crecida del ebro
Ganadero de Villafranca: "Esta noche seguro que llega el agua a mi explotación"
La punta de la crecida está previsto que llegue a las localidades de la ribera baja a partir de este miércoles.
José Antonio Moreno va y viene a ver cómo sube el río. "Estamos con la intriga, con el miedo, a la expectativa", reconoce este ganadero de Villafranca de Ebro este martes. El agua no ha llegado a los cascos urbanos de ninguna de las localidades de la parte baja de la ribera, pero sí que ha inundado ya campos de cultivo. Unos sembrados que se había puesto hacía unos diez o quince días.
Moreno bien sabe cuáles pueden llegar a ser lo efectos de una riada. "En 2015 se ahogaron 1.700 cerdos y varios centenares en la de 2018", recuerda. En esta ocasión el viernes evacuó a las 2.600 cabezas, que ahora están en una explotación de Ejea de los Caballeros, y el fin de semana puso a salvo la maquinaria que pudo.
El agua todavía no ha llegado, pero asegura que lo hará en las próximas horas: "Esta noche seguro que llega el agua a mi explotación, segurísimo". Este martes por la mañana ya se encontraba rodeada de agua.
Su explotación se encuentra a unos tres kilómetros del cauce y no está en una zona inundable, sin embargo, desde hace unos años llega el río hasta la puerta de su granja. "La autopista me convierte en un pantano, hace de presa", recrimina Moreno, en relación a esta vía, la ARA-A1, que se construyó en 2008 y por el que el villafranquino está de juicios con la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y con el Gobierno de Aragón, según recuerda.
Aunque no llegara el agua hasta su explotación, "el roto ya está, porque he tenido que movilizar a todos los cerdos", resalta Moreno. La reivindicación de este ganadero pasa por la limpieza del río y analiza que en otras riadas el nivel era mayor, pero los efectos menores. “Incluso los animales podrían limpiar las zonas de las motas”, propone.
