La Policía detiene en Zaragoza a varios de los autores de una ciberestafa de casi tres millones

Los delincuentes se hacían pasar por empleados de banca.

Foto de archivo de un teléfono móvil.
Foto de archivo de un teléfono móvil.
Efe

Los usuarios de banca electrónica parecen haberse convertido en el principal objetivo de los ciberdelincuentes. Y si la semana pasada la Policía Nacional alertaba de un fraude a través de mensajes SMS que había dado lugar a la tramitación de casi una treintena de denuncias en un solo día en Zaragoza, la Jefatura Superior informaba este martes de la desarticulación de un grupo criminal que habría conseguido estafar casi tres millones de euros mediante un procedimiento similar. Por el momento, son ocho los detenidos en esta operación, varios de ellos en la capital aragonesa y el resto en Madrid, Valencia y Orense.

La organización cometía los fraudes mediante las técnicas de 'smishing' y 'vishing', dos nuevas modalidades de estafa relacionadas con internet. La primera se lleva a cabo a través del envío masivo de mensajería instantánea (SMS fraudulentos) y la segunda, a través de llamadas telefónicas. Esta última se hizo muy popular hace unos años por los llamados secuestros virtuales.

Según informó este martes el Cuerpo Nacional, los ciberestafadores detenidos en la capital aragonesa usaban ambos métodos. De hecho, primero captaban a las víctimas con los SMS 'cebo' y después materializaban el fraude por medio de las llamadas telefónicas, que les permitían obtener los datos personales y claves que necesitaban.

Como recuerdan los investigadores, el engaño comienza cuando la víctima recibe un mensaje de texto en su móvil alertando de un acceso sospechoso en su cuenta bancaria. Al creer que quien le avisa es el propio banco, esta persona pincha el enlace que le ofrecen para ponerse en contacto con la entidad. Pero no es a su banco a quien llama, sino a los ciberdelincuentes, que han redireccionado las líneas.

Con estos contactos directos, los estafadores logran dar mayor credibilidad al fraude, ya que se hacen pasar por personal de la entidad bancaria. Acto seguido, les piden una serie de códigos y claves para anular la supuesta operación fraudulenta en marcha, cuando son ellos los que en realidad van a perpetrar después la estafa con la información recibida. Porque con las contraseñas obtenidas, ordenan transferencias bancarias o tramitan préstamos instantáneos a nombre de los perjudicados. Por supuesto, la beneficiaria de todo ese dinero es siempre la organización delictiva.

Según la Policía Nacional, por ahora, serían 19 las personas estafadas en todo el país. Pero no se descarta que haya más perjudicados ni tampoco nuevos arrestos, porque la operación sigue abierta.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión