Los hoteles esperan ocupaciones del 90% al inicio de septiembre gracias al tirón del Vive Latino
Los alojamientos más cercanos al recinto de Ranillas, donde se celebrará el festival los días 2 y 3, cuelgan el cartel de "completo". Booking advierte de que la ocupación para las citadas fechas en Zaragoza es "muy alta".
Conforme avanza la cuenta atrás, la animación va acelerándose. El festival Vive Latino dará comienzo en apenas nueve días y basta con echar un vistazo a las webs de reservas de viajes para ver que la cita musical tendrá un importante impacto en los hoteles de Zaragoza.
Se espera que los conciertos reúnan a unas 30.000 personas diarias y, aunque muchos espectadores serán zaragozanos o de localidades cercanas a la capital del Ebro, también se están organizando viajes, por ejemplo, a través de Renfe, que ofrece descuentos del 10% en sus trenes de larga distancia.
La demanda de habitaciones para el fin de semana de 2 y 3 de septiembre ha crecido exponencialmente en las últimas semanas y en muchos de los hoteles más cercanos a Ranillas no quedan plazas libres. Es el caso del Zentral AVE, ubicado en la avenida de Francia, junto al puente del Tercer Milenio. "Nosotros estamos llenos. Septiembre suele ser buen mes, pero repunta poquito a poquito, por lo que la alta demanda de ese fin de semana sí es achacable al festival de música", afirma Alberto Ascaso, director del hotel con la fachada más vanguardista de La Almozara.
Según Marcos Martínez, vicepresidente de Horeca Hoteles, la celebración del festival es muy importante porque "hace dos años que no hay eventos de esta magnitud en la ciudad". La agrupación de hoteleros tiene unas expectativas "magníficas" y cree que con las reservas de última hora se lograrán ocupaciones que rozan el 90%. "Habrá plena ocupación en los hoteles cercanos al recinto, pero también se espera que repercuta al resto de la ciudad", dice Martínez, que considera fundamental que Zaragoza se vuelva a "posicionar internacionalmente".
En la web oficial de Vive Latino se especifica que "el festival no cuenta con zona de cámpin" -esta es siempre una de las preguntas que con más frecuencia se formulan-, porque "el recinto se encuentra en el núcleo urbano de Zaragoza por lo que hay numerosas opciones de alojamiento cercanas". Así, la ocupación hotelera para el fin de semana es destacable en las cercanías del meandro de Ranillas, en buena parte del Actur y en el entorno de la Estación Delicias.
En el portal Booking.com advierten que la ocupación para las citadas fechas en Zaragoza es “muy alta” y que el 76% de los hoteles con los que colaboran no tienen ya plazas disponibles. Hay que recordar que desde la Expo de 2008 Zaragoza es una de las ciudades con mayor oferta de camas de España (casi unas 10.000 se calcula) con lo que es prácticamente imposible hacer un ‘overbooking’.
No obstante, en los hoteles más cercanos al recinto de Ranillas hay hoteles en los que es imposible encontrar sitio ya para el fin de semana del festival. En el Híberus, por ejemplo, en donde es probable que se queden buena parte de los artistas, no hay plazas disponibles. Sí es posible encontrar aún algún ‘hueco’ en el Exe de la Estación Delicias y en otros alojamiento ya más cercanos a la calle Rioja y al barrio de Las Delicias.
Para los hoteleros, el festival contribuye a su propósito de "volver a situar a Zaragoza como un destino atractivo y competitivo". La cita musical lleva celebrándose en México desde 1998 y es uno de los principales encuentros de la cultura de Latinoamérica. Para dar el salto a Europa, se optó por Zaragoza -entre otras cosas- porque "el recinto de la Expo es imbatible para un festival. Muchas veces un festival se crea a partir de un descampado, pero en Zaragoza la infraestructura es ideal. Puede ser un evento muy fácil tanto para producir como para asistir y disfrutarlo", dice el mexicano Jordi Puig, creador de la fórmula original.
Desde el camping Ciudad de Zaragoza explican que, en cuanto a parcelas para caravanas, aún no tienen numerosas reservas, pero creen que "conforme avancen las fechas se irá notando de alguna forma". Explican también que los bungalós los tienen comprometidos con el Encuentro Internacional de Folclore de Zaragoza, el festival Eifolk, que coincide en fechas con el Vive Latino, aunque comienza un poco antes, el martes 30.
Explican los hosteleros que septiembre suele ser un mes bastante bueno, gracias al tirón de algunas ferias y se congratulan de que haya actividades los fines de semana. Esta buena dinámica esperan prolongarla hasta la semana del Pilar, si bien son conocedores de que económicamente el otoño parece que será complicado. Explican también que durante el Pilar son muchos los visitantes se alojan en casas de familiares o conocidos, circunstancia que se da en menor medida en los festivales de música.
Los organizadores del festival confían en que la repercusión del mismo sea un importante acicate para la economía local, habida cuenta de que los días 2 y 3 de septiembre, como explicaba recientemente Antón Carreño, de Nautalia Live, no se está pendiente de otros festivales. "Las fechas son las ideales porque será el broche de oro a la temporada de vacaciones y de festivales", decía Carreño, al tiempo que auguraba también que es buena época porque ya no hace tanto calor a orillas del Ebro. A favor del Vive Latino juega la baza de las 36 bandas que actuarán en tres escenarios, pero también de la cantidad de actividades paralelas como la competición de lucha libre mexicana que se celebrará en el recinto. Explican, además, que el baile de fechas y la necesidad de posponer la cita los dos últimos años como consecuencia de la pandemia ha podido lastrar algo el interés, pero también aseguran que los participantes acudirán a los conciertos "con más ganas que nunca" de celebrar la música en vivo.
Lo que sí que se ha recuperado ya son los índices de precios previos a la pandemia, en paralelo a la desaparición de las restricciones y al regreso de los congresos con presencia física. Los hosteleros zaragozanos dicen haber superado las expectativas que tenían este verano y destacan que en julio se alcanzaron unas cifras del 65% de ocupación. Durante el verano, según datos de la Asociación de Hoteles de Zaragoza y Provincia, ha habido un incremento en el número de noches que pasan los visitantes, que ha alcanzando a las 2,1 pernoctaciones por viajero en la capital aragonesa cuando la estancia media estaba en tono a 1,5 días.
