelo malherida
La víctima señaló esta puerta, el 1º A de la calle Alegría, 8, cuando yacía en el suelo malherida
Guillermo Mestre

La mayoría de las víctimas de un crimen no tienen la oportunidad de poder señalar a su asesino. Sin embargo, Cristina G. L., la joven de 32 años acuchillada el pasado 30 de mayo en el barrio de San José de Zaragoza utilizó sus últimas palabras para identificar a la persona que le dio muerte. "Ha sido el de allí", manifestó la mujer mientras agonizaba, indicando con su mano derecha una puerta entreabierta de su rellano. Con quien habló fue con otro inquilino del edificio, el primero en acudir a auxiliarla. "¿El vecino de ahí?", le preguntó este hombre, a lo que ella respondió con un "sí". "¿Lo conocías?", le insistió, tratando de tranquilizarla mientras llegaban las emergencias. "No puedo respirar", contestó finalmente ella.

De esta última conversación de la fallecida dio cuenta su interlocutor cuando declaró como testigo ante el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Aragón. De ahí que el que el abogado Rafael Ariza, que ejerce la acusación particular en nombre de la familia de la víctima, haya pedido ahora a la magistrada que investiga el caso que cite también a este hombre en sede judicial. Lo hizo hace solo unos días durante la vista que convocó la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Zaragoza para concretar los cargos por los que se abrirá juicio oral contra el presunto homicida, el marroquí Adil Lazizi, de 46 años.

Consideran que hubo alevosía

Según la Ley del Jurado, esta comparecencia tiene como fin delimitar los hechos justiciables. Y sirve también a las partes para pronunciarse sobre las pruebas practicadas hasta la fecha. Por ello, como estaba previsto, la Fiscalía y la acusación particular aprovecharon el trámite para pedir que se juzgue al sospechoso por asesinato. Y lo hicieron porque ambas entienden que este preparó un sorpresivo y feroz ataque contra su vecina, a la que habría abordado con un cuchillo en el rellano de la primera planta del número 8 de la calle Alegría. Es decir, consideran que el homicida actuó con alevosía, requisito indispensable para poder acusarlo de un delito que se castiga con hasta 25 años de prisión.

La defensa, a cargo de los letrados Carmen Sánchez y Luis Ángel Marcén, cumplió el guión y se limitó a pedir a la jueza el sobreseimiento de la causa respecto a su cliente. Porque este reconoce que clavó el cuchillo y mató a su vecina pero, alega que lo hizo en defensa propia. Según contó Adil Lazizi a la Policía, la mujer lo "acosaba" para tener un "rollo" y él "no quería". Y el día de autos, dijo, Cristina G. L. llamó a su puerta empuñando un arma blanca.

Frente a la versión del presunto asesino, las pruebas forenses y los testimonios de los testigos. Las primeras revelan que la fallecida presentaba hasta 16 puñaladas, algo que encaja mal con una defensa propia. Pero es que además el cuchillo con el que fueron efectuadas las lesiones pertenecía a la cocina del investigado, que ya fue condenado a 21 años de cárcel por la muerte de otra chica en Madrid en 2001.

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