movilidad urbana

¿Qué va a pasar con Bizi Zaragoza?

Un particular ha iniciado una recogida de firmas en Change.org para pedir que el servicio no desaparezca. La concesión acaba en 2023 y el Ayuntamiento afirma que no hay "ninguna decisión tomada", más allá del contrato vigente.

Una pegatina en un céntrico aparbicis de Zaragoza anuncia una recogida de firmas para pedir que el servicio Bizi no desaparezca.
Una pegatina en un céntrico aparbicis de Zaragoza anuncia una recogida de firmas para pedir que el servicio Bizi no desaparezca.
P. Berné

El "incierto" futuro de Bizi Zaragoza ha llevado a un particular a impulsar una recogida de firmas en Change.org para pedir que se siga manteniendo este servicio El  contrato con la empresa Clear Channel finaliza en septiembre de 2023, según han indicado fuentes municipales, que no aclaran qué pasará después de esa fecha.

"El Ayuntamiento de Zaragoza (actualmente PP y Ciudadanos) no quiere renovar el servicio Bizi. Los zaragozanos nos quedaremos sin un servicio público de transporte, que además es respetuoso con el medio ambiente. Firma para hacer ver al actual gobierno que los zaragozanos queremos/necesitamos este servicio", denuncia un usuario en esta petición, que suma ya más de 1.800 firmas. 

Desde la consejería de Servicios Públicos y Movilidad se niegan a avanzar una decisión en esta línea, pues sostienen que "no hay ninguna decisión tomada" acerca de si va a seguir o no el servicio una vez que venza el actual contrato. "El mundo de la movilidad urbana ha cambiado tanto y evoluciona de forma tan rápida que no sabemos el año que viene lo que habrá. Es difícil anticiparse a año y medio vista. Llegado el momento se tendrá que ver, pero hoy por hoy no hay tomada ninguna decisión al respecto más allá de su contrato vigente", aseguran fuentes municipales, al ser preguntadas por esta cuestión. 

Detrás de esta recogida de firmas, que advierte entre líneas de la posible desaparición del servicio, se encuentra un particular, según han confirmado desde Asociaciones como Zaragoza en Bici o Pedalea Indignada, que pese a no haber impulsado esta iniciativa sí que comparten la misma opinión acerca de su futuro. "La concesión del servicio Bizi acaba el año que viene y la incertidumbre de que no haya respuesta oficial a este asunto lleva a pensar que no interesa mantenerlo. Oficialmente no se sabe nada, pero los asesores del Gobierno actual, nada más entrar al consistorio, ya nos dejaron caer que el servicio Bizi era algo 'obsoleto' y que no se le iba a dar continuidad. Ni lo querían ampliar a otros barrios ni invertir en mejoras que puedan reactivar su uso, como sería apostar por la bicicleta eléctrica, al igual que han hecho ya otras ciudades como Barcelona. Aquí son más pro servicio de patinetes y bici privados. Y aunque es cierto que oficialmente el consistorio no ha dado ninguna noticia formal acerca de lo que van a hacer, nos lo imaginamos...", apunta Javier Tello, portavoz del colectivo Zaragoza en Bici. 

Una de las razones que el propio Ayuntamiento esgrime cuando se lleva al pleno municipal esta cuestión es la caída en el número de usuarios que ha experimentado Bizi Zaragoza en el último año, y que según publicó HERALDO asciende a 1.809 abonados menos desde junio de 2021. Para los colectivos ciclistas, este dato -en el que ha influido notablemente tanto la compra particular de bicicletas, que llegaron a agotarse en plena pandemia, como la falta de actualización de las bicicletas públicas frente a otras alternativas de 'renting' más seguras y competitivas- temen que sea la "excusa" para la extinción de un servicio que sigue contando en la ciudad con más de 13.000 abonados, y al que Zaragoza en Bici todavía le ve posibilidades si se impulsa de manera adecuada con el acompañamiento de una serie de medidas. "Aquí tiene pinta de que van a decir que no es rentable, estando el servicio de Mobike y RideMovi. A nosotros desde luego nos lo justifican así, diciendo que es deficitario y que cada vez lo utiliza menos gente. Pero pon ahora los autobuses a pedales y verás cuánta gente los utiliza", dice con sorna Trello, que en el extremo opuesto pone el ejemplo de ciudades que han apostado por la actualización de este servicio público, como es el caso de Valencia, Madrid o Barcelona. "Lo que no es normal es que aquí sigamos con la misma bicicleta que en el año 2007, siendo que han salido bicicletas eléctricas, más seguras y más ligeras… Pongámoslas. Si no está claro que la gente va a coger antes la bicicleta privada que la pública", argumenta este ciclista. 

