zaragoza
Adiós a la escultura del viejo almez del Parque Bruil
Hace unos días el Ayuntamiento de Zaragoza decidía talar el emblemático árbol centenario por su avanzado estado de descomposición, de carácter irreversible.
Uno de los árboles más antiguos del parque Bruil y de la ciudad de Zaragoza, un almez centenario, murió en 2015 ante la mirada atónica de los vecinos del barrio. En 2017 decidieron llevar a cabo una curiosa intervención transformando el tronco en una escultura zoomórfica de la mano del artista soriano José Llorente que, a golpe de motosierra, y en tan solo seis días, convirtió el árbol en una obra de arte como homenaje a la biodiversidad de la fauna aragonesa y del propio parque.
Tras su intervención, el escultor convirtió este árbol singular -que en su mejor momento llegó a tener una altura total de 13 metros y un diámetro de copa de 16- en una curiosa escultura en la que se apreciaban varias figuras de animales como un lobo, dos águilas, dos lechuzas, una ardilla y una cigüeña. Una obra única que dotaba de nuevo de vida al árbol centenario y que entraba a formar parte de la memoria emocional del barrio.
Sin embargo, hace unos días el Ayuntamiento de Zaragoza decidió talar el árbol, catalogado como árbol singular en sesión de Pleno de 28 de octubre de 2005, ocasionando un gran revuelo entre sus vecinos, como explica Eva Sastrón, representante de la Asociación Vecinal de la Madalena y de la plataforma Vive el Parque Bruil.
Desde la Asociación Vecinal Parque Bruil San Agustín y de la Madalena, la Asociación Naturalista de Aragón ANSAR, Ecologistas en Acción Zaragoza y Amigos de la Tierra Aragón, lanzaban un comunicado denunciando estos hechos, asegurando que llevaban meses solicitando medidas para tratar el árbol que, desde hacía unos meses, se estaba pudriendo: “Tras la realización de esta talla no ha existido ningún seguimiento por parte de Parques y Jardines, lo que dio lugar a que el árbol fuera atacado por xilófagos que procedieron a la pudrición de la madera”.
“En noviembre de 2021 desde ANSAR se informó de la situación del árbol y la necesidad de que se procediera a su tratamiento o a cortar la parte no atacada y su colocación en un pedestal, con el objeto de aprovechar todas las tallas que se encontraban en buen estado”, explican.
Transcurridos 7 meses, explican, “y sin recibir respuesta alguna, ni ninguna información al respecto, el 1 de julio contestaron desde el Servicio de Quejas y Sugerencias que lo iban a apear, y este lunes nos hemos encontrado con la solución adoptada: la corta de todas las ramas talladas y su retirada del parque”, relataban en dicho comunicado. “Queremos denunciar la actitud del Ayuntamiento hacia el arbolado singular de esta ciudad. Aquí en el Bruil quedan todavía dos de estos árboles, sobre los que llevamos años pidiendo que se adopten medidas”, afirma Sastrón.
En estado de descomposición irreversible
Por su parte, desde el Ayuntamiento de Zaragoza aseguran que se ha estado haciendo un seguimiento del árbol durante mucho tiempo y que fue precisamente a raíz de esas inspecciones por lo que determinaron, hace más de un año -en concreto en marzo de 2021- talarlo debido al “avanzado proceso de descomposición que venía sufriendo, que era irreversible y que había producido un rápido deterioro de la base del tronco que seguía avanzando”, afirman.
Además, desde el consistorio explican que dicha ejecución se ha llevado a cabo ahora porque “existía riesgo de que colapsara”. “De hecho, en el momento de su apeo, la madera muerta estaba totalmente descompuesta y se deshacía”, aseveran estas mismas fuentes. Del mismo modo, aseguran que se ha podido conservar una de las partes superiores intervenidas artísticamente y que el servicio de Parques y Jardines está estudiando cómo volver a mostrarla en el espacio público.
