Pinilla llega a Zuera para cumplir condena aunque aspira a hacerlo en tercer grado

La exalcaldesa de La Muela apuró el plazo para ingresar en prisión, después de que el Tribunal Constitucional inadmitiera su último recurso para evitarlo.

La entrada de María Victoria Pinilla en la cárcel de Zuera
La entrada de María Victoria Pinilla en la cárcel de Zuera
Oliver Duch

Casi trece años después de haber pisado por primera vez la cárcel de Zuera, María Victoria Pinilla, exalcaldesa de La Muela, regresó este martes de nuevo a la prisión zaragozana. Si en 2009 permaneció durante cuatro meses de forma preventiva hasta que el juez le concedió la libertad bajo fianza de 800.000 euros, ahora ha entrado para cumplir una pena de 11 años y cuatro meses de cárcel. Aunque al principio parecía que iba a inclinarse por la cárcel de Pamplona, finalmente ha optado por la de Zuera.

El Tribunal Supremo la condenó por delitos de malversación, prevaricación, blanqueo, cohecho y fraude fiscal cometidos todos ellos durante su etapa como regidora de La Muela en la que se enriqueció ilícitamente. No obstante, como ninguno de los delitos sumados individualmente supera los cinco años de cárcel (el más alto es de tres años), María Victoria Pinilla aspira a cumplir su condena en tercer grado.

Así lo cree su abogado, Santiago Palazón, de acuerdo con una instrucción que el Ministerio del Interior dio en diciembre de 2020 para facilitar a los condenados a penas inferiores a cinco años y que cumplan una serie de requisitos, estar en prisión en régimen de semi-libertad (ir solo a dormir) o estar controlados con dispositivos electrónicos.

Medida "poco conocida"

"Es una medida poco conocida pero que está en vigor desde 2007", apuntó el letrado. Sin embargo, no ha sido aplicada por "desconocimiento" o por falta de un "criterio único" en todas las prisiones. A su juicio, María Victoria Pinilla cumple las condiciones requeridas, como no tener antecedentes, haberse presentado voluntariamente, no haber eludido nunca la acción de la Justicia y tener arraigo familiar y una buena adaptación social, entre otros. En el caso de su cliente, podría estar en el Centro de Inserción Social las Trece Rosas del barrio de Torrero o llevar una pulsera electrónica con las condiciones que le impusieran en la cárcel.

Además de la duración de la condena, para aplicar el tercer grado Interior tiene en cuenta si es la primera vez que los condenados ingresan en prisión y si han satisfecho la responsabilidad civil a la que hubieran sido condenados o se han comprometido a hacerlo. En el caso de Pinilla, la sentencia la obliga a indemnizar con 1,5 millones al Ayuntamiento de La Muela y con casi medio millón más a la Hacienda Pública.

Nada más entrar, la exalcaldesa de La Muela fue examinada por el médico del centro penitenciario y, si confirmaba que padecía covid, la idea era que no se quedara en el módulo de ingresos sino pasar directamente al número 13, donde están las mujeres de la prisión de Zuera.

Fuentes penitenciarias señalaron que la exalcaldesa puede estar en una celda individual, ya que estuvo anteriormente la cárcel y, en principio, no presenta problemas de depresión para que necesite estar acompañada, como dispone el programa anti-suicidios.

Las mismas fuentes señalaron que la petición de su tercer grado a la Junta de Tratamiento se puede hacer en los próximos días para que valoren su estado los ocho profesionales que votan en secreto esta decisión.

En principio, los primeros funcionarios que la examinaron este martes fueron el trabajador social y educador, quienes valoraron su estado. María Victoria Pinilla pasará un tiempo en observación antes de que se pueda decidir su paso de segundo a tercer grado en el mencionado centro Las Trece Rosas. En estos momentos hay alrededor de 200 internos en esta situación y la mitad se encuentran controlados con una pulsera electrónica.

Entrada apresurada huyendo de la prensa

María Victoria Pinilla apuró el plazo otorgado por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza para presentarse voluntariamente en la cárcel y empezar a cumplir su condena. La cuenta atrás expiraba a las doce de la noche y la exalcaldesa de La Muela llegó a la prisión de Zuera a las 18.30 acompañada de un amigo, que intentó en todo momento protegerla de los fotógrafos. Quería evitar que pudieran tomar una imagen que reflejaba el fin a un caso de corrupción (uno de los más importantes de Aragón junto al de Plaza), que empezó a instruirse en 2008, terminaron condenadas 24 personas y culminó este martes con el ingreso en prisión de Pinilla, la principal acusada. Oculta tras una mascarilla y cubierta por una gorra azul, corrió para no ser fotografiada y entró de forma accidentada perdiendo la chaqueta.

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