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Azcón estudia celebrar una consulta para que los zaragozanos opinen sobre el nuevo estadio

El alcalde de Zaragoza ha precisado que primero habrá que aclarar los términos y una vez que se haya concluido el proceso de participación de las distintas entidades.

Jorge Azcón, alcalde de Zaragoza, en el pleno de este viernes
Jorge Azcón, alcalde de Zaragoza, en el pleno de este viernes
Oliver Duch

El futuro campo de fútbol de Zaragoza lleva camino de ser el asunto llamado a monopolizar el debate político municipal en lo que resta de mandato. A la espera de que se inicie el próximo día 10 el proceso de participación con expertos y entidades, en el que se ha invitado al Gobierno de Aragón, a la Diputación Provincial y al Real Zaragoza, el Ayuntamiento de capital aragonesa está dispuesto a estudiar la organización de un proceso de consulta ciudadana para decidir sobre el futuro estadio. Así lo anunció el alcalde, Jorge Azcón, que siguió tendiendo la mano a para llegar a un amplio consenso pese a las discrepancias que tienen los grupos municipales.

En un clima de tensión creciente por la tramitación del proyecto del campo de fútbol, el pleno municipal de ayer sometió a debate dos mociones sobre el estadio. En la primera, presentada por ZEC, en la que además de solicitar la paralización del proceso de toma de decisión del estadio hasta que estén todos los informes técnicos, se reclamaba valorar la rehabilitación del estadio actual y la convocatoria de una consulta pública, con solicitud previa al Gobierno central.

Salvo en el punto de analizar la opción de la reforma, el resto de los puntos de la moción fueron rechazados. A la petición de paralización del proceso de toma de decisión se sumó toda la izquierda, y fue rechazada por el voto de calidad del alcalde (Vox y el edil no adscrito Ignacio Magaña se abstuvieron). Más abultada fue la derrota de la consulta pública, que solo fue apoyada por ZEC.

"No es descartable"

No obstante, tanto el gobierno PP-Cs como Vox le tomaron la palabra a los comunes. Azcón defendió la necesidad de seguir impulsado el proceso de búsqueda de un acuerdo y rechazó que la aspiración de Zaragoza a tener un nuevo estadio se pueda resolver con "parches". Sin entrar en el formato y tal como había propuesto Vox, el alcalde no descartó una consulta telemática no vinculante sobre aspectos como la ubicación o el patrocinio. "No creo que sea descartable", afirmó.

Este debate se desarrolló sin demasiadas estridencias. Hubo más tensión en una moción de los grupos que sostienen al gobierno. Pese a que esta semana hubo un debate monográfico de los portavoces de Urbanismo y a la moción debatida previamente, el gobierno consideró urgente volver a hablar sobre el asunto en una discusión a doble turno. Tras las discrepancias expresadas por el PSOE por la metodología de negociación del futuro campo y haberse negado a hablar de ubicaciones, la moción reiteraba la apuesta del Ayuntamiento "con el proceso pactado por los grupos municipales para avanzar en el desarrollo de un nuevo campo de fútbol" e instaba a los partidos "a cumplir con los compromisos adoptados para garantizar un proceso participativo que defina la futura ubicación y facilite la consecución de un consenso político" en torno al estadio.

De hecho, la edil popular Patricia Cavero se encargó de recordar cómo se habían pactado los distintos estadios, haciendo hincapié en que siempre la ubicación era lo primero. Recordó el acuerdo de la junta de portavoces que el 1 de febrero de 2008, cuando se pactó el campo en San José sin que hubiera un modelo de gestión y financiación del campo. Es más, mostró recortes de prensa que recordaron que ese estadio no tenía modelo de financiación.

La izquierda vio tacticismo en la moción, pensada más para poner en evidencia al PSOE que para buscar consensos, y se opuso en bloque. Los socialistas se revolvieron y, además de defender que quieren un proyecto pactado de cara al Mundial 2030, acusaron al gobierno "de empezar la casa por el tejado" al dar prioridad a la ubicación en lugar de a la financiación. "Lo que no vamos a solucionar son los problemas electorales de quien se hizo una foto en el campo de fútbol", afirmó Ranera, que recordó por ejemplo que se está impulsando un proyecto sin que se sepa si los futuros propietarios están dispuestos a impulsar un estadio privado, como el que construirán en Miami. Tanto ZEC como Podemos acusaron al alcalde de "electoralismo".

Ranera defendió la necesidad de poner en marcha cinco mesas de trabajo: con entidades financieras, para analizar proyectos de otras ciudades, llamar a los arquitectos de los tres proyectos fallidos, con técnicos municipales de diferentes área y una última con expertos en cultura y proyección exterior. "Como es un equipamiento de ciudad, hablemos todos y consensuemos, pero no empecemos con la ubicación", dijo.

El concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, recogió el guante y se mostró dispuesto a impulsar estas mesas de trabajo. "Bienvenida señora Ranera. Al final acepta el camino que trazamos los grupos que es escuchar a la sociedad", declaró. Aunque insistió en recordar que la ubicación siempre ha sido el primer punto de acuerdo, el alcalde evitó entrar al trapo de las críticas de la izquierda e insistió en reclamar acuerdo.

"No voy a imponer mi voluntad", dijo Azcón, que advirtió de que está dispuesto a hablar "de todo lo que haya que hablar", incluida la financiación y gestión. Por eso, reiteró que su propuesta de estadio pasa por un modelo en el que participen todas las administraciones y el club. En este sentido, explicó que se escuchará la opinión de los nuevos propietarios del Real Zaragoza y que si quieren impulsar un campo de fútbol privado no se opondrá.

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