Pregón de inicio de las fiestas
Comienzas las Fiestas del Pilar 2022: Zaragoza entera, con cuerpo de jota
La plaza del Pilar lució abarrotada en un pregón coral que hizo alusión a muchas de las esencias aragonesas.
Zaragoza ya está en fiestas. Un multitudinario y jotero pregón dio anoche el pistoletazo de salida a nueve días de celebraciones, por fin, sin restricción alguna. La plaza del Pilar volvió a lucir abarrotada y fueron miles (hasta 40.000) los zaragozanos que presenciaron los fuegos artificiales, el ‘Canto a la libertad’ y el lanzamiento del cohete.
"Soy la jota aragonesa y llevo acompañándoos toda la vida. Siglos a vuestro lado". Con estas palabras se iniciaba -puntual, a las 21.00- desde el balcón del Ayuntamiento un coral pregón de fiestas: Sara Moreno, Diego de Pablo, Sara Caballero y José Miguel Pamplona pusieron voz a la propia jota -todos vestidos con sus mejores trajes regionales-, leyendo un imaginativo texto del escritor José Luis Melero.
Fue un pregón emotivo, conciso y con algunas licencias para el humor con simpáticas coplillas ("Si sería pequeñico / el novio que yo me eché / que en lugar de la bañera / se bañaba en el bidé"), que el público recibió entre risas y aplausos. Ante el barullo y el gentío, a quien más se escuchó fue al pequeño Diego, de tan solo 12 años, que proyectó su voz con ímpetu -no en vano, es cantador- y se metió a la plaza en el bolsillo con su interpretación. A él le tocó leer -además- una parte del texto que hacía referencia a las "mujeres aragonesas inteligentes, divertidas, generosas y luchadoras" y, también, a la pretensión de que la jota aragonesa sea reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco.
Controles y afonía
Mucho antes de las nueve, miles de personas se arremolinaban en la plaza -el aforo es de 40.000 almas-, con cientos de cachirulos, petos, peñistas y no pocas botellas. La Policía, apostada en los accesos, impedía que se introdujeran carritos de la compra con bidones de bebida -más de uno quedó aparcado junto a la Seo- o bolsas de petardos y otros elementos que pudieran resultar peligrosos.
Cuando salieron los políticos al balcón del Consistorio, como es tradición, hubo más pitos que vítores y casi no se pudo escuchar la intervención del alcalde Jorge Azcón, que anoche ya estaba afónico cuando apenas las fiestas acaban de comenzar. "Vamos a demostrar que las Fiestas del Pilar son las mejores fiestas del mundo", dijo el regidor, a pesar de que la megafonía jugaba alguna mala pasada.
Todos a bailar
Como no podía ser de otra manera, dos de los momentos más emocionantes tuvieron un fondo musical: por un lado, con la jota coral ‘S’ha feito de nuey’ que se escuchó en los prolegómenos del pregón; por otro, cuando se formó un mar de manos que sobrevolaron la plaza, de un lado a otro, mientras sonaba y se coreaba el ‘Canto a la libertad’ de Labordeta. Y si en la plaza a cualquiera se le erizaba la piel, para quienes tuvieron el privilegio de contemplarlo desde arriba (12 personas ganaron un sorteo para asomarse al balcón) fue un momento, aseguraban, que jamás borrarán de la memoria.
El pregón jotero constó de guiños al sueño de que la nieve ardía y al anhelo de volverse hiedra, y la plaza pareció venirse abajo cuando se recordó que "la Virgen del Pilar es la que más altares tiene".
Sin tregua, apenas cinco minutos después de que los protagonistas abandonaran el balcón del Consistorio -los pregoneros rompieron a llorar por la tensión acumulada-, en el escenario de la fuente de Goya comenzó el concierto de La Pegatina. El grupo comenzó con fuerza y repasó los temas más celebrados de su repertorio, entre los que se encuentran ‘Mari Carmen’ o ‘Lloverá y yo veré’. La noche era agradable, propicia para disfrutar el inicio de las fiestas y miles de personas bailaron con los catalanes. Este domingo, en el mismo escenario, será el turno de Fangoria.
