zaragoza
Urbanismo quiere recuperar la Torre de Santa Engracia y la Celda del Prior con fondos de la UE
Los dos proyectos de Movera y La Cartuja cuestan 3,1 millones, pero el Ayuntamiento quiere obtener 1,8. La Harinera de Casetas, el palacio de Fuenclara y Giesa optarán a futuras convocatorias.
El Ayuntamiento de Zaragoza quiere aprovechar las convocatorias de fondos europeos para recuperar algunos de sus edificios sin uso. Así lo hará con dos inmuebles protegidos y que gracias al Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos (Pirep) podrían reformarse para su uso ciudadano: la Torre de Santa Engracia, en Movera, y la celda del Prior, en La Cartuja, que suman un presupuesto de 3,1 millones. De cara a futuras convocatorias, el Consistorio presentará otras propuestas, como la intervención en las naves de la antigua factoría de Giesa, el palacio de Fuenclara o la Harinera de Casetas.
Pero lo más inmediato son estos dos edificios, catalogados por su interés monumental. En la Torre de Santa Engracia, con un presupuesto de 1,8 millones de euros, de los que 1,1 procederían de Europa, el Ayuntamiento de Zaragoza quiere poner en marcha un nuevo concepto de centro sociocultural, que aglutinaría actividades diversas (culturales, deportivas, emprendedoras, artísticas, gastronómicas y educativas), especialmente al aire libre, y abiertas a todo tipo de públicos e iniciativas ciudadanas.
Edificio de siglo XIX
Esta construcción, que refleja la estética academicista de la primera mitad del siglo XIX, tiene unos amplios espacios exteriores que tendrían múltiples funciones: invernaderos, huertos y espacios de arquitectura efímera. Se ha proyectado que haya talleres de jardinería, un programa de cocina y crianza de algunas especies de animales. El espacio, según figura en la memoria del proyecto, incorporaría infraestructuras físicas para celebrar eventos culturales (música, cine, circo o teatro).
Como todo proyecto vinculado a la captación de fondos europeos, la eficiencia y la sostenibilidad ambiental será clave. No solo por las actividades que se desarrollen en el edificio, sino porque el diseño del proceso de restauración del inmueble se guiará por los criterios más avanzados en materia de protección del medio ambiente.
Por ejemplo, prevé ventanas y acristalamientos eficientes, placas fotovoltaicas y molinos de eje vertical, tecnología LED, detectores de presencia (para encender y apagar la luz), tratamiento de aguas usadas, ventilación optimizada, baños secos... De hecho se quiere integrar la Torre de Santa Engracia en una red de comunidades energéticas que puedan generar, compartir y vender en régimen de mancomunidad la energía que produzcan.
La digitalización del edificio es otra de las claves de este innovador proyecto. El equipo que ha diseñado la propuesta también ha planteado "transparentar" los datos energéticos y los costes. Por eso, por ejemplo, se han previsto medidores del impacto ambiental del proyecto en tiempo real.
Además, el fomento del emprendimiento y del empleo juvenil estará presente en el nuevo inmueble. Por eso, ofrecerá servicios como los de incubadora de empresas, zona de ‘coworking’, espacios de formación en competencias digitales e idiomas o asesoría laboral. El Ayuntamiento quiere dar prioridad a personas con discapacidad y jóvenes de hasta 30 años en las contrataciones para la gestión del espacio.
La referencia en la que se han fijado los promotores del proyecto es el Campo de la Cebada, ubicado en el barrio de La Latina de Madrid, un espacio modelo en lo referido a la participación ciudadana en la gestión de los espacios públicos en desuso.
Albergue de peregrinos
Por otro lado, se han previsto fondos para la Antigua Celda del Prior, que además de estar catalogada por su interés monumental, está enclavada en La Cartuja de la Concepción, un Bien de Interés Cultural (BIC). Sin uso en la actualidad, esta construcción del siglo XVII se compone de dos edificios contiguos independientes: el más grande es de titularidad privada, pero el segundo es de propiedad municipal, situado en una parcela de 635 metros cuadrados.
En total, se contemplan unas obras valoradas en 1,3 millones de euros, con una aportación europea de 592.500 euros. El objetivo municipal es convertir el inmueble en un centro con actividades para todos los públicos, además de un albergue de peregrinos, porque por allí pasa el Camino de Santiago. El proyecto se aprobó en septiembre de 2020 y la licitación está prevista en los próximos 6 meses. Las obras podrían finalizar en julio de 2024, con un plazo de ejecución de 30 meses.
Al igual que en el caso de la Torre de Santa Engracia, el respeto a los estándares medioambientales más avanzados será prioritario.Sin alterar en ningún caso los elementos protegidos del edificio, se ha proyectado una notable mejora del aislamiento térmico de la fachada y de la cara interior de la cubierta. Se sustituirán los vidrios sencillos por otros de doble cámara y se mejorará la eficiencia energética mediante luminarias de bajo consumo. También se quiere ejecutar un sistema de geotermia para alcanzar un nivel de consumo casi nulo.
