El Ayuntamiento de Zaragoza ha diseñado un plan de choque para invertir 5,2 millones de euros en la renovación de las tuberías de abastecimiento de la ciudad hasta 2024, un proyecto que ya ha comenzado este año con los primeros trabajos. En concreto, se prevé actuar especialmente sobre los elementos más antiguos de la red arterial. Para las primeras intervenciones se va a destinar algo más de un millón de euros, parte con cargo al presupuesto habitual del área de Infraestructuras. Ya está terminada una actuación en La Almozara y acaba de comenzar otra en la carretera de Huesca.

Desde el Consistorio reconocen que en los años previos a la Expo se hizo un «importante esfuerzo» para mejorar las tuberías, pero aseguran que desde entonces «no ha habido inversión prácticamente». En total, la red de abastecimiento de la capital aragonesa está formada de 1.296 kilómetros de conductos, de los que 193 son arteriales, es decir, los que se encargan de transportar el agua desde la planta potabilizadora de Casablanca hasta los depósitos (son catorce repartidos por los diferentes barrios) o directamente a las viviendas.

Todavía algunas de estas tuberías, fundamentales para el funcionamiento de toda la red, están construidas de fundición gris y de hormigón armado, dos materiales obsoletos. Muchos tramos tienen más de 50 años y las hay que incluso se acercan al siglo de antigüedad, lo que ocasiona numerosos problemas y obliga a veces, como apuntan desde el gobierno municipal, a dejar importantes tramos fuera de servicio.

Por ello, desde la coalición PP-Cs se ha puesto en marcha este plan específico. «Resulta imprescindible impulsar la renovación de estas grandes tuberías para evitar que el suministro de agua a importantes zonas de la ciudad pueda verse comprometido», explica la concejal responsable del área, Patricia Cavero, que lamenta que «son infraestructuras básicas a las que durante años no se ha prestado atención». Para financiar estas inversiones, a las partidas ordinarias se va a sumar, tal y como contempla el presupuesto de este año, un plurianual dotado con 200.000 euros en 2022 y 5 millones en 2023, con continuidad también en 2024.

Cinco grandes actuaciones

En la primera fase que ya se está llevando a cabo figuran cinco grandes actuaciones que se irán ejecutando a lo largo del presente ejercicio. Hay una que ya ha concluido, la que comenzó el pasado mes de noviembre en el barrio de La Almozara, concretamente en las calles de Las Cortes y Río Ésera. En este caso, se han renovado conducciones de gran tamaño (1 metro de diámetro), para lo que ha sido necesario excavar a más de 5 metros de profundidad.

Esta arteria, que estaba fabricada en hormigón con camisa de chapa y que presentaba numerosas fisuras y roturas, distribuye el agua procedente de Casablanca a amplias zonas de la margen izquierda. Junto a ella, según recuerdan desde Infraestructuras, se ha renovado también otro tramo todavía mayor, de 1,4 metros, que discurre por el cruce de la avenida de La Almozara con estas dos vías. Las dos actuaciones superan los 450.000 euros.

Por otro lado, acaba de comenzar la renovación de otra arterial en la carretera de Huesca, junto al colegio Agustina de Aragón. En este caso, se trata de una conducción de 200 metros de longitud y medio metro de diámetro construida en fibrocemento y que alimenta los depósitos de Los Leones y la Academia. Es una infraestructura fundamental para el abastecimiento de San Gregorio, Juslibol, la Academia General Militar y diferentes polígonos, y su coste alcanza los 240.000 euros.

Posteriormente, está previsto renovar también una tubería ubicada en los depósitos de Valdespartera, hecha de hormigón con camisa de chapa y que actualmente está cortada debido a su deterioro. Se trata de la actuación de mayor envergadura, porque también se aprovechará para aumentar su capacidad. Supondrá una inversión de 600.000 euros y unos seis meses de obras.

Además, se actuará en un nudo de conexiones arteriales en la avenida de Valle de Broto y en otro en el paseo de Echegaray y Caballero con la Ronda Hispanidad, lo que ayudará a mejorar los niveles de caudal y la presión de la red, así como a aislar zonas para que en caso de avería no afecte a otros sectores.