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El fugitivo que tiró a dos policías por las escaleras en Zaragoza ya conoce su condena

El delincuente, que llevaba varios días en busca y captura por amenazar a su casera con una pistola, se refugió en un edificio de la calle de Mariano Cerezo al ver que una patrulla lo había identificado.

Una veintena de policías estaban citados para el juicio que se ha celebrado este lunes en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
Una veintena de policías estaban citados para el juicio que se ha celebrado este lunes en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
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El fugitivo que a finales de octubre del año pasado empujó por las escaleras a dos policías nacionales para evitar su detención en un edificio de la calle Mariano Cerezo de Zaragoza ya conoce su condena. Durante su declaración en el juzgado de guardia, Abdelkarim A. M., de 27 años, trató de convencer a la magistrada de que los agentes le habían propinado una paliza y la única víctima era él. Pero ni sus explicaciones ni sus lágrimas evitaron su ingreso en el centro penitenciario de Zuera. Y allí seguirá de momento, porque el delincuente sí ha reconocido este lunes ser el autor de las lesiones que sufrieron los policías, así como el dueño de la droga que le fue intervenida.

La acusación particular, que en nombre del sindicato policial Jupol ejerce el letrado Marco Antonio Navarro, pedía penas que sumaban hasta nueve años de cárcel. Sin embargo, un acuerdo con la defensa, a cargo de Carmen Sánchez Herrero, ha permitido reducir el castigo a dos años de prisión y cerca de 1.700 euros en concepto de indemnizaciones, amén de varias multas por lesiones leves. Cabe recordar que en su desesperado intento de huir, el investigado no solo hizo rodar por las escaleras a dos agentes, sino que también mordió con fuerza a uno de ellos provocándole una importante hemorragia en la mano izquierda. Con ayuda de una patrulla de refuerzo, los policías inmovilizaron finalmente a este individuo, que no dejó de proferir amenazas de muerte contra sus captores y rompió unos grilletes y un equipo de transmisiones.

La Policía Nacional buscaba al encausado desde el pasado 14 de octubre, cuando hizo uso de una pistola detonadora para amedrentar a su casera durante una discusión en el Arrabal. Según el auto de prisión, al ver llegar a la Policía a la plaza de El Burgo de Ebro, el delincuente huyó de su vivienda saltando desde la ventana al tejado. Y nada se había vuelto a saber de él hasta las 15.30 del 19 de octubre, cuando una patrulla de la Unidad de Motoristas ‘Centellas’ creyó reconocerlo y le dio el alto.

Detención en la calle de Cerezo

El joven se echó a correr y trató de burlar a sus perseguidores colándose en el número 62 de la calle de Mariano Cerezo. No lo consiguió, ya que los agentes vieron cómo se introducía en el portal y no dudaron en acceder también al edificio. Lo que quizá no esperaban es que el fugitivo fuera a reaccionar de una forma tan violenta, ya que, cuando lo localizaron agazapado en el rellano del último piso y se disponían a detenerlo, se abalanzó sobre ellos haciéndolos rodar dos pisos escaleras abajo.

La titular del Juzgado de lo Penal número 6 condenará al marroquí no solo por delitos de atentado y lesiones, sino también por otro contra la salud pública. Tras disparar la pistola de fogueo y darse a la fuga de su vivienda del Arrabal, la Policía solicitó una orden de entrada y registro. Una vez dentro, se localizaron 1.642 gramos de marihuana y una pequeña cantidad de cocaína. En el domicilio se hallaban dos personas que, según los vecinos, no residían en el edificio. Razón por la que los investigadores creen que Abdelkarim A. M. trapicheaba con drogas y estos jóvenes habían ido a comprarle.

La condena que ha aceptado el encausado no supera los dos años de prisión, pero de momento no le será suspendida, ya que arrastra siete antecedentes penales. En cualquier caso, la defensa tiene intención de solicitar la suspensión extraordinaria por drogadicción.

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