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Los patinetes 'amenazan' el trono de las bicicletas en Zaragoza
Aunque las bicis siguen siendo dominantes en las vías ciclistas, el número de VMP no deja de crecer. Los usuarios de ambos vehículos piden más infraestructuras seguras y que se mejoren las que ya existen.
Carril bici de Gran Vía, en Zaragoza, 14.00. El semáforo del cruce con la avenida de Goya se pone en verde y cuatro bicicletas y otros cuatro patinetes arrancan con rapidez en dirección a la plaza de Basilio Paraíso. Por detrás vienen otros tantos y en sentido contrario, más de lo mismo. El tráfico aquí es tan intenso que por momentos se cuentan más vehículos de este tipo que coches y motos en la calzada. La movilidad sostenible no se detiene, ya que el crecimiento que vivió a raíz de la pandemia parece mantenerse en el tiempo. Hay más bicicletas que antes y muchos más patinetes, hasta el punto de que –si esto fuera una competición– la hegemonía de las primeras empezaría a estar en entredicho.
En realidad, patinetes y bicicletas son más compañeras que rivales en la capital aragonesa. Generalmente comparten el mismo espacio, los carriles bici, por lo que sus objetivos son comunes. "Es fundamental ampliar los carriles bici a otras calles y mejorar los que ya hay", señala Javier Tello, de Zaragoza en Bici; "es imprescindible que la red ciclista se complete para poder hacer los trayectos sin dar rodeos", coincide Guillermo Royo, de la Asociación de Usuarios de VMP de Zaragoza. Ambos están de acuerdo en que, con la ‘segunda revolución’ que vive la movilidad sostenible en la capital aragonesa, "es el momento" de volver a apostar por estas infraestructuras, tras varios de parón en las inversiones.
Bicicletas y patinetes hace tiempo que han dejado de ser un elemento exótico en la ciudad, como podían serlo las primeras hace 20 años o los segundos hace solo tres. Aunque los coches, las motos y los autobuses son claramente dominantes en Zaragoza, en algunas calles y a algunas horas su hegemonía resulta cuestionada.
El empuje que tuvieron los patinetes hace tres o cuatro años ha invitado a muchos a probar estos tipos de desplazamientos. Su presencia, que era anecdótica hace unos años, ahora casi es equiparable a la que tienen las bicis. Aunque los hay de alquiler, dominan los de uso privado. Un pequeño experimento en tres de los puntos con más tráfico de vehículos sostenibles de la ciudad permite comprobar que más del 40% de los que pasaban eran patinetes y el resto, bicicletas.
En Gran Vía, por ejemplo, pasaron 73 bicicletas y 57 patinetes en media hora, a mediodía y en una sola dirección. En ese mismo tiempo, por la calzada circularon 138 coches (18 de ellos taxis), 25 motos y un autobús. En el paseo de la Independencia, donde las bicicletas y los patinetes comparten la calzada –no sin problemas– con el resto de vehículos, las proporciones fueron similares: en media hora pasaron, solo en dirección a la plaza de España, 62 patinetes y 50 bicicletas, frente a los 117 coches (41 de ellos taxis), las 26 motos y los 25 autobuses.
La última prueba, en Echegaray y Caballero, da una mayor proporción de vehículos de combustión. Este es el ejemplo de un carril bici más recreativo que de uso diario, y la prueba es que tiene mucho más tráfico los fines de semana que los días laborables. Entre semana, en dirección a la plaza de Europa se registraron en media hora 39 bicicletas y 29 patinetes, frente a 132 coches (cuatro de ellos taxis), 16 motos y 7 autobuses.
De todas estas cifras, llama la atención la proporción de bicicletas y patinetes. Aunque las primeras siguen siendo dominantes, los segundos no les van a la zaga, cuando hasta hace poco el panorama era totalmente distinto. En octubre de 2018, el Ayuntamiento midió que el carril bici de Gran Vía tenía 3.191 usos diarios, de los que el 95,4% eran bicicletas. En mayo de 2019 ese mismo experimento captó 3.055 usos al día en esta vía ciclista, con un 16% de patinetes (cuatro veces más que solo ocho meses antes). En octubre de 2020, un trabajo del colectivo Pedalea ya lo cifraba en un 23%. Ahora, el conteo realizado por este periódico fija la proporción por encima del 40%.
"El patinete está viviendo un ‘boom’ equiparable al que tuvo la bicicleta en 2008. Lo positivo es que, con la pandemia, el número de bicis también aumentó y dos años después tanto unos como otros nos estamos consolidando", comenta Javier Tello, de Zaragoza en Bici. Guillermo Royo, de la asociación de VMP, apunta que los patinetes "desde el principio vinieron pisando fuerte", y que su uso no ha dejado de crecer gracias a que "cada vez hay modelos mejores a precios más asequibles".
A juicio de Rollo, el éxito de los patinetes está en que es "más limpio", "más económico" y con "tiempos similares de desplazamiento" que el coche o la moto. "Hay usuarios que también lo ven mejor que la bici porque les permite ir más deprisa y no tienen que sudar, sobre todo si van a ir a trabajar", comenta.
El aumento de tráfico de bicis y patinetes ha provocado también un incremento en la siniestralidad, con más de 350 accidentes el año pasado. La Policía Local ha emprendido estos días una nueva campaña especial de vigilancia para concienciar de la importancia del uso responsable de estos vehículos. Los usuarios señalan que, aunque hay quien no cumple las normas, muchos de los accidentes se producen por invasiones de carril bici, por adelantamientos inadecuados en la calzada o por el mal estado del firme. "Si tienes que prestar atención a si la calzada está bien o mal, dejas de atender otras cosas", señala Royo. "Lugares como el paseo de María Agustín o el paseo Pamplona son un auténtico peligro", añade Tello.
