El ansia de un vecino de Zaragoza por la pizza Suprema le cuesta una condena de 1.800 euros

Ha sido condenado por amenazar a las empleadas de un local por no enviarle un pedido todo lo rápido que el quería y por lesionar a un policía.

Foto de archivo de una pizza
Foto de archivo de una pizza
Pixabay

Tiene un carácter impulsivo producto de un trastorno emocional de la personalidad, lo que unido al consumo habitual de cannabis provoca que tome malas decisiones en su vida. Y cuando se mezclan factores personales y determinadas situaciones no sabe valorar los riesgos adecuadamente. El cóctel, al que se suma la epilepsia, se traduce en reacciones desproporcionadas que le llevan a meterse en líos hasta cuando quiere una pizza. En esta ocasión, el pedido de una Suprema, su favorita, le va costar 1.650 euros en multas más 150 que tiene que pagar al policía al que lesionó cuando tuvo que detenerlo el día que no le sirvieron la pizza todo lo rápido que él quería.

Juan Manuel C. M. aceptó viernes una condena por un delito de amenazas, otro de resistencia a la autoridad y otro de lesiones. Al principio se enfrentaba a penas de prisión y se arriesgaba a perder el tercer grado del que disfruta actualmente, pero el acuerdo alcanzado por su abogada, Olga Oseira, con la Fiscalía ha permitido que la condena se quede en sendas multas de 300, 1.200 y 150 euros por los delitos mencionados y no entrará en prisión por esta causa.

Los hechos por los que fue juzgado ocurrieron a las 14.30 del 4 de agosto de 2021. Juan Manuel C. M. acudió de muy mal genio a un local de una cadena de pizzas del Actur, se plantó delante de las dos empleadas que había y, nervioso y desafiante, soltó: "Mi pedido tenía que haber llegado a las 14.15 y no me ha llegado, por lo que vengo a pedir explicaciones".

Las trabajadoras ya lo conocían de otras ocasiones en las que las que, utilizando distintos teléfonos las llamaba y las amenazaba con frases del tipo: "Os voy a quemar el local como no me traigáis el pedido, os voy a degollar". Las empleadas avisaron a la Policía, que logró apaciguar al cliente. Sin embargo, poco después volvió al local y se dirigió a las mujeres con las mismas amenazas de muerte. Hasta entonces nunca lo habían denunciado, pero ese día lo hicieron. Los policías regresaron al lugar y lo localizaron en la calle. Le dieron el alto, pero Juan Manuel C. M. hizo caso omiso, reaccionó de forma muy violenta y uno de ellos acabó lesionado.

El acusado -que tiene antecedentes por violencia sobre la mujer, coacciones, atentado, tráfico de drogas, obstrucción a la Justicia, amenazas, quebrantamiento y desobediencia-, intervino en el juicio de conformidad para preguntar a la juez: "¿Pero ahora podré ir a la pizzería y pedirme una Suprema?". La magistrada tuvo que recordarle que tiene prohibido acercarse a ese local concreto durante seis meses.

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