Las previsiones se han quedado más que cortas. El Ayuntamiento de Zaragoza presupuestó este año 25 millones de euros para pagar las facturas de la luz y el gas y finalmente, y pese a las medidas de ahorro puestas en marcha para hacer frente al incremento de los precios, todo apunta a que se superarán los 61 millones. Será el doble de lo que se invirtió en energía en 2021, un año en el que ya se gastaron unos diez millones más de lo acostumbrado. Desde el Área de Urbanismo estiman que las facturas de la luz de los diferentes equipamientos municipales y de la iluminación viaria ascenderán al concluir el ejercicio a 50,2 millones, mientras que en el caso del gas y los hidrocarburos se llegará a los 11,1.

Solo en los seis primeros meses del año ya se gastaron 33 millones de euros, superando ampliamente los pronósticos iniciales, lo que obligó a utilizar el fondo de contingencia y a impulsar varias modificaciones presupuestarias que permitieran hacer frente a ese desembolso. Y en este segundo semestre los datos no están mejorando. A las causas ya conocidas, como la guerra de Ucrania, se suma la decisión del Ayuntamiento durante la pasada corporación, cuando gobernaba ZEC, de acudir al mercado mayorista, lo que ha disparado la factura.

Para hacerse una idea de cómo está repercutiendo la crisis energética en los recibos del Consistorio, el pasado año 2021 se cerró con un gasto de 30,3 millones de euros en energía, la mitad de lo que, por el momento, se prevé pagar en esta ocasión. En 2020 se destinaron a las facturas energéticas 18,4 millones, pero hay que tener en cuenta que se trató de un ejercicio excepcional a causa de la pandemia del coronavirus y el confinamiento, que paralizó la vida en la ciudad. Mientras, en 2019 se gastaron 21,5 millones de euros, un 65% menos, y en 2018 fueron algo menos de 20 millones.

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Efectivas pero insuficientes

Pese a ser efectivas, las medidas de ahorro impulsadas por el Ayuntamiento, que afectan a 819 equipamientos municipales, no están siendo suficientes para hacer frente a la subida de los precios. Solo en abril, el primer mes de ajustes, se consiguió dejar de gastar un millón de euros gracias a acciones como bajar un grado la calefacción (de 23 a 22), mantener las puertas cerradas, reducir la iluminación ornamental o desconectar los equipos electrónicos que no se estuvieran utilizando. Por ejemplo, con solo apagar el alumbrado 15 minutos antes se logró ahorrar 2.800 euros al día. Alrededor de 1,3 millones en un año.

Pero el alza de precios no ha parado y el gasto no ha dejado de subir. Tampoco son buenas las perspectivas de cara al invierno, cuando habrá menos horas de luz y será necesario utilizar la calefacción. Si se analiza por servicios, Urbanismo calcula que a final de año el mayor gasto en electricidad se habrá destinado, como es habitual, al alumbrado público. La iluminación de las calles siempre es lo que más engrosa las facturas, ya que supone alrededor de un 30% del gasto total, pero este año las cifras son más llamativas. Solo en encender las farolas el Ayuntamiento se gastará 21 millones de euros, prácticamente lo mismo que en todos los recibos que asumió en 2019.

Posteriormente, los centros escolares supondrán el segundo gasto más abultado. Según calculan los técnicos del Ayuntamiento, habrá que pagar 3,1 millones de euros de electricidad, 2,9 de gas y 965.686 de combustible (7 millones). Las oficinas y talleres de las brigadas municipales se llevarán unos 5,4 millones (con el gas y los hidrocarburos sube a casi 5,8), mientras que la factura de los pabellones deportivos municipales supera los 6 millones, de los 4 son por la luz y 2,1 por el gas.

La factura de la luz de los servicios de Bomberos y Policía Local, junto a los mercados, costará 2,1 millones, mientras que la del gas ascenderá a un millón y la del combustible a 223.278 euros (3,4). Para los diferentes centros cívicos se gastarán otros 2 millones de euros en electricidad, además de 377.313 euros de gas, y en el caso de museos, teatros y bibliotecas, 1,9 millones y 257.038 euros de gas.

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Modificaciones presupuestarias

Con todo este panorama, que dejará un agujero económico que podría alcanzar los 36 millones de euros frente a las primeras estimaciones, el área de Hacienda prepara una nueva modificación presupuestaria que permita cuadrar las cuentas. Habrá que detraer el importe de otras partidas, por lo que, como dijo la concejal de Hacienda María Navarro, algunas inversiones se quedarán sin ejecutar.

Y no será el primer movimiento en las cuentas que se debe llevar a cabo por la escalada de precios. A comienzos de año, ya fue necesario echar mano de un fondo extraordinario de 7,1 millones de euros, que se obtuvo del remanente presupuestario de 2021, y que se sumaron a los 5,3 millones que se utilizaron para abonar las facturas de la luz y el gas que no se pudieron atender en aquel ejercicio, cuando ya comenzaban a dispararse los precios. Además de este recurso, a lo largo del año se han llevado a cabo ya, con el objetivo de hacer frente la subida de los costes, modificaciones presupuestarias por valor de 12 millones de euros, según han informado desde el gobierno PP-Cs.