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Banda de Badoo: Tercera condena para la pareja que secuestraba y robaba a los hombres que citaba en Zaragoza

La Audiencia de Zaragoza les impone 12 años y 9 meses de prisión por agredir y extorsionar en Pedrola a un vecino de Tudela

El tercer juicio contra los asesinos de Badoo ha quedado hoy visto para sentencia.
Tercer juicio contra los asesinos de Badoo celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
HA

Si pensaban que sus crímenes iban a quedar impunes amparados por el anonimato de las redes de contactos estaban muy equivocados. Mohamed Achraf y Hedangeline Candy Arrieta acaban de recibir una condena de 12 años y 9 meses de prisión por los delitos de robo con violencia, lesiones, detención ilegal y extorsión de los que fue víctima un vecino de Tudela el 4 de septiembre de 2019.

Es la tercera sentencia que recae sobre ellos, puesto que ya fueron declarados culpables del asesinato del vizcaíno José Antonio Delgado Fresnedo, cometido el 6 de septiembre de 2019, y por la paliza y el secuestro de un joven de La Almunia el 26 de julio de ese mismo año.

Las tres condenas cuando sean firmes, van a implicar que los criminales cumplan la máxima pena que permite el Código Penal por estos hechos. En total, suman 59 años y tres meses de cárcel, el máximo de cumplimiento, como recuerda el abogado de la última víctima, José Cabrejas, que ha mostrado su plena satisfacción por la última sentencia y las dos anteriores.

Los tres casos fueron prácticamente idénticos, con la notable diferencia de que a José Antonio Delgado le costó la vida, aunque los otros dos varones nunca han vuelto a ser los mismos desde entonces. De hecho, el vecino de Tudela, Julián L. M., tiene graves secuelas funcionales por síndrome de estrés postraumático que, a día de hoy, como recoge la sentencia, aún comportan alteraciones cognitivas que le afectan a su atención, fluidez verbal, memoria y relaciones sociales y laborales. Todo ello es consecuencia de la encerrona que Hedangeline Candy Arrieta y Mohamed Achraf, pareja sentimental que vivía en una nave de Pedrola, organizaron para apoderarse de su dinero y pertenencias.

Como las otras dos víctimas, Julián L. M. vio por la plataforma Badoo la fotografía de Arrieta, que se hacía llamar ‘Bella’, y acordaron una cita. En este caso, se citaron en la estación de tren de Luceni, pues el hombre no tenía coche. Nada más llegar, sobre las diez de la noche, se bajó del tren y al no ver a la mujer, la llamó por teléfono y esta le indicó que se dirigiera a la parte trasera, donde lo esperaba en un vehículo. 

Cuando la vio, la reconoció por la foto del perfil, se saludaron y apenas habían transcurrido unos segundos cuando fue golpeado por la espalda con una llave inglesa. Enseguida se dio cuenta de había caído en una trampa y aunque trató de luchar y huir, no lo consiguió. Tras caer por un terraplén y romperse el peroné, la mujer le apuntó con una pistola con apariencia real y le dijo: “Estate quieto o te mato”. Él obedeció, pero aún así ella le pegó una patada en la espalda.

Al no conseguir su objetivo, los acusados lo metieron de nuevo en el coche, lo llevaron a un camino de frutales y lo abandonaron. Media hora después pasó por ahí un agricultor con un tractor y lo rescató. "Sé que estoy vivo de churro", confesó el navarro en la vista oral. Algo que lamentablemente, tan solo dos días después de su secuestro, no pudo contar el vizcaíno José Antonio Delgado, al que golpearon y llegaron a enterar vivo en un descampado de Pedrola.

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