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Un pederasta que tenía prohibido dar clase, juzgado por abusos a una alumna de 11 años en Zaragoza

Fue condenado en 2019 por corrupción de menores, pero en 2020 fue contratado para impartir música en la escuela municipal de Cuarte y se aprovechó de una menor.

El acusado, durante la vista celebrada este martes en la Audiencia de Zaragoza.
El acusado, durante la vista celebrada este martes en la Audiencia de Zaragoza.
Guillermo Mestre

Proteger a los menores de los depredadores sexuales es el principal objetivo de la creación en diciembre de 2015 del Registro Central de Delincuentes Sexuales. Idéntica misión tiene la obligación para cualquiera que trabaje con menores de presentar el certificado que acredite no haber sido penado por delitos sexuales.

Artús Roca Tarrés, condenado en sentencia firme en 2019 por exhibicionismo, provocación y corrupción de menores, burló ambos mecanismos de seguridad y logró ser contratado para dar clases en la escuela municipal de música de Cuarte de Huerva.

Durante la primera sesión del juicio celebrada este martes en la Audiencia Provincial de Zaragoza se puso de manifiesto que un simple envío por Whatsapp de un PDF del supuesto certificado fue suficiente para que le hicieran un contrato, incluso a pesar de que lo mandó tarde, cuando ya había empezado a dar clases. 

Si bien el acusado no estuvo mucho tiempo impartiendo música, ya que le rescindieron el contrato en pruebas cuando la Policía Nacional preguntó por él tras recibir una denuncia, fue suficiente para que entablara relación a través de Instagram y Whatsapp con cuatro amigas de 11 años y abusara presuntamente de una de ellas en febrero de 2021.

Su estrategia fue la común en estos casos. Tras hacerse con los teléfonos de las niñas, contacta con ellas haciéndose pasar por un adolescente algo mayor que ellas. Las conversaciones adquieren tono sexual y, cuando cree que ha ganado confianza, da un paso más. En el caso de la niña de 11 años de la que presuntamente abusó llegó a identificarse como su profesor de música pero le dijo que tenía 20 años, en vez de los 27 de ese momento. 

Su aspecto aniñado y su condición de músico y cantante, aparte de su insistencia en quedar con la menor, hizo que esta accediera por dos veces a dejarle entrar en su casa cuando su madre y sus abuelos habían ido con su hermano a Zaragoza a una consulta médica. Esos momentos, y dos más en que se vieron en una calle poco transitada, fueron aprovechados para hacerle tocamientos por encima y dentro de la ropa, chuparle los pechos, intentar que le tocara a él y ponerse encima de ella simulando hacer el acto sexual, tal y como contó la madre. 

La menor también testificó pero a través de la reproducción de una prueba preconstituida (hecha con todas las garantías cuando se denunciaron los hechos)  y evitó el trago de volver a contar todo de nuevo ante el tribunal.

La chica explicó que durante las conversaciones en Whatsapp e Instagram, su profesor le dijo que podía ser su ‘sugar daddy’, es decir, un hombre con el que mantener relaciones sexuales a cambio de regalos. En este caso, le compró kinders de chocolate y le prometió un regalo por San Valentín. La madre de la menor descubrió lo que estaba pasando a través de la progenitora de una de las amigas de su hija, a las que contó que le parecía "algo guay" que le gustara a un chico de 20 años. También dijo que el acusado fue consciente en todo momento de que ella tenía 11.

Esa revelación provocó un encuentro de las cuatro madres y las cuatro niñas y, a raíz de ahí, la mujer lo denunció ante la Guardia Civil. Artús Roca fue detenido e ingresado en prisión preventiva. El acusado negó las acusaciones y las atribuyó a un «enamoramiento» de la hija y a que la madre lo denunció porque, según dijo, descubrió que tenía antecedentes.

La Fiscalía pide para el acusado una condena de 5 años por los abusos sexuales y otro año y medio por un delito contra la libertad sexual. La acusación particular exige la responsabilidad civil del Ayuntamiento de Cuarte, cuyo primer teniente de alcalde, Julio Conde, testificó este lunes, así como de la empresa que lo contrató.   

El empresario y la persona que tramitó el proceso explicaron que solicitaron al encausado toda la documentación que requiere la ley y la enviaron a la gestoría para que tramitara el alta en la Seguridad Social y no saltó ninguna alerta. 

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