SOCIEDAD

La niebla devoró al solsticio (pero aún hay dos oportunidades más de verlo)

La mágica alineación de los rayos solares con el trazado de la calle Mayor no pudo constatarse este martes debido a las persistentes nieblas en el valle del Ebro.

La calle Mayor, poco iluminada esta mañana por culpa de la niebla.
La calle Mayor, poco iluminada esta mañana por culpa de la niebla.
José Miguel Marco

La niebla ha sido la invitada incómoda esta mañana de martes a la fiesta del solsticio. De hecho, la bruma ha desbaratado las previsiones de un puñado de aficionados a la astrología que esperaban poder cómo los rayos del sol recorren la calle Mayor de Zaragoza en recuerdo de su rito fundacional. Fue hace más de dos mil años cuando el emperador Augusto decidió trazar el Decumano Máximo en esta fecha tan señalada, que da comienzo al invierno y se descubre como el día más corto del año.

Aunque hoy no han podido tirarse demasiadas fotos -de hecho, la niebla hacía que fuera difícil ver la torre de la Magdalena desde el cruce de la calle de Don Jaime I-, los ‘instagramers’ que tanta afición han cogido al solsticio los últimos años tendrán otra oportunidad de verlo el miércoles y el jueves. De hecho, solsticio etimológicamente viene a significar “sol quieto” y así permanecerá el astro durante tres días, por lo que si la niebla lo permite y el ambiente se despeja -parece que los próximos días serán más propicios- aún hay dos oportunidades más de admirarse con el solsticio de invierno.

La torre de la Magdalena se veía con dificultad desde la calle Mayor.
La torre de la Magdalena se veía con dificultad desde la calle Mayor.
José Miguel Marco

“Algo habíamos oído. No hemos venido de propio, teníamos que hacer un recado, pero sí queríamos pasar por la calle Mayor por si se veía una luz especial o algo parecido”, decía esta mañana Asunción Gálvez, que -aún así- tiraba una foto con el móvil a la trasera de la Magdalena. En la calle Mayor el ambiente esta mañana era el mismo que cualquier día laboral de entre semana y aunque había cierta animación con repartidores, vecinos y algunos curiosos, nada tenía que ver con las citas de ‘influencers’ que años anteriores se convocaban por las redes sociales.

“Esta mañana he escuchado en la radio que en toda España menos en el valle del Ebro iba a ser un día despejado. Justo hoy la niebla ha bajado y se ha puesto más densa, pero es probable que se vaya disipando y que el jueves aún se pueda ver el solsticio en condiciones”, comentaban José Pardos y Manuel Jiménez en una cafetería de San Vicente de Paúl. Sus predicciones meteorológicas parecen acertadas y es probable que “en el tiempo de descuento” aún se pueda ver cómo el sol parece anclado en la calle Mayor durante unas horas. Más suerte parece que van a tener esta tarde en Huesca, donde la Agrupación Astronómica ha convocado en la plaza de Navarra una observación (con merienda) para dar la bienvenida al invierno.

Pero, ¿por qué es este un rito que se considera mágico? El arquitecto y especialista en geometría sagrada Carlos Martín La Moneda explicaba hace unos días que cuando los romanos diseñaron la ciudad miraron a los cielos buscando una cualidad cósmica: que el sol simbólicamente fecundara la tierra. Así, los augures de hace dos mil años utilizaron picas y proyectaron sus sombras para determinar la ubicación precisa en la que debían situar sus calles principales para procurar un equilibrio entre lo cósmico y lo telúrico. Se hizo así y en este fecha porque “la ciudad buscaba una ciudad iniciadora, tenía que ser precursora de un comienzo: así, sobre los restos del poblado ibero de Salduie se fundó el nuevo asentamiento una de las metrópolis más importantes de la península, a la que -de hecho- le pusieron el nombre del emperador. Augusto quiso hacer aquí una ciudad fundacional de Hispania”, explicaba el arquitecto.

Este martes no había muchos caza-destellos dorados y los pocos que han acudido se han vuelto de vacío, pero aún así se han visto algunos turistas curiosos que, a falta de solsticio, han disfrutado de otros reclamos como la iglesia de la Magdalena o “la calle del Órgano, que es muy pequeñita, está aquí detrás y se conoce que se llama así porque sirve de voladizo para el órgano de la iglesia”, comentaba María Fandos, que estaba dedicando la mañana junto a dos amigas a recorrer el Casco Histórico de Zaragoza. “Venimos del monasterio de las Canonesas del Santo Sepulcro y ahora queremos ir a ver la exposición de Picasso del Camón Aznar. Es todo recto, calle Mayor abajo ¿verdad?”.

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