Calles con anglicismos, plazas 'repetidas', vías con doble denominación o pasajes y recodos urbanos con nombres antiguos que son más recordados que los presentes. El nuevo apellido de la Gran Vía, que ahora ha sido rebautizada en las placas como Gran Vía de Ramón y Cajal, puede resultar confuso, dado que el científico ya tiene una calle con su nombre en el centro de la ciudad. No es el único caso. 

Los carteros, repartidores y taxistas sufren en ocasiones este doble callejero, que debería diferenciar entre el nombre popular y el oficial de cada calle. Además, la tradición, la historia, el recuerdo o, incluso, la presencia de algunos rincones en refranes y coplillas hace que parte de la ciudad sea reconocida con un nombre diferente al que aparece en los mapas o en los GPS. 

La plaza del Carbón, el puente de los Gitanos o la Casa Grande son los casos más conocidos en los que la ciudad duplica su callejero, pero en el entramado urbano hay mucho más nombres que conviven con los oficiales. ¿Cuál es el nombre correcto, el puente de La Unión o el de Las Fuentes? ¿Esperaría el ingeniero Javier Manterola o los Voluntarios de la Expo que el protagonismo de su pasarela se lo robara un simple 'el Pincho'? Algo parecido sucede con muchas plazas: la de 'la Oasis' (Padre Pedro), los bajos del Auditorio (Miguel Merino) o la de 'los cañones' (Glorieta Sasera).

A mitad de camino entre la nostalgia y el arte de ser un 'flaneur' (paseante desocupado) por Zaragoza, a continuación se propone un juego para comprobar cuánto sabe uno de la capital del Ebro y la historia de los nombres de sus calles. Muchas fueron cambiadas en plena Transición y otras, consecuencia de las más recientes leyes de memoria histórica. ¿Probamos suerte a ver cuántas acertamos?