El laboratorio de la Magdalena donde se analizaban las muestras de la ciudad

En la calle de Palafox de Zaragoza se encuentra un edificio de 1914 que en origen fue laboratorio y que en la actualidad ofrece un servicio municipal.

Fachada del antiguo laboratorio municipal de Zaragoza, en la calle de Palafox.
Fachada del antiguo laboratorio municipal de Zaragoza, en la calle de Palafox.
HA

No es ningún secreto, pero la historia de algunos edificios pasa un tanto desapercibida. Por ejemplo, "laboratorio municipal" se lee en grandes letras sobre la puerta de un inmueble del barrio de la Magdalena de Zaragoza. Solo hay que alzar la vista para descubrirlo. 

Es en el número 29 de la calle de José Palafox. Su fachada decimonónica desvela un pasado industrial y las letras mencionadas lo corroboran. En la actualidad cumple una función completamente diferente a la que se concibió: es la Casa de las Culturas y la Solidaridad. Sin embargo, nada se conserva de la etapa en la que fue laboratorio.

"En breve se procederá a la instalación del laboratorio químico municipal en un edificio de la calle de Palafox", anunció HERALDO en el ejemplar del 2 de julio de 1914. "Será instalado en el edificio llamado de San Vicente", se concretó en la noticia sobre la entrega del proyecto y de los planos por parte del arquitecto.

Recorte de HERALDO donde se anunciaba el traslado del laboratorio municipal de Zaragoza.
Recorte de HERALDO donde se anunciaba el traslado del laboratorio municipal de Zaragoza.
Archivo Heraldo de Aragón

José de Yarza Echenique -que hacía tres años que era arquitecto municipal- fue el artífice de este edificio, ahora protegido por su interés arquitectónico. Es de una sola planta, donde un gran patio es el eje del espacio. Se proyectó en 1914 para "laboratorio químico", según detalla el informe histórico artístico del edificio. El traslado a estas nuevas instalaciones corría "urgencia", tal y como desvelan las noticias de hemeroteca.

Fachada de la Casa de las Culturas y de la Solidaridad de Zaragoza.
Fachada de la Casa de las Culturas y de la Solidaridad de Zaragoza.
HA

El nuevo laboratorio municipal de la capital aragonesa tenía una fachada de ladrillo visto, esa misma que hoy se conserva. "Está articulada a base de pilastras, abriéndose en cada paño de muro un vano adintelado de cabecero de menos luz y dintel de ladrillos a sardinel", describen fuentes municipales. Una composición simétrica remata la construcción, en la que no falta un friso de coquetas baldosas. La cornisa, que tiene un poco vuelo, está partida en el centro con el león rampante, emblema de Zaragoza. Tras la fiebre modernista de los primeros años del siglo XX nació este edificio, inscrito dentro de las "tendencias de inspiración regionalista en las que se sitúa José de Yarza", refleja la ficha municipal.

Detalle de las baldosas en la fachada de la Casa de las Culturas de Zaragoza.
Detalle de las baldosas en la fachada de la Casa de las Culturas de Zaragoza.
HA

La actualización del edificio y las intervenciones de mejora han sido sucesivas a lo largo del tiempo. Por ejemplo, dos años después de su apertura, el Consistorio adquirió el material eléctrico para este laboratorio, que tuvo un coste de 10.000 pesetas, como leyeron los lectores de HERALDO. Dos décadas después se intervino de nuevo y en los años 70 se acometió la limpieza de la fachada que costó 32.000 pesetas.

¿Qué se hacía en este laboratorio?

Eran habituales las notas sobre sus desinfecciones de los retretes de las escuelas municipales o de carruajes. También los reportajes de análisis de las muestras de "cremas" para calzado, aceites, de la leche que se vendía en la ciudad, de turrones en la campaña de Navidad o de la calidad del agua, entre otras labores. "El alcalde ha dado órdenes terminantes al director del Laboratorio municipal para que se practiquen los análisis de las aguas diariamente, participándolo a diario los resultados de dichos análisis en un oficio que facilitará a la prensa para que esta lo haga llegar al público", se hizo eco HERALDO en diciembre de 1914, es decir, poco después de su traslado.

El trabajo de este laboratorio era usado, incluso, con fines publicitarios, como una seña de garantía. "La mejor leche del mundo es la que producen las vacas de Antonio Montesa. Su bondad se acredita por certificado que suscribe el director del Laboratorio Municipal del Excmo. Ayuntamiento de Zaragoza", se promocionaba en las páginas de este medio a principios del siglo XX.

Además de laboratorio, posteriormente también fue auxilio social y un comedor para personas mayores gestionado por la DGA. Desde marzo de 1998 es la Casa de las Culturas y la Solidaridad del Ayuntamiento de Zaragoza, donde el fin es promover la integración social de inmigrantes y minorías étnicas, así como favorecer los modelos de convivencia interculturales. Programas de atención y asesoramiento social, el área de multiculturalidad y sensibilización o el de participación son algunos de los servicios que se disponen en la actualidad en el mismo sitio que décadas antes fue un lugar de probetas.

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