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El Ayuntamiento de Zaragoza insta a desconvocar los paros del bus tras la abrupta ruptura de la negociación

Chueca se cita por primera vez con Avanza y el comité para pedir que continúen con las reuniones

Varios usuarios esperan al autobús, resguardados a la sombra, en una marquesina de la plaza de España, ayer.
Varios usuarios esperan al autobús, resguardados a la sombra, en una marquesina de la plaza de España, ayer.
Toni Galán

"Una gran decepción para la ciudad". Así calificó a primera hora de la mañana de este martes la concejal de Movilidad, Natalia Chueca, el resultado de la última reunión mantenida entre la concesionaria Avanza y el comité del bus urbano, que culminó el lunes casi a medianoche con una bronca ruptura de las negociaciones. También dijo que lo era para el Ayuntamiento, que hasta ahora había sido, añadió, "muy respetuoso" con el desarrollo del conflicto, el más largo de la historia del servicio en la ciudad. Pero la situación se encalló hasta tal punto tras el último encuentro en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) que, después de un año y medio, la edil tomó la decisión de reunirse por primera vez con ambas partes en la Casa Consistorial para instarles a continuar trabajando para lograr la firma del nuevo convenio colectivo.

"Zaragoza necesita explicaciones para conocer con total transparencia qué está pasando y por qué no se ha llegado a un acuerdo", declaró Chueca que, sobre todo, cuestionó por qué no se tomó la decisión de suspender los paros, que comenzaron ayer con largos retrasos que alcanzaron los 30 minutos en algunas líneas, "para no secuestrar y hacer sufrir a la ciudadanía". Más aún, recalcó, en una semana de intenso calor como esta, en la que las altas temperaturas de más de 40 grados hicieron la espera "insoportable" para muchos usuarios.

Tanto la empresa como los representantes de los trabajadores asistieron por la tarde a la convocatoria, que según fuentes municipales se prolongó durante una hora en un "clima cordial". En la reunión, la edil urgió a ambas partes que retomen la negociación para evitar "tirar por tierra" todos los avances logrados hasta ahora, con acuerdos en materia de igualdad, conciliación y en cuestiones organizativas, entre otras.

Asimismo, pidió al comité, "como gesto de buena voluntad" y teniendo en cuenta la ola de calor, que suspenda los paros mientras dure la negociación, ya que están causando "graves afecciones" a los ciudadanos. Hay que tener en cuenta que a los retrasos habituales de los anteriores meses de conflicto hay que sumar esta vez el incremento de los tiempos de paso del horario de verano, con una reducción de los buses que llegará al 20% cuando esté totalmente implementada. Por ello, los servicios mínimos de entre el 47% y el 59% marcados por el Ayuntamiento no fueron suficientes para que durante los paros de ayer se registraran largas esperas, como los 20 minutos que a las 15.00, cuando peor era el calor, hubo que aguardar la llegada de la línea 30 en dirección a Las Fuentes o los 15 que marcaba la 35 hacia Parque Goya.

Según informaron desde el gobierno PP-Cs, aunque en la reunión de este martes no se tomó ninguna decisión ambas partes mostraron voluntad de retomar las negociaciones. No obstante, la problemática vuelve a estar en los paros, ya que el comité se niega a eliminarlos sin una nueva oferta de la empresa y esta quiere que desaparezcan para volver a sentarse a negociar. Por su parte, desde el sindicato CUT consideraron que las movilizaciones hicieron que el Ayuntamiento, "que hasta ahora miraba para otro lado, mueva ficha".

Ranera pide el cese

Durante los más de 500 días que ya se prolonga el conflicto, la concejal Natalia Chueca siempre ha optado por mantenerse al margen al tratarse de un asunto laboral que, a su juicio, deben encargarse de resolver empresa y trabajadores. Esa actitud, que decidió modificar con la primera reunión en la que ambas partes estuvieron presentes, ha suscitado numerosas críticas entre los grupos de la izquierda, ya que el propio alcalde, Jorge Azcón, durante sus años como líder de la oposición urgió en repetidas ocasiones la intervención del anterior gobierno de ZEC para frenar la última huelga.

De hecho, este lunes la portavoz socialista, Lola Ranera, calificó de "tomadura de pelo" que Chueca saliese pidiendo explicaciones "más de 17 meses después". "Eso significa que en este tiempo ha sido totalmente ajena a las afecciones y a los problemas de los miles de zaragozanos que diariamente cogen el autobús", aseveró. En su opinión, todo esto "viene muy grande" a la titular de Movilidad, motivo por el que pidió al alcalde que la cese y que él mismo resuelva el problema. "Desde el primer día, el PSOE solicitó la intervención de este gobierno. La huelga afecta a un servicio público y, por tanto, es el Ayuntamiento el que debe garantizar su buen funcionamiento", expuso.

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