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Incendio en Nonaspe: "Hay tristeza y calma tensa, la gente no sabe qué va a encontrar quemado cuando dejen pasar"

El fuego calcina 1.700 hectáreas y se dirige hacia el embalse de Mequinenza. "Empezó en un sitio muy concreto, pero el incendio ha llegado a puntos inimaginables", alertan los vecinos.

Incendio en Nonaspe (Zaragoza) este viernes. El fuego avanza sin control y ya ha arrasado 1.700 hectáreas.
Incendio en Nonaspe (Zaragoza) este viernes. El fuego avanza sin control y ya ha arrasado 1.700 hectáreas.
DGA

"En Nonaspe se respira tristeza y hay un ambiente de calma tensa, la gente no sabe qué va a encontrarse quemado cuando la dejen pasar a sus finca". Laura Redondo es la técnico de UAGA de la oficina comarcal de Caspe, a la que se desplaza diariamente desde Nonaspe, su localidad natal. Ayer tuvo que hacer un pequeño rodeo para llegar por la carretera de Fabara, ya que la vía más directa, la A-1411, lleva cortada por el incendio desde la tarde del miércoles.

Conoce con nombres y apellidos a muchos de los que han perdido fincas de cultivo, maquinaria e insfraestructuras de riego en la zona de regadío del Plan Estratégico del Bajo Ebro arrasada por las llamas en su avance hacia el término de Fayón. "Hay muchas plantaciones de almendros, olivar y algo de frutal. Son todo pequeñas explotaciones familiares", señaló. Se trata de pequeñas explotaciones familiares y la pérdida de arbolado es importante "porque tarda varios años en crecer y recuperarse la productividad".

A primera hora de la mañana, explicó el alcalde, Joaquín Llop, se permitió que los camiones con pienso para las granjas porcinas que hay en la zona circularan por la A-1411. Los vecinos no tienen "sensación de peligro", apuntó Redondo, las llamas llegaron a estar a apenas tres kilómetros del pueblo, pero el viento en dirección jugó a su favor. De hecho, el pasado miércoles les llegó más el humo procedente del incendio de Corbera (Tarragona) que del que ahora están viendo con impotencia y desesperación. Pasan horas contemplando desde miradores que conocen bien los temidos rebrotes y las descargas de agua.

Los bomberos de la Diputación de Zaragoza trabajan en el operativo activado para sofocar el incendio forestal originado en Nonaspe.

En uno de estos oteadores se encontraba a las 15.15 el presidente de la Comunidad de Regantes, Cristian Roc, siguiendo el desarrollo de las labores de extinción. «Esto es una calamidad. No lo paramos hoy, con el viento que hace y si salta la carretera tampoco mañana porque llegará a una zona donde no se puede acceder por tierra», explicó desde ese lugar en conversación teléfonica. "Empezó en un sitio muy concreto, pero el incendio ha llegado a puntos inimaginables", reconoció resignado.

Los agricultores y ganaderos se conocen las caminos y acuden a retirar los tractores. "Los sacamos y movemos a campos alejados del fuego, pero por mucho que vigiles resulta inútil porque al rato ves que ya se acerca otra vez y no puedes hacer nada", relató. Su finca está a salvo "porque por la noche (la del jueves al viernes que muchos pasaron en vilo) una cuadrilla paró las llamas justo antes de que llegaran. "Alrededor había campos calcinados y encendí los aspersores para refrescar el terreno, pero me dijeron que no había riesgo de que se reavivaran los rescoldos alrededor", comentó Roc.

"He contado hasta diez focos"

El vigilante del río, Simeón Vicente, se encontraba sobre las 16.30 junto a una de las balsas de riego en las que cargaban agua los helicópteros. "Este jueves por la noche había dos o tres focos activos, pero este viernes se ha vuelto a levantar viento y en algunos momentos, desde algún sitio alto, he contado hasta diez. Ahora, desde un hondo veo seis. Es una locura", explicó. "Hacen falta más medios aéreos", reclamó. A su lado se encontraba un ganadero, Emilio Rafales, que temía por la granja de cerdos que se encontraba a unos metros.

Los vecinos se han volcado desde el primer momento en proporcionar a los miembros de las cuadrillas lo que necesitan. "Los dos supermercados se han organizado con la gente para hacer bocadillos y también el restaurante. Para esta noche (por la del viernes al sábado) los quieren hacer de tortilla de patata y habrá personas que las cocinarán en sus casas", destacó la concejal de Turismo de Nonaspe, Susana Roc. En el albergue municipal están durmiendo los brigadistas. "Al ser este tipo de alojamientos no teníamos toallas, se hizo un llamamiento a través de las redes sociales y en minutos tuvimos más que suficientes", comentó. El agua fresca es el bien más preciado y una empresa local de fruta, que en estos momentos tiene las cámaras vacías, las ha cedido para almacenarla.

Algunos evocaban ayer el incendio de septiembre de 1994, declarado entre esta localidad y la tarraconense de La Pobla de Masaluca, que se cobró la vida de cuatro bomberos. El camión en el que viajaban fue rodeado por las llamas en un paraje muy seco.

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