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La plantilla del tranvía de Zaragoza apoya el preacuerdo que pone fin a la huelga más larga de la ciudad

El 73% de los trabajadores respalda en las urnas poner fin al conflicto 13 meses después.

El tranvía o el autobús son una buena alternativa al coche particular.
Los trabajadores del tranvía de Zaragoza apoyan poner fin a la huelga  .
Oliver Duch

La huelga más larga que ha sufrido un servicio público en la historia de Zaragoza, con más de 13 meses de duración, por fin se puede dar por finalizada. Los trabajadores del tranvía han respaldado este martes en referéndum el preacuerdo alcanzado hace una semana por el comité y la empresa tras una larga travesía de negociaciones infructuosas. La propuesta, que ha logrado el 73% de los votos favorables, será incorporada en los próximos días la nuevo convenio colectivo, que tendrá que tendrá vigencia hasta diciembre de 2024.

Los trabajadores del tranvía convocaron una huelga en el servicio por tercera vez en su corta historia en enero de 2021. En este caso, el objetivo de la plantilla era forzar a la empresa a que mejorase sus condiciones laborales y salariales de cara a la firma de un nuevo convenio colectivo. El antiguo llevaba tiempo caducado, y tras casi dos años de negociaciones sin acuerdo, el comité daba el paso y planteaba un conflicto colectivo.

Los paros parciales, convocados en hora punta, estaban condicionados por la crisis sanitaria de la covid, que ha reducido drásticamente el número de viajeros en el transporte público, y que además, ha obligado a establecer limitaciones de aforo en sus vehículos. Por ello, el Ayuntamiento de Zaragoza estableció unos servicios mínimos mucho más elevados que en conflictos previos: si en la anterior, con ZEC en el gobierno municipal, se fijaron en el 68%, en esta ocasión llegaban hasta el 90%.

Con estas limitaciones y la caída de viajeros, las afecciones comenzaron siendo limitadas, lejos al menos de las sufridas por los viajeros en otros conflictos laborales. Sin embargo, el avance favorable de la situación sanitaria, la recuperación de la demanda y la prolongación del conflicto fueron haciendo mella entre los usuarios.

Las negociaciones se trasladaron al Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA), pero poco o nada se logró acercar las posturas. Las partes se acusaban mutuamente de falta de voluntad a para llegar a un acuerdo y mientras, los trabajadores del bus urbano se unían a la protesta con un conflicto laboral similar, también ligado a su nuevo convenio.

Ambos comités decidieron unir sus fuerzas, y desde entonces trasladaron sus reivindicaciones a la calle, en forma de manifestaciones conjuntas, y a las puertas del Ayuntamiento. Sin embargo, sus demandas no consiguieron traspasar las puertas de la Casa Consistorial. El gobierno PP-Cs ha rechazado en todo momento mediar en el conflicto, y se ha limitado a instar a las partes a negociar con voluntad de acuerdo.

La huelga debía retomarse el 1 de febrero -tras un parón en enero concedido por los trabajadores ante la explosión de casos de coronavirus-, pero las partes alcanzaron un principio de acuerdo la semana pasada que ahora ha sido ratificado por la plantilla en referéndum. El conflicto se ha convertido en el más largo que ha sufrido un servicio público en la historia de la ciudad. En total, 13 meses de duración, con 226 jornadas de afecciones y 582 horas de paros parciales.

El siguiente paso será incorporar dicho texto en el nuevo convenio, que tendrá vigencia hasta diciembre de 2024, lo que en principio garantiza una periodo de paz en el servicio.

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