Mequinenza lamenta el estado del cauce del embalse de Ribarroja

Desde el Ayuntamiento culpan a la falta de mantenimiento de la empresa concesionaria, Endesa.

Dos pescadores, en el embalse de Mequinenza
Dos pescadores, en el embalse de Mequinenza
A. Alcorta

La concejala de Deportes del Ayuntamiento de Mequinenza, Débora Bravo, ha lamentado el estado del cauce del embalse de Ribarroja a su paso por el municipio debido a la falta de mantenimiento de la empresa concesionaria, Endesa, y por la "falta de control" de las administraciones públicas.

En la rueda de prensa de presentación de la Copa de España de maratón de piragüismo que se disputa el próximo fin de semana en Mequinenza y que se ha presentado este martes, Bravo ha explicado que "lamentablemente", el estado del cauce del embalse de Ribarroja a su paso por Mequinenza es "cada año peor".

"Contamos con uno de los mejores escenarios para practicar deportes acuáticos e intentamos mantener las instalaciones en las mejores condiciones posibles. Mequinenza es un referente turístico de los deportes acuáticos e importante fuente de ingresos, no solo para la propia Mequinenza sino también para los municipios vecinos", ha destacado, añadiendo que, por desgracia, la situación actual puede dar lugar, además, a problemas medioambientales.

La concejala ha explicado que la acumulación de sedimentos desde el embalse de Barasona en 1995 ha supuesto para el municipio la inutilización del campo de regatas teniendo que dejar de lado la celebración de competiciones a nivel internacional o las tecnificaciones de algunas selecciones o clubes de otros países y dificultando la organización y la seguridad de las que sí se realizan.

"El desembalse de Barasona, junto a la falta total de mantenimiento por parte de la empresa concesionaria que es Endesa, sumado a la falta de control de este mantenimiento de las administraciones competentes a la empresa concesionaria, se traduce en unas consecuencias para nuestro municipio que cada vez son más preocupantes", ha apuntado.

Entre ellas están "las medioambientales, la inutilización de las zonas industriales y deportivas afectando además al turismo" y también ha comentado que les preocupa "la salubridad pública, la calidad del agua y, por supuesto, el desarrollo económico y social de Mequinenza".

Bravo ha desvelado que según un estudio encargado por el Ayuntamiento de Mequinenza a la consultora Smartpoint los impactos de los sedimentos en la economía entre los años 2011 y 2020 se estiman en una pérdida de 393 millones de euros y de 1.100 empleos entre la actividad industrial y la turística.

"La empresa concesionaria se ahorra anualmente 18 millones de euros en tributos e incumplimientos concesionales mientras que las administraciones públicas reciben 45 millones de euros anuales de la empresa por la explotación de los embalses de Mequinenza y Ribarroja", ha analizado.

Igualmente ha señalado que existe un proyecto del año 2009 redactado por la Confederación Hidrográfica del Ebro para la recuperación del lecho y mejora del estado ecológico del río Segre en la confluencia con el Ebro que está valorado en 13 millones de euros.

"Llevamos años escuchando que no hay dinero. Dinero sí hay, lo que faltan son ganas de que parte de esos beneficios que obtienen las eléctricas reviertan en el territorio", ha subrayado, para apostillar que debido al estado del embalse por la falta de mantenimiento no se han podido celebrar competiciones de nivel internacional.

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