Zaragoza
Vecinos del parque Pignatelli denuncian la aparición de grietas en sus pisos por las obras
Desde el proyecto aseguran que no son estructurales y están estudiando las causas.
Ante unas largas obras y sus inevitables molestias, no queda otra que armarse de paciencia y tratar de llevar los inconvenientes que puedan generar de la mejor forma posible. Sin embargo, la cosa cambia cuando, de un día para otro, los trabajos acaban por perjudicar directamente a unas viviendas. Eso es lo que creen que ha ocurrido los vecinos del entorno del parque Pignatelli, donde desde hace seis meses se está urbanizando la zona de los antiguos depósitos para empezar a construir próximamente allí 65 viviendas de precio libre incluidas en la operación. Tras todo este tiempo con el ruido como banda sonora, ahora los residentes de seis edificios de la calle de Maestro Estremiana han detectado la aparición de grietas en algunos de sus pisos. Y urgen respuestas.
Los perjudicados se unieron hace un mes, cuando vieron las primeras hendiduras, en busca de una solución. Ya entonces, según cuenta la portavoz de los afectados, Carmen Bagüés, llamaron a la Policía Local y a los Bomberos y se pusieron en contacto con el área de Urbanismo del Ayuntamiento pero, aunque acudieron a ver los desperfectos, no hubo cambios. Los vecinos están preocupados y aseguran que tienen "miedo" de lo que pueda ocurrir con sus viviendas pues los inmuebles, ubicados a la altura de los números 6, 8, 10, 12, 14 y 39 de la citada vía, son antiguos.
Reunión con los afectados
No obstante, fuentes cercanas al proyecto lanzaron un mensaje tranquilizador y aseguraron que, en todo caso, se trata de "fisuras" que "no son estructurales". Explicaron que el tema ya se está estudiando con el Consistorio y con la constructora que está ejecutando la obra. Y recordaron que, como apuntaron también los vecinos, han mantenido ya una reunión con los afectados. Una vez se determinen las causas, y si se han producido por las obras u otras cuestiones, "se actuará de la manera que proceda", apostillaron.
Los vecinos, según explica Bagüés, consideran que el problema viene de la diferencia de altura entre los depósitos, donde se está haciendo un gran movimiento de tierras, y las viviendas. "Las compactadoras están trabajando la tierra a la altura de los cimientos de las casas y dando golpes continuamente", resume esta vecina, que cree que en primer lugar, antes de comenzar los trabajos, deberían haberse tenido en cuenta esas posibles afecciones. "Podían haber hecho un forjado alrededor de la linde de las viviendas que absorbiera la vibración", apuntó.
No todos los pisos se están viendo afectados por igual, mientras que en los ubicados en las plantas bajas están viendo aparecer más grietas, los más altos sufren sobre todo por las vibraciones. Son constantes durante buena parte del tiempo de trabajo y tan notables que a veces, como se puede observar en algunos de los vídeos que han grabado, tiemblan los objetos y hasta los muebles.
Pero, con todo, son las grietas lo que verdaderamente les tiene en vilo porque, según apunta Bagüés, "son desperfectos vivos que van a más". Por eso, algunos vecinos van a colocar testigos para comprobar si aumentan los daños. "No queremos que paren la obra, queremos que continúe, pero con seguridad. Y que haya una comunicación con nosotros, no que nos sintamos totalmente desangelados", reivindica.
El proyecto
La primera fase de las obras se encuentra ya en su recta final. Durante estos meses, la constructora aragonesa MLN, a la que la promotora Aedas Homes ha encargado la urbanización, ha estado trabajando en las casi cuatro hectáreas que ocupaban las instalaciones municipales para crear un nuevo espacio urbano que dé continuidad a la calle de Santiago Guallar. Y en febrero se prevé comenzar la construcción de las 65 viviendas, que estarán previsiblemente a principios de 2024.
El Ayuntamiento, por su parte, se encargará de levantar otros 30 pisos de protección oficial y equipamientos sociales y deportivos.
