Comunidad de Calatayud

El primer bus bilbilitano pone rumbo a Huesca

El vehículo se matriculó en 1967 y circuló por las calles de Calatayud hasta el año 2002. Ahora, será restaurado en la capital oscense para fines publicitarios.

El primer autobús urbano de Calatayud.
El primer autobús urbano de Calatayud.
JMACIPE

Casi 55 años después de ser matriculado, su motor sigue rugiendo y tirando de sus casi seis toneladas de peso. Con algo más de seis metros de largo y unos 2,5 de ancho y 17 plazas, este Pegaso modelo 5080 se resiste a quedar aparcado definitivamente. Se trata del primer autobús que prestó el servicio de viajeros urbano en la ciudad de Calatayud, que por aquel entonces unía el centro del municipio con el barrio de San Antonio, donde todavía no estaba abierto ni el hospital Ernest Lluch. Ahora, tras cerca de una década con apenas uso y estacionado en una nave de una empresa de transporte, su última salida de las calles bilbilitanas tiene como destino la capital oscense.

"La venta está apalabrada con una persona de Huesca que lo restaurará para hacer publicidad", explica David Martínez, de Autocares Hermasa, que se ha encargado de cuidarlo durante los últimos años. "Está en perfecto estado de funcionamiento, para encenderlo hay que echarle las pinzas a las baterías, que son de 2001 y 2003, pero arranca sin ningún problema", explica. Sin embargo, reconoce que "la carrocería ya necesita algún arreglo" y detalla que "el último viaje lo hará en una góndola, porque puede salir, pero hacer tantos kilómetros…".

Su llegada a la ciudad llegó a través de un empresario de origen gallego y asentado en Teruel que asumió el estreno de la concesión del bus urbano en Calatayud. "Se apellidaba Iglesias y fue el primero en cogerlo en 1967", recuerda Manuel Alejandre, que recogió el testigo de aquel pionero. "Lo asumí en 1975 y lo llevé hasta el 77, porque era un servicio que no era muy rentable, ya que no funcionaba el hospital ni el polígono de la Charluca", cuenta.

Tras él, la concesión, junto a los vehículos, pasó a Isidro Calvo, que lo gestionó durante más de tres décadas. "Guardo muchos chascarrillos y anécdotas, pero nada grave, ningún problema", explica a sus 83 años. "Entonces dábamos la vuelta en la plaza del Fuerte y como la gente aparcaba como quería teníamos que ir con mucho cuidado para no rallar los coches", recuerda. También subraya que a diferencia de la dirección asistida de hoy entonces había que "tirar de brazo". "Si ahora giran y no hace falta tocarlos", señala.

En el interior del vehículo parece haberse detenido el tiempo, como las saetas del reloj que conserva en su frontal. Allí todavía están las tablas de precios, ya en euros, y los horarios desde la plaza del Fuerte o la ciudad deportiva, al igual que los carteles que anuncian "Hospital Insalud" y "Barrio San Antonio". Todavía permanece el timbre para solicitar las paradas, colocado con una cuerda, y el torno que daba acceso, en el que se conservan varios billetes sin usar.

"Fueron años muy duros para el negocio, sobre todo hasta que empezó a funcionar el hospital. Ya desde entonces la cosa fue un poco mejor, pero poco. Por ejemplo, había descuentos a jubilados y estudiantes y hasta que el Ayuntamiento los pagaba…", apunta Calvo. A su vez también recuerda que "en algún invierno se congelaba hasta el gasoil". "Anda que no he tenido que tirarme al suelo para no quedarnos tirados", añade. Calvo asume que "da algo de nostalgia y es una pena, porque es historia de la ciudad". Por el momento, no hay fecha cerrada de salida.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión