crecida del ebro

Sánchez garantiza en Pradilla “todos los resortes” del Estado para paliar los daños de la riada

El presidente del Gobierno visita la Ribera Alta del Ebro y confirma que este viernes aprobará la declaración de zona catastrófica para que se pueda intervenir "de inmediato".

Pedro Sánchez visita Pradilla por la crecida del Ebro en Aragón.
Pedro Sánchez visita Pradilla por la crecida del Ebro en Aragón.
Oliver Duch

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha garantizado este martes en Pradilla que pondrá “todos los resortes” de la Administración para paliar “cuanto antes” los daños provocados por la crecida del Ebro. Con este fin, ha confirmado que este viernes aprobará el Consejo de Ministros la declaración de zona catastrófica para intervenir "de inmediato".

En un breve declaración sin preguntas tras recorrer parte del tramo urbano del río en la localidad zaragozana, Sánchez ha trasladado la “solidaridad” del Gobierno y del conjunto del país con los afectados por la avenida extraordinaria. El mismo mensaje ha transmitido en Navarra y La Rioja, donde también ha acudido para conocer de primera mano las consecuencias de las inundaciones provocadas.

En Pradilla ha comprobado la fuerza con la que aún baja el Ebro en la Ribera Alta desde el puente cortado al tráfico que les comunica con Boquiñeni. Allí el río pasa con seis metros y medio de altura, dos más de lo habitual, pese a haber pasado la punta de la crecida el día previo.

Pedro Sánchez ha reiterado que se pondrán “todos los vehículos de la Administración” para que los vecinos puedan recuperar su día a día tras una avenida extraordinaria que, ha lamentado, se repite de una forma “mucho más frecuente como consecuencia de la emergencia climática”.

Ante esta situación, ha destacado la importancia de contar con un Estado social “fuerte” para prevenir y atenuar los daños, lo que le ha llevado a agradecer la labor de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Del mismo modo, ha subrayado la importancia de que todas las administraciones se coordinen ante una emergencia, “con independencia de las orientaciones políticas”, para anteponer el interés general. “Lo importante, y lo que quieren los vecinos es que todas las administraciones estemos detrás de ellos, les protejamos y les demos respuesta”, ha resaltado antes de poner de “ejemplo” la respuesta dada en Aragón.

Esa labor la ha podido comprobar también en Pradilla con representantes de los tres niveles de la Administración implicados en la riada que le esperaban en la mota del Ebro: los presidentes de Aragón, Javier Lambán, y de la Diputación Provincial de Zaragoza, Juan Antonio Sánchez Quero, el alcalde de Pradilla, Raúl Moncín, y otros de la Ribera Alta, además de la delegada del Gobierno, Rosa Serrano, que le acompañó desde su llegada en helicóptero a Zaragoza. También han acudido el presidente de las Cortes, Javier Sada, y la consejera de Presidencia, Mayte Pérez.

Precisamente, el presidente Lambán ha destacado la “coordinación perfecta” ante la crecida, que ha contrapuesto con la “manifiesta descoordinación y dejadez" en la gestión de la 2015, cuando estaban al frente de los gobiernos central y autonómico Mariano Rajoy y Luisa Fernanda Rudi, respectivamente. Además, ha valorado la "previsión inversora" del Ejecutivo de Sánchez. “Sin inversiones y cambio radical en la gestión de las avenidas, hoy estaríamos hablando de catástrofes bastante considerables”, ha apostillado.

El máximo responsable de la DGA ha dado por hecho que la Administración central seguirá implicada para intervenir en el cauce y proteger los cascos urbanos, sin olvidar tampoco de “resarcir de los daños a los damnificados”.

Por su parte, el alcalde de Pradilla ha reconocido que han pasado unos días "bastante difíciles", aunque "la cosa ha salido bien después de lo mal que pintaba" y no se ha tenido que evacuar el pueblo. También ha aprovechado para requerir a los dos presidentes a seguir actuando en el río.

La anécdota de la visita la ha protagonizado el presidente del PP-Zaragoza, el diputado Ramón Celma, que ha aprovechado que el presidente se acercaba a saludar a los vecinos para entregarle una botas de agua para “mancharse de barro”. Esta fue precisamente la recriminación que hace seis años le hizo Sánchez en Pradilla a Rajoy ante su tardanza en acudir a Aragón tras los graves daños por otra crecida extraordinaria que, a diferencia de la de ahora, obligó a desalojar pueblos de Zaragoza por el riesgo de inundación. El secretario general del PSOE acudió tres días antes que Rajoy y volvió a repetir en Boquiñeni una semana después.

Ramón Celma ha pedido al presidente inversiones y la limpieza del río, una de las reclamaciones que de forma insistente hacen los afectados por las avenidas. Sin inmutarse por el reproche, el presidente ha cogido las botas, le ha preguntado si les daba y como el diputado popular le ha dicho que sí, le ha dado las gracias "de verdad".

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