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Treinta meses de ruido, polvo y vallas en la plaza de Salamero

Los negocios de Salamero denuncian una pérdida de clientes por la larga duración de las obras. PP-Cs asegura que se cumplen los plazos y acabarán a principios de 2023

Estado de las obras de la plaza de Salamero.
Estado de las obras de la plaza de Salamero.
Toni Galán

Quienes viven o trabajan en el entorno de la plaza de Salamero sueñan con el día en que desaparezcan las vallas y lonas que la ocultan. Y que por fin se pueda volver a transitar por ella después de que en enero de 2020 cediera el techo del parquin subterráneo y comenzara una odisea de estudios, trabajos de urgencia y, ahora, obras de reurbanización. Pero de momento no llega y denuncian que la larga demora del proceso está trayendo consecuencias negativas a los negocios de la zona, que aseguran estar "agotados".

Desde el área de Urbanismo ya eran conscientes de que la duración del proyecto, que comenzó inevitablemente a causa de ese hundimiento, iba a ser prolongada, y de hecho el concejal responsable, Víctor Serrano, se ha excusado en numerosas ocasiones con los vecinos por los inconvenientes causados. Pero al ruido o la suciedad que siempre generan este tipo de trabajos parece que se ha acabado sumando un tercer inconveniente, la pérdida de ingresos de los comercios y bares cercanos. Luis Fernando Fernández, de Comercial Algodonera, lamenta que está sufriendo una disminución de clientes debido a que cada vez pasan menos personas por la zona.

Lo cierto es que la estrechez del paso que permiten las obras frente a su tienda, en Teniente Coronel Valenzuela, complica que cualquiera se detenga más de lo necesario. "Está fatal, no se pueden ni parar", critica. Además, denuncia que esto unido a la falta de iluminación está provocando un aumento de la inseguridad. "Hace 15 días nos intentaron romper el escaparate. No hay luz y no puede pasar un coche patrulla", asegura.

Algo parecido es lo que denuncia Juanjo Gracia, propietario del Espumosos ubicado en la calle de Cinco de Marzo, que asegura que los autónomos de la zona están dispuestos a recoger firmas para pedir que se aceleren los trabajos. "Las obras nos están haciendo un daño muy grande, porque todas las personas que venían a Zaragoza de los pueblos aparcaban en Salamero y pasaban por nuestra calle para ir a Independencia y ahora ya no pasa nadie", lamenta este hostelero, que pide que trabaje "el mayor número de gente posible" en la plaza.

Desde el área de Urbanismo quisieron calmar los ánimos y aseguraron que las obras no se han parado "ni un solo día" y que se están cumpliendo "plazos y ritmos". Recordaron que se trata de una infraestructura muy "compleja" y que hubo que solucionar el problema constructivo que causó el hundimiento del parquin. La urbanización ya ha comenzado, aunque ahora está en una fase inicial y se está acompasando con otras obras de suministros en el entorno, pero la previsión es que en un mes la plaza comenzará a tomar forma y que se estrenará a finales de este año o principios de 2023. 

No obstante, no todos los negocios se muestran igual de molestos. Por ejemplo, en la papelería El viejo pupitre asumen que se trata de "una gran obra" y que, aunque no es agradable la suciedad que genera, "hay que sufrirla". Lo mismo que en la juguetería Toy Club Express, donde apuntan que tienen que limpiar y cerrar las puertas muy a menudo por el polvo que entra, pero no han notado una disminución de clientes.

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