"Que después de que te roben una bici te regalen otra es algo mágico"

Los responsables de la plataforma que introduce bicicletas holandesas en España entregaron ayer una de ellas a Soraya Lema, la joven que escribió una carta al ladrón de su bicicleta en la calle Don Jaime.

Soraya Lema y David Saiz, ayer en el parque de Las Delicias.
Soraya Lema y David Saiz, ayer en el parque de Las Delicias.
FRANCISCO JIMENEZ

Soraya Lema se enfrentó con pocas semanas de diferencia a la parte más cruda y a la más amable de la sociedad. En concreto, a la peor y a la mejor versión de los desconocidos. A Soraya le robaron en el centro de Zaragoza una bicicleta a la que tenía especial cariño, pues con ella había hecho, incluso, el Camino de Santiago. 

La joven, ni corta ni perezosa, escribió una carta al ladrón que no tardó en hacerse viral pues decía en la misiva que dejó en la calle Don Jaime que, si el amigo de lo ajeno necesitaba la bici más que ella, se la podía dejar. David Saiz, uno de los promotores de la plataforma Quierounabici.eu, leyó la historia y le conmovió. Él lleva meses haciendo envíos a España de bicicletas holandesas, de las que se dejan abandonadas en los canales de Ámsterdam, que se recuperan para su uso después de un intenso lavado de cara. David ha acercado a España numerosos camiones cada vez con más bicis y, también, cada vez con más demanda a orillas del Ebro. Ayer, como uno de esos finales felices de las películas, se reunió con Soraya para regalarle uno de estos velocípedos de alto manillar y color negro, que ya comienzan a ser habituales por el trazado del tranvía o los carriles del paseo de Echegaray y Caballero.

“Cuando recibí el mensaje de David me alegré mucho, fue una sorpresa muy bonita porque no esperaba esta respuesta a una carta por un robo”, comentaba Soraya ayer en el parque de Las Delicias. “Me reconforta saber que siempre hay esperanza y que los pequeños actos sí importan. Da mucha alegría cuando se hace algo desde la bondad”, dice la joven gallega, que no ha tenido noticias ni del ladrón ni de la Policía después de que le arrebataran su bici -que estaba asegurada con candado- en la calle Don Jaime. “Hubiera sido más curioso un encuentro con el ladrón, ¿verdad?”, bromea.

"Me reconforta saber que siempre hay esperanza y que los pequeños actos sí importan"

El promotor de la plataforma, creador de la misma junto a la zaragozana Ana Castán, agradece que la acogida a esta iniciativa en Aragón esté siendo “tan bonita y emotiva” y explica que no dudó un minuto en hacer el ofrecimiento a Soraya. “Me emocionó su historia y, sobre todo, que se hubiera comprado la bici con su trabajo durante el confinamiento y que la utilizara para ir al hospital. Justo cuando todos estábamos muertos de miedo por la pandemia, ella la utilizaba para ir a batirse el cobre. Me dolió en el alma”, dice Saiz. “El de Quierounabici es un proyecto que hacemos por humanizar las ciudades, no es tanto un tema económico como de activismo ciclista. Hay un pequeño margen por no perder dinero, pero este caso nos emocionó y nos pareció un pequeño drama, así que si alguien merecía una bici era ella”, continúa Saiz.

La joven gallega, nada más recoger su nueva bicicleta.
La joven gallega, nada más recoger su nueva bicicleta.
FRANCISCO JIMENEZ

“Fue completamente inesperado que contactaran conmigo para ofrecerme una bici holandesa, pero me alegra comprobar que, dando una segunda oportunidad, las personas siempre responden y puede aparecer alguien en el camino como el proyecto de Quierounabici, en esta caso, para continuar sobre ruedas”, dice Soraya, que se queda “con la parte mágica de lo ocurrido”.

Saiz, por su parte, comenta que la bici que le han entregado es muy distinta de la suya original, pues la robada era una mountain bike y a la holandesa Soraya tendrá que adaptarse en pocos días a las singularidades de estas bicis, que tienen tal demanda que, incluso, han venido algunos vecinos de Tudela, Huesca o Lérida hasta Zaragoza para hacerse con la suya. “Yo creo que la gente tiene mucha necesidad de cambiar su forma de moverse por la ciudad y ese es el motivo principal por el que este proyecto engancha: está muy asociado a la sostenibilidad y a los desplazamientos urbanos”. Sobre las bicis holandesas comenta que son “resistentes, prácticas, sencillas y fáciles de usar”, aunque es cierto que tienen un peso considerable porque están hechas en hierro. “Tienen el manillar alto por lo que la posición de la espalda es recta y no cuentan con marchas complicadas, aunque algunos usuarios pueden no estar acostumbrados de inicio al freno-contrapedal”, comenta, al tiempo que argumenta que éste resulta muy útil porque deja libres las manos para poder marcar los giros.

Bicicletas a la espera de usuarios en el local de Asapme.
Bicicletas a la espera de usuarios en el local de Asapme.
FRANCISCO JIMENEZ

Saiz entregó ayer medio centenar de bicicletas y dio unas breves instrucciones y recomendaciones a sus nuevos propietarios. Explicó que estas bicis, la mayoría de los años 40 y 50 del siglo pasado, resultan ideales para el ciclismo urbano porque permiten conducir en una posición ergonómica, ver toda la calzada y que el resto de usuarios de la vía también te vean enseguida”. El reparto de ayer, como el de las ediciones anteriores, se produjo en el parque de Delicias, en Duquesa Villahermosa, en el local que les presta Asapme, la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental. “Hemos aprovechado también para hacer un decálogo de los beneficios sociales y mentales que puede tener el circular en bicicleta”, cuenta Saiz, que asegura que el uso cotidiano de la bici es bueno para la salud mental. “Esta mañana, conforme venía hacia el parque, he visto alguna bici holandesa aparcada por la calle y eso me ha hecho mucha ilusión. Parece que ya forman parte de la escena urbana de Zaragoza”, concluye.

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