seguridad ciudadana

La Policía extrema la vigilancia y el control para anular la actividad de las bandas latinas

Agentes de Seguridad Ciudadana y de Información mantienen un dispositivo para identificar a miembros de estos grupos criminales y prevenir agresiones encarcelados.

Identificaciones en el parque Grande de Zaragoza.
Identificaciones en el parque Grande de Zaragoza. Varios policías nacionales comprueban la documentación de un grupo de jóvenes reunidos en la noche del viernes en el Parque Grande José Antonio Labordeta, en prevención de posibles incidentes. La intervención se repitió en otras zonas de la ciudad y se mantendrá durante los fines de semana.
Francisco Jiménez

La cárcel de Zuera tiene en la actualidad una veintena de presos miembros de las bandas latinas Dominican Don’t Play (DDP) y Black Panther (BP), las dos que tienen estructura en Zaragoza. La mitad de esos reclusos procede de las operaciones policiales llevadas a cabo en marzo y mayo de 2021 por la Brigada de Información, que se saldaron con 16 detenidos. La Policía no baja la guardia y ha intensificado las vigilancias para prevenir agresiones.

Las dos intervenciones lograron encerrar a nueve de los miembros más activos de los DDP, entre ellos el supuesto cabecilla, Steven Guarionex Vásquez Montero. Es gente violenta que no duda en tirar de machete cuando se disputa el territorio para controlar la venta de drogas y los robos con violencia con los que se financian. La banda fue declarada ilegal por el Tribunal Supremo en 2014 en una sentencia que calificó a los DDP como el grupo de este tipo más peligroso de los que operaban ya entonces en España. Desde esa fecha su actividad ha ido creciendo

Presentes desde 2006

En Zaragoza, han sido hegemónicos desde que se tiene constancia de su presencia, que se remonta a 2006. La llegada de los DDP fue un problema y las agresiones se circunscribían a los robos violentos, pero a partir de 2014 la situación se agravó al surgir la banda rival, los Black Panther, motivo suficiente para enfrentarse ante el mínimo roce. No obstante, son capaces de entenderse a la hora de pactar en los juicios para cumplir menos condena.

Las ‘bajas’ causadas por los ‘golpes’ policiales de marzo y mayo les han obligado a buscar nuevos reclutas para ponerlos a trabajar en las calles y mantener la organización criminal. Los DDP, como explican fuentes policiales, se nutren principalmente de adolescentes a los que captan en los centros escolares ofreciéndoles protección. A cambio, tienen que pagar una cuota y les instan a cometer robos para financiar la organización, ya que saben que la ley en España con los menores es más laxa. De hecho, los primeros DDP que fueron detenidos en Zaragoza tardaron mucho tiempo en ingresar en prisión y acumularon decenas de detenciones al ser puestos en libertad provisional, como indican fuentes jurídicas. "Hasta que no empezaron a llegar sentencias firmes del Supremo no comenzaron a entrar a la cárcel a cumplir", señalan.

Pelea en San Juan Bosco y Fita

La Policía Nacional conoce su funcionamiento, trabaja en los centros educativos para prevenir captaciones y desde mayo ha detenido a una veintena de menores (de 14 a 17 años) que ya ejercían un papel activo en la banda.

Pero las últimas peleas con machetes y altercados registrados en las puertas de la Sala Garden –nuevo foco de conflicto– o en la calle Dato, llevaron a los responsables de seguridad a ordenar el pasado fin de semana un amplio, visible y disuasorio dispositivo policial con el fin de controlar a los nuevos miembros. En la noche del viernes y la madrugada de ayer, agentes de Seguridad Ciudadana y de la Brigada de Información patrullaron las zonas y parques donde pueden reunirse e identificaron a los jóvenes que les resultaron sospechosos. Ayer, salvo una pelea entre dos jóvenes en la puerta de la Garden y otra en la del pub Chocolat de Fita –en ninguna de las cuales hubo denuncia, según fuentes policiales, ni lesiones aparentemente graves– no hubo más incidentes, al menos hasta el cierre de esta edición.

Encarcelados

En prisión. En la cárcel de Zuera hay una veintena de presos de bandas latinas. La pasada semana fueron cacheados dos veces ante la posibilidad de que ocultaran hierros afilados e incluso hubieran logrado introducir un machete en prisión, aunque los funcionarios no hallaron nada.

Delitos de sangre

Asesinato. La familia de Sami Hamidi, de 20 años, siempre ha mantenido que el asesinato del joven, cometido en noviembre de 2018 en la calle Princesa, fue la demostración de ‘valor’ del acusado, F. G. S., de 17 años, para entrar en los DDP. Ni la Policía lo pudo demostrar ni la Fiscalía ni la Justicia lo vio así. Después, en conversaciones telefónicas intervenidas a la banda, presumían de haber cometido el crimen. 

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