Los tiempos para la renovación o no de este servicio, que se estrenó en mayo de 2008 para fomentar el uso de la bicicleta en Zaragoza, los marca la finalización del contrato vigente con la empresa Clear Channel, que gestiona también este servicio municipal en Barcelona. Desde Zaragoza en Bici afean al consistorio zaragozano que mientras en la ciudad condal ha evolucionado este modelo, la capital aragonesa "lo ha ido dejando morir" o ha mostrado "desidia" con respecto a extenderlo a otros barrios.

"Sí que es cierto que ha caído el número de usuarios -reconocen- pero debido al estado del servicio. Si no inviertes en bicicletas eléctricas, añades patinetes o incluso lo extiendes a otros distritos es normal que la gente se decante por comprarse una bici".

Desde los colectivos ciclistas lamentan que este servicio falta todavía en un montón de barrios. "Tienes las zonas de Torrero, Parque Goya o Valdespartera en las que apenas hay estaciones. Si tienes la suerte de vivir en el Actur e irte al centro bien, pero si te vas a Valdespartera ya no es viable el desplazamiento. Te tienes que comprar tu propia bici o patinete o bien decantarte por las bicis de alquiler", apunta Tello. 

Los colectivos ciclistas critican que se ha dejado "morir" el servicio

La misma opinión comparte Arturo Sancho, miembro del Colectivo Pedalea, quien confiesa que la "sensación" generalizada que hay entre los usuarios de la bicicleta es de que "se ha dejado morir" el servicio, para que de esta manera sea "fácil" para el Ayuntamiento justificar llegado el momento su desaparición. "Los tiempos los marca la finalización del contrato y parece que no hay más posibilidades de prórroga en el 2023, puesto que no se está moviendo nada, ni se dice nada… Entre la gente hay ya un cierto runrún y es obligación del propio consistorio dar respuesta a eso que los ciudadanos le demandan", afirma Sancho, que ve con buenos ojos la recogida de firmas impulsada por un particular para que se hable del tema y se piense, sobre todo, "si es una cosa que ha servido, que yo entiendo que sí, y que si se mejora puede servir todavía más", defiende este zaragozano, que propone algunas medidas para mejorar el servicio municipal de bicicletas. Entre ellas, añadirle la opción eléctrica o plantear una red de aparcabicis cerrados para la bici propia que fueran una red de apoyo a la red principal.

Por su parte, desde Zaragoza en Bizi reconocen que la iniciativa puede servir para abrir este debate y combatir la "desidia" municipal que hay con respecto a seguir implementando este servicio. "Hemos visto pegatinas hasta en las propias paradas de Bizi Zaragoza, donde hay carteles pegados con celo. Ante la incertidumbre de que no haya respuesta oficial a este tema, es normal que la gente se mueva... Pero no deja de ser chocante porque en esta ciudad nadie se plantearía una recogida de firmas para ver si hay autobús público o no... Este también es un servicio público que funciona, simplemente hay que mantenerlo o mejorarlo", opina Tello. 

Sancho coincide con él en que Bizi Zaragoza ha sido un servicio "muy válido" para impulsar la movilidad sostenible en los últimos años, algo que reconocen también fuentes municipales. No obstante, ambos colectivos afean al Gobierno de PP-CS la "dejadez" con respecto a la renovación o mejora del mismo. "En los últimos años se ha visto cierta desidia por parte del Ayuntamiento de que siga siendo un servicio válido, y ahora que acaba el contrato lo que hay que hacer no es fiarlo todo a las empresas de movilidad compartida, sino una apuesta real por un medio de transporte que ha funcionado muy bien y que todavía puede funcionar muy bien añadiéndole la bicicleta eléctrica y planteando una red de aparcabicis cerrados para la bici propia, que de alguna manera sean una red de apoyo a la red principal, que tiene que ser la red de las estaciones, y más en los tiempos en los que estamos, con todo el tema de los combustibles fósiles, del petróleo, de la subida de precios de la gasolina… Hay una necesidad real de plantear de forma definitiva alternativas al uso del coche, más teniendo en cuenta que hablamos de un vehículo de movilidad activa, que contribuye a su vez a la mejora de la salud pública", concluyen desde el Colectivo Pedalea.

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