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Una joven acusa a una pareja de chantajearla y agredirla sexualmente en un piso de Zaragoza

La chica asegura que se aprovecharon de que no tenía papeles para obligarla a mantener relaciones sexuales con ambos. 

La pareja de acusados, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
La pareja de acusados, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
HA

La Audiencia de Zaragoza sentó este lunes en el banquillo de los acusados a Mohamed A. y Elena Loredana N., una pareja para la que la Fiscalía pide sendas penas de 21 años de prisión por, presuntamente, aprovecharse de la situación irregular de una joven marroquí para extorsionarla, agredirla sexualmente e incluso obligarla a ejercer la prostitución. La denunciante estudió informática y trabajó durante varios años en Alemania, pero al expirar su permiso de residencia tuvo decidió trasladarse a España. Y fue aquí donde conoció a los investigados, que parece que en un principio se ofrecieron a ayudarla.

«Cuando llegué a Zaragoza, en Enero de 2018, yo no hablaba ni una palabra de español. Conocí a Mohamed y me dijo que él sabía de gente que podía ayudarme a conseguir los papeles, pero lo primero que hizo fue desvirgarme. Yo no quería nada con él, pero me obligó a mantener relaciones sexuales. Y en nuestra religión, él sabe que una mujer que pierde la virginidad no tiene ningún valor», explicó la joven entre lágrimas.

La denunciante aseguró que fueron «muchas» las veces que su compatriota la forzó sexualmente en un piso del barrio de La Jota. Sin embargo, dada la gravedad de los hechos y las elevadas condenas que piden para los acusados, los magistrados rogaron a la chica que concretara y explicara qué le había hecho Mohamed A. El pudor le impidió dar una respuesta inmediata, pero, tras un largo silencio, acabó reconociendo que su compatriota la había penetrado por vía vaginal, anal y bucal.

Los acusados lo niegan

«Me obligaron a hacer de todo», añadió la mujer, quien recordó al tribunal de la Sección Sexta que Elena Loredana N. también la agredió sexualmente. Sin embargo, hubo de pasar algún tiempo hasta que la víctima se atreviera a denunciar ante la Policía, circunstancia en la que ayer se apoyó la defensa para cuestionar su versión de los hechos. Porque, según los investigados, ni extorsionaron ni chantajearon a la joven y si se acostó con ellos fue «por su propia voluntad».

«Usted es marroquí y profesa la religión musulmana, pero es una mujer moderna, con estudios universitarios y que ha sabido abrirse camino en varios países. ¿Por qué no denunció antes? Estuvo en el médico, podía pedir ayuda a los vecinos...», preguntó el letrado de la defensa. «Nunca me dejaban sola, siempre iba acompañada. No sabía hablar español y siempre me amenazaban con llamar a un amigo policía», respondió la joven. «Y sí, tenía teléfono –continuó–, pero ¿qué iba a hacer?, ¿llamar a mi familia para contarles que estaba manteniendo relaciones con un hombre que no era mi marido? Usted no lo entiende, porque no es un musulmán. Pero eso sería una deshonra para ellos», dijo. Según esta, le hicieron fotos desnuda y llegaron a llevarla al polígono de Cogullada para explicarle cómo tenía que ejercer la prostitución, pero una enfermedad de transmisión sexual le impidió hacerlo.

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