semana santa | incienso, luego existo
Rincones con encanto para disfrutar del Domingo de Ramos en Zaragoza
Entre palmas y bajo una lluvia de pétalos, recorremos las calles donde se suceden las procesiones del primer día grande de la Semana Santa zaragozana.
"Domingo de Ramos, el que no estrena no tiene manos". Unas veces ha sido un paraguas y otras veces gafas de sol. Este año parece ser que es de gafas. Han pasado 1.092 días desde la última vez que procesionó el pollino de la Entrada de Jesús en Jerusalén por las calles de Zaragoza. Este domingo regresa y las ganas se pueden coger a puñados.
En la calle de San Vicente de Paúl están, en parte, las raíces de esta cofradía, en el antiguo colegio de los Maristas y actual sede del Gobierno de Aragón. Los capirotes tiñen de ese característico azul toda la vía hasta la calle del Sepulcro. La otra cita matinal está en Torrero con la Crucifixión. La estampa sobre el puente de América puede ser idónea.
Y después de comer, a las 18.00, darán los primeros pasos los costaleros de la Humildad. A pesar del sol, en la calle de Doctor Palomar caerá una lluvia de pétalos que traerá los sabores más andaluces al barrio de La Magdalena. Después al Ecce Homo que sale de San Cayetano, y de ahí a por los primeros redobles de la Humillación. La plaza de San Felipe siempre es una buena opción.
Heráldicas y campanas en San Pablo para el viacrucis del Silencio y las Esclavas. Seguro que no falta el Gancho que da nombre al barrio. Para ver a los nazarenos se queda en la plaza de los Sitios, por donde pasarán dada su cercanía con la parroquia de San Miguel.
Y para terminar, el Prendimiento en Ossau, donde los cofrades hacen eterna la calle. Los tambores también se escucharán en el extrarradio de la ciudad, aunque sea con prudencia. La Coronación de Espinas visitará, como es tradición, el Hospital Royo Villanova. El lunes, más.
