Voladuras fallidas en Aragón: cuando el silo de la CIA quedó como la torre de Pisa

La explosión del edificio de la Compañía de Industrias Agrícolas (CIA), junto a la plaza Europa de Zaragoza, se vio truncada hace 30 años.  

Voladura del silo de la CIA, en La Almozara de Zaragoza.
Voladura del silo de la CIA, en La Almozara de Zaragoza.
Oliver Duch

Este viernes se detonarán las torres de la Central Térmica de Andorra. Estas instalaciones, que fueron levantadas entre 1974 y 1979, se inauguraron en 1981. Cada una de estas chimeneas tiene un diámetro de 83 metros, miden 107 metros y su peso es de 12.500 toneladas. Unas moles que serán voladas con la ayuda de cientos de kilos de explosivos que se colocarán estratégicamente, en concreto, en la parte baja de las estructuras. Unos segundos más tarde, explotarán unas piscinas en las cercanías, que detendrán el polvo.

En Aragón ya se han vivido detonaciones similares, aunque no siempre han resultado satisfactorias, como ocurrió hace 30 años. En octubre de 1992 se intentó volar un silo de la empresa de piensos Compañía de Industrias Agrícolas (CIA), en la confluencia de la plaza de Europa y el paseo de María Agustín de Zaragoza. Era considerado "uno de los símbolos más característicos del barrio de La Almozara", como se definió en la noticia de la voladura. Estaba todo preparado: a las 16.00 la Policía Local de Zaragoza tenía cortada la zona, cientos de personas se acercaron para ver cómo iba a caer –con la recomendación de mantener la boca abierta durante la explosión para evitar  el riesgo de sufrir traumas sonoros agudos-.

Al tercer aviso de la sirena estaba previsto que se detonaran los kilos de goma-2. Se habían colocado en veinte cargas en diez de los quince pilares del edificio de la CIA y, además, se habían excavado zanjas en los laterales para facilitar su caída. Y así fue, el explosivo del tipo dinamita explotó. Lo que no estaba previsto era que, detrás de la polvareda, seguiría el silo en pie.

"Clavado, se ha quedado clavado"

"Una gran explosión, seguida de una gran polvareda levantó los aplausos del público. Todo hacía pensar que tras el polvo se escondía un coloso ya demolido. Sin embargo, cuando la visión se hizo más clara, una sonora carcajada surgió de las gargantas del púbico que, ahora sí, se quedó con la boca abierta", publicó la periodista Marta Garú en la información del día siguiente. Los pilares se volaron, pero el edificio quedó anclado hacia un lado. "Clavado, se ha quedado clavado" se escuchó en el lugar de los hechos en boca de uno de los técnicos del operativo. De ahí que incluso bromearan con que era "la torre inclinada de Pisa de La Almozara".

Así fue el intento de voladura del silo de la CIA

Los cascotes pasaron la línea de seguridad e hirieron a dos espectadores de 17 años en la cabeza y en la clavícula. En ese momento, el ingeniero señaló que había "un 40% de posibilidades" de que esto ocurriera. El polvo dejó pasó a las máquinas con martillos, que durante una semana –en un principio anunciaron que iban a ser dos- estuvieron reduciendo el silo a escombros.

Otros dos edificios tenían que ser volados, algo que se abordó en los días posteriores. En este caso la operación se completó con éxito y las explosiones sí que funcionaron como estaba previsto y los edificios desaparecieron entre la nube de polvo. Durante nueve horas los artificieros colocaron 25 kilogramos de goma-2 repartidas en 490 cargas a los pies de los inmuebles.

Segunda demolición de las instalaciones de la CIA, en La Almozara de Zaragoza.
Segunda demolición de las instalaciones de la CIA, en La Almozara de Zaragoza.
Oliver Duch

Este episodio de la historia de la ciudad, todavía sigue vivo en la memoria de muchos vecinos de la ciudad, en cambio, puede ser novedad para las nuevas generaciones de la capital aragonesa. En la actualidad, en el mismo lugar se levantan edificios de viviendas, que poco reflejo tienen de lo que fue este lugar hace tan solo tres décadas. 

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