crecida del ebro

Inundaciones en Monzalbarba: "Esta mañana el agua nos ha sorprendido por un sitio que no esperábamos y nos ha rodeado"

Tras una noche en vela intentando salvar su casa, la familia Lanaspa no ha podido evitar que la avenida afectara a la planta baja. A la luz del día, con la ayuda de un equipo de militares de Pontoneros han reforzado los diques de protección.

Inundaciones de casas y campos en Monzalbarba este martes por la mañana.
La familia Lanaspa ha pasado toda la noche tratando de salvar su casa.
José Miguel Marco

Carlos Lanaspa y sus hijos, vecinos del barrio zaragozano de Monzalbarba, están más que acostumbrados a convertirse en una de las primeras viviendas de este barrio zaragozano que sufre las inundaciones. Como la experiencia es un grado, y desde hace unos días se venía alertando de la crecida del Ebro, desde el viernes han estado llevándose  a los animales de la casa, entre ellos cinco perros, una veintena de gallinas y dos caballos, a campos y granjas de amigos y vecinos. Con todo, tras una larga noche en vela "tapando agujeros en la mota", no han podido evitar que este martes por la mañana, a primera hora, sobre las 7.00, la riada haya rodeado su casa y una lámina de agua de unos cuatro centímetros cubra el suelo de la bodeguilla y la primera planta de su hogar.

"Ha sido una noche angustiosa, hemos estado tapando los agujeros que se abrían en la mota sin poder dormir ninguno, pero esta mañana el agua nos ha sorprendido por un sitio que no esperábamos y nos ha rodeado", explica Santiago Lanaspa, uno de los hijos de esta familia, que lleva sin dormir desde las cuatro de la mañana del lunes cuando entró a trabajar.

Santiago y su padre agradecen la labor de los alcaldes de Monzalbarba, Abel Anadón, y de Casetas, Jorge Eseverri, que han pasado la noche ayudándoles en todo lo que han ido necesitando y pendientes de lo que ocurría. Otro vecino, que tiene maquinaria, Luis Fernando Roda, ha estado transportando camiones de zahorra para ir recreciendo la mota que ya se acondicionó el sábado para proteger el edificio y taponar los agujeros que iban apareciendo después de cada envite.

Desde primeras horas de esta mañana está trabajando en la zona un equipo de Pontoneros, achicando agua para evitar que la inundación vaya a más cuando llegue la punta. Sobre las 13.00 el nivel del agua había bajado. Aún así, el alcalde de Monzalbarba no las tenía consigo y se ha levantado otro muro de contención en la zona donde esta mañana ha saltado la avenida por si se produce algún repunte en las primeras horas de la tarde.

"Este año, por lo menos, hemos podido tomar medidas porque ha habido más previsión -en referencia a una mota que los vecinos solicitaron y que se hizo el sábado-. Todos los electrodomésticos, televisores y algunos muebles los hemos subido hasta la primera planta y lo que se ha quedado en la planta baja lo hemos intentado salvar calzándolo con bancos y barquillas", comenta Santiago, que no ha podido seguir hablando por la emoción al revivir las horas de angustia.

Inundaciones de casas y campos en Monzalbarba este martes por la mañana.
Inundaciones de casas y campos en Monzalbarba este martes por la mañana.
José Miguel Marco

"Ha sido una locura, parecía que estábamos jugando a los topos y a tapar agujeros, porque taponábamos una alcantarilla y el agua salía por otra. Ha habido momentos en los que estaba convencido que iba a entrar mucha más. Otros años hemos llegado a estar por la cintura y ahora tenemos entre 3 y 4 dedos". Por el contrario, de la cuadra donde guardan los caballos solo se ve la techumbre y el río cubre prácticamente toda la entrada.

Por la noche se han acercado hasta allí efectivos de la Guardia Civil, pero algunos vecinos, como Marta Cebrián, lamentan que hasta primeras horas de la mañana de este martes no han intervenido ni los Bomberos ni el EJército.

El acceso a las viviendas del camino de La Mejana ha permanecido cortado toda la mañana, pero los vecinos se arremolinan en la calle La Sagrada para seguir de cerca unas tareas a las que, aseguran, nunca se acabab "de acostumbrar". "Son muchas ya, no hay ninguna igual. Este año creo que va a ser peor. El agua nunca había llegado tan alto en este campo de brócoli. Seguro que se ha roto aguas arriba una mota y por eso ha dado una vuelta que nadie esperaba", apuntaba Jesús Moreno, de 81 años, mientras contemplaba las huertas y los campos inundados a pocos metros de la acera. La sensación es que la riada nunca se había acercado tanto al casco urbano.

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