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Casa Alfaro, alpargatas 'made in Aragón' que hubieran gustado a la mujer de Biden

Alejandro Lastra Alfaro y su hermano Daniel son la cuarta generación de una familia de alpargateros, que apuestan por nuevos diseños y materiales sin perder sus raíces por lo artesanal y la calidad del calzado.

Alejandro Lastra Alfaro, al frente de Casa Alfaro junto a su hermano Daniel, atiende a una clienta este lunes en Zaragoza.
Alejandro Lastra Alfaro, al frente de Casa Alfaro junto a su hermano Daniel, atiende a una clienta este lunes en Zaragoza.
Toni Galan

Jill Biden, esposa del presidente de Estados Unidos, con unas alpargatas de cuña al igual que la reina Letizia (que suele lucirlas desde hace tiempo) en la visita al Palacio Real de La Granja de San Idelfonso (Segovia), el pasado miércoles. Como ella, muchas fueron las acompañantes de mandatarios que asistieron a la cumbre de la OTAN, celebrada la semana pasada en Madrid, que apostaron por este calzado para acudir a distintos actos de la agenda paralela (a la política).

En esa ocasión, la mujer de Joe Biden se calzó unas elaboradas en la localidad riojana de Cervera del Río Alhama que le había regalado Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, durante su encuentro en la Moncloa. No son las únicas que viajaron de vuelta a Washington en el 'Air Force One', el avión oficial del mandatario estadounidense: días antes Jill se compró otras en un establecimiento del centro de la capital española.

A la tienda zaragozana de alpargatas artesanas Casa Alfaro (calle de San Lorenzo, 22) también suele ir gente relevante, a la que le gusta pasar desapercibida. "Para nosotros, todos los clientes son importantes y se les trata igual. Aunque siempre es grato saber que personas importantes llevan tu calzado", apunta Alejandro Lastra Alfaro, al frente del negocio junto a su hermano Daniel. Son la cuarta generación de una familia de alpargateros que, curiosamente, empezó en Cervera del Río Alhama en 1905. Gerardo Melero y Sebastián Alfaro comenzaron a fabricar alpargatas y allí sus hijos y nueras aprendieron el oficio. Años después sus nietas retomaban la tradición en Zaragoza y en 1980 nacía Casa Alfaro.

Mayo, junio y julio son los meses fuertes de facturación y este lunes por la mañana la afluencia de gente era continua en la tienda. Por ejemplo, Ana Latorre, que vive en Madrid y está en la ciudad por un curso, ha aprovechado su estancia para acercarse a comprar unas alpargatas mañas. "Sé que tienen mucha calidad", señala. La mayoría de sus clientes son de Zaragoza y de pueblos de alrededor, pero también cuentan con otros de fuera (Barcelona, Madrid, La Rioja, Bilbao...) que siempre que pasan por Aragón no fallan. "Lo tienen como visita obligada y se llevan 3 o 4 pares para todo el año. Nos dicen que son muy cómodas y están encantados", comenta Alejandro Lastra. De ahí que si Jill Biden -u otras primeras damas- hubiera estado por aquí a buen seguro que habría comprado más de un modelo.

Las opciones son "infinitas", tal y como afirma Silvia Radío, encargada de la página web (renovada en 2019 y que les ha dado mayor visibilidad) y también en el taller. "Al ser alpargatas personalizadas, eso nos permite hacerlas en toda gama de colores, tejidos y suelas", comenta. Incluso si no encuentran lo que desean ("cosa dífícil", advierten) pueden traer su propia tela. "Nuestros clientes agradecen que las hagamos a medida y tanto los ajustes como los arreglos los hacemos gratis. También viene gente con pies inflamados o que deben llevar plantillas y es gratificante que puedan llevar nuestras alpargatas", dice Alejandro.

Hay tanto para mujeres, hombres y niños/as y su precio oscila entre los 15 (los modelos más sencillos) y los 75 euros. Entre las féminas, los modelos que más triunfan este verano son gilda y atenas, seguidas de las que llevan cintas mañas (talonera y cintas). Y entre caballeros, el modelo básico y las de espiga. "Para ellos, es más limitado porque las suelas son planas. Hay deportivas, de sport, con cordones, de espiga y planas básica", detallan. Además, han diseñado nuevos modelos también para invierno: botas y zapatillas de casa (con forro polar por dentro). Y otro sector importante con el que trabajan (también en invierno) es el de las novias. "Suelen buscar alpargatas de raso en blanco, con cuña alta (de diez centímetros y muy cómoda) y con algún adorno que les encaje con el vestido; e incluso en la talonera llevan grabadas las iniciales de los novios. Son modelos que después los pueden aprovechar para la calle", destaca Alejandro Lastra.

Apuesta por lo artesanal y ecológico

Pero, ¿por qué este tipo de calzado está teniendo tanto éxito? En Casa Alfaro lo tienen claro: "lo natural está de moda". "Nos hemos dado cuenta de que tenemos que hacer un mundo más sano. Todos los sectores estamos apostando por la ecología y la artesanía: textil, automoción, alimentación... El trabajo artesano, hecho a mano, es mejor en todos los aspectos: es más cómodo, sencillo y natural. Nosotros hemos apostado por algodones ecológicos, yutes... y se venden muy bien. Además, no utilizamos materiales de procedencia animal, como el cuero o el serraje", explica.

Una de las empleadas de Casa Alfaro cose una alpargata, este lunes en Zaragoza.
Una de las empleadas de Casa Alfaro cose una alpargata, este lunes en Zaragoza.
Toni Galan

La plantilla de Casa Alfaro está formada por nueve personas y en estos momentos buscan una cosedora con experiencia. Una a una, todas las alpargatas son cortadas, cosidas y trabajadas a mano; como han hecho desde antaño. "Es un trabajo muy difícil, sacrificado y es complicado encontrar gente que sepa coser bien y que le guste este trabajo. Y también contamos con personas que trabajan en sus casas", apunta Alejandro Lastra Alfaro, quien añade que están contentos con la marcha del negocio familiar después de capear los meses más duros de la pandemia. "Lo pasamos mal, como todo el mundo. Han sido años inciertos para todos y muchos negocios han cerrado en el Casco. Nosotros tuvimos que acogernos a un ERTE porque no había trabajo. Pero, lo hemos superado y espero que vayamos a mejor", expresa.

De cara al futuro, sostiene que no son muy ambiciosos. "Me gustaría que el negocio siga funcionando como hasta hora y con más personal eficiente (que es difícil hallar) para ir un poco más desahogados. Aquí siempre hay trabajo", concluye.

